En un reciente giro de eventos, el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley de gastos que, aunque evitó un potencial cierre del gobierno, no consideró la crucial asistencia militar que Ucrania requiere. Dejando por fuera del presupuesto los 6.000 millones de dólares solicitados por el país europeo, esta decisión ha elevado las tensiones en un panorama ya tenso.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania una asistencia valuada en 43.900 millones de dólares. Estos fondos han financiado armamentos estratégicos, entre ellos sistemas de defensa aérea Patriot, tanques Abrams y municiones a granel. Sin embargo, para Ucrania, esto no es suficiente. La guerra con Rusia ha demostrado ser más desgastante y costosa de lo que se preveía inicialmente, y la necesidad de apoyo adicional es palpable.
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Ucrania fuera del presupuesto
Los líderes en Washington y en Europa han expresado su preocupación, sugiriendo que, sin la continuidad de este apoyo, Ucrania podría perder terreno rápidamente. Pero las ramificaciones no se limitan solo a Ucrania. Los aliados de la OTAN podrían encontrarse en una posición vulnerable si Rusia logra consolidar su control sobre Ucrania, creando un domino geopolítico indeseado.
El presidente Joe Biden ha sido enfático al señalar la importancia de continuar el apoyo a Ucrania. Si bien todavía existen fondos disponibles, no durarán mucho tiempo al ritmo actual de gastos. John Hardie, subdirector del programa de Rusia en la Fundación para la Defensa de las Democracias, estima que con Ucrania fuera del presupuesto, estos fondos podrían agotarse en cuestión de meses si no se toman medidas adicionales.
Todos están alarmados
Las voces de preocupación no provienen únicamente de analistas. Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, señaló que, de no recibir financiamiento pronto, las fuerzas ucranianas podrían empezar a debilitarse en unas semanas. El Pentágono, por su parte, hizo hincapié en que al Ucrania quedar fuera del presupuesto no solo afectaría a Kiev, sino también al propio ejército estadounidense, ya que los fondos para reponer armas también se están agotando.
John Herbst, ex embajador de Estados Unidos en Ucrania, advirtió sobre las consecuencias a largo plazo de dejar de financiar a Ucrania. Enfatizó que Rusia tiene mucho que ganar con la reducción del apoyo de Estados Unidos y que, si Rusia logra controlar Ucrania, EE.UU. podría verse obligado a incrementar su presencia militar en los países de la OTAN fronterizos con Rusia.
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Republicanos insatisfechos
La ausencia de financiamiento en la reciente propuesta de ley puede haber sido impulsada por una minoría vocal de republicanos de extrema derecha, pero las repercusiones pueden ser más amplias. Algunos aliados europeos, como Polonia, han comenzado a repensar su apoyo a Ucrania, lo que agrava aún más el panorama.
El apoyo debe continuar
No obstante, hay esperanza. Quedar fuera del presupuesto no será una situación indetenible. Muchos en el Congreso, de ambos lados del pasillo, reconocen la importancia de Ucrania en el escenario geopolítico. El consenso general entre estos líderes es que la financiación debe ser restablecida y el apoyo a Ucrania debe continuar.
El futuro es incierto. Sin embargo, lo que está claro es que Ucrania sigue siendo un punto focal en la geopolítica mundial y que las decisiones tomadas en Washington tendrán ramificaciones más allá de las fronteras de Ucrania. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el rumbo de este conflicto y la posición de Estados Unidos en él.