En un giro sorprendente dentro del siempre cambiante mundo de las criptomonedas, la senadora Cynthia Lummis, republicana de Wyoming, ha presentado una propuesta que podría llevar al gobierno federal a convertirse en un inversor de Bitcoin. Durante su intervención en la conferencia Bitcoin 2024, celebrada en Nashville, Lummis lanzó lo que ha sido calificado por algunos como una «propuesta revolucionaria». La idea de que el gobierno federal pueda convertirse en un inversor de Bitcoin ha captado la atención de tanto críticos como defensores, al tiempo que plantea serias preguntas sobre las posibles repercusiones económicas para Estados Unidos.
El contexto detrás de esta propuesta fue analizado en profundidad por Paul H. Kupiec, miembro senior del American Enterprise Institute, en un artículo de opinión publicado en The Hill. Bajo el título «Una reserva estadounidense de Bitcoin haría mucho por Bitcoin y poco por los contribuyentes», Kupiec expresó su escepticismo sobre la viabilidad y conveniencia de la propuesta de Lummis. Según Kupiec, la idea de que el gobierno federal se convierta en un inversor de Bitcoin podría beneficiar enormemente al mercado de la criptomoneda, pero sería difícil imaginar cómo podría ser positivo para los contribuyentes estadounidenses o para el valor del dólar.
Gobierno federal a convertirse en un inversor de Bitcoin
Lummis ha sido una de las defensoras más prominentes de las criptomonedas en el Senado, argumentando que Bitcoin representa una alternativa segura y confiable en el sistema financiero global. Durante su discurso en Nashville, presentó su plan de crear una «reserva estratégica de Bitcoin» compuesta por un millón de Bitcoins, los cuales el gobierno federal estaría obligado a mantener durante un periodo de 20 años. La idea detrás de esta medida es simple: convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin para respaldar la criptomoneda y, según los defensores de la propuesta, fortalecer indirectamente el dólar estadounidense.
Sin embargo, el escepticismo hacia esta iniciativa no se ha hecho esperar. En su análisis, Kupiec resaltó que la historia de Estados Unidos ya cuenta con precedentes similares de intervención gubernamental en mercados de commodities, y los resultados no siempre han sido favorables. Un ejemplo citado es la Ley Bland-Allison de 1878, que obligó al gobierno a comprar grandes cantidades de plata para mantener su precio, lo que resultó en consecuencias mixtas para la economía. Convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin, según Kupiec, podría ser una repetición de esos errores históricos.
Reserva estratégica de Bitcoin
En el discurso de Lummis, se mencionó que el plan de financiar esta reserva estratégica de Bitcoin vendría de las reservas excedentes de los 12 bancos de la Reserva Federal. Según ella, estos fondos serían suficientes para llevar a cabo la compra de Bitcoin sin requerir recursos adicionales. Sin embargo, Kupiec rápidamente desmintió esta afirmación, señalando que las reservas actuales de la Reserva Federal están en una situación deficitaria, habiendo tenido que pedir prestados 145.000 millones de dólares desde septiembre de 2022 solo para financiar sus propios gastos. En este contexto, cualquier intento de convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin obligaría a la Reserva Federal a pedir prestado aún más dinero o a vender algunas de sus inversiones, lo que podría generar grandes pérdidas.
La crítica más contundente hacia la propuesta de Lummis es la falta de lógica económica detrás de la idea de que el gobierno federal se convierta en un inversor de Bitcoin. Según Kupiec, Bitcoin es un activo notoriamente volátil y no paga intereses, lo que significa que cualquier inversión en esta criptomoneda podría resultar en grandes pérdidas operativas para el gobierno. En su artículo, Kupiec explica que, si la Reserva Federal comprara medio millón de Bitcoins al precio actual, con un coste de interés del 5,4%, las pérdidas anuales ascenderían a 1.600 millones de dólares, acumulando 32.000 millones de dólares en pérdidas operativas a lo largo de los 20 años proyectados por Lummis. Estas cifras han suscitado serias preocupaciones sobre la viabilidad económica de la propuesta.
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Modificar la Ley de la Reserva Federal
Otro aspecto preocupante de esta iniciativa es que para que el gobierno federal se convierta en un inversor de Bitcoin, sería necesario modificar la Ley de la Reserva Federal, que actualmente restringe las inversiones de la Reserva a obligaciones del gobierno estadounidense o a instrumentos garantizados por el gobierno federal. Cualquier cambio en esta legislación abriría la puerta para que otras criptomonedas y activos presionen al Congreso para ser incluidos como inversiones elegibles. Esto crearía una presión significativa para utilizar los poderes monetarios de la Reserva Federal en la compra de estos activos, lo que podría llevar a una expansión inflacionaria sin precedentes.
A pesar de las críticas, Lummis sostiene que su propuesta es un paso necesario para mantener a Estados Unidos a la vanguardia de la revolución digital. Según la senadora, la revalorización del oro en poder del Tesoro, que actualmente está subvaluado, podría ser una fuente adicional de fondos para la compra de Bitcoin. Este plan implicaría revalorizar las reservas de oro del Tesoro, lo que permitiría emitir nuevos certificados de oro y crear una gran cantidad de dólares recién impresos que se destinarían a la compra de Bitcoin. Sin embargo, este movimiento también ha sido criticado por Kupiec y otros economistas, quienes argumentan que sería una medida inflacionaria que no contribuiría a mejorar el valor del dólar estadounidense.
El dólar saldría herido
En su defensa de la propuesta, Lummis ha destacado que convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin podría reforzar y fortalecer el dólar estadounidense. Sin embargo, los críticos, como Kupiec, señalan que la realidad es que esta medida solo beneficiaría al Bitcoin, mientras que el dólar podría verse debilitado en el proceso. La perspectiva de que los contribuyentes estadounidenses, muchos de los cuales no poseen Bitcoins, apoyen la utilización de sus impuestos para fortalecer el precio de una criptomoneda es altamente improbable.
El debate sobre la propuesta de Lummis está lejos de resolverse, y es probable que continúe generando controversia en los círculos políticos y económicos de Estados Unidos. Mientras que los defensores de las criptomonedas ven en esta medida una oportunidad para legitimar aún más a Bitcoin y posicionarlo como una alternativa viable al dólar, los críticos advierten sobre las peligrosas implicaciones de convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin.
Debate y especulación
A medida que esta propuesta avanza en el Senado, será fundamental observar cómo se desarrolla el debate y qué impacto podría tener en la política económica de Estados Unidos. La iniciativa de Lummis, aunque polémica, ha abierto una nueva discusión sobre el papel de las criptomonedas en el sistema financiero global y el futuro del dólar como la moneda de reserva mundial. En última instancia, si la propuesta de convertir al gobierno federal en un inversor de Bitcoin prospera, podría marcar un cambio significativo en la relación entre el gobierno y las criptomonedas, con consecuencias que aún están por verse.
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Este reportaje se ha elaborado en el marco de las discusiones actuales sobre la influencia de las criptomonedas en la economía mundial, y sugiere que la propuesta de Lummis podría ser solo el comienzo de un debate mucho más amplio sobre el papel del gobierno en la regulación y apoyo de activos digitales. Lo que queda claro es que cualquier decisión en este ámbito tendrá un impacto profundo y duradero en el futuro económico de Estados Unidos.