Venezuela y Rusia han intensificado su relación estratégica en los últimos años, y ahora, esa sólida alianza está siendo canalizada hacia un nuevo objetivo geopolítico: asegurar una silla del BRICS+ para Caracas. Durante la reciente cumbre del BRICS celebrada en Kazán, Nicolás Maduro y Vladímir Putin reafirmaron la importancia de los “lazos indestructibles” entre ambos países, destacando la convergencia de sus visiones sobre un mundo multipolar y la lucha común contra las presiones externas. Para Maduro, el BRICS+ representa una oportunidad única para que Venezuela se integre a una plataforma que le permita amplificar su voz en el escenario internacional.
Pável Zarubin, periodista y corresponsal de RT, fue el primero en informar sobre la reunión bilateral que tuvo lugar entre los presidentes de Venezuela y Rusia, publicando un artículo titulado: «Maduro apuesta por fortalecer los ‘lazos indestructibles’ entre Rusia y Venezuela». Con años de experiencia cubriendo eventos internacionales de alto nivel, Zarubin destacó cómo Maduro elogió las acciones de Putin en la arena global, y subrayó que ambos líderes consideran fundamental reforzar sus alianzas para construir un “nuevo orden mundial”. Según Zarubin, la intención de Maduro es clara: Venezuela aspira a ganar una silla del BRICS+ para Caracas, buscando un espacio que respalde sus intereses dentro del bloque en expansión.
Una silla del BRICS+ para Caracas
En la reunión, Putin aseguró a Maduro que Venezuela es un socio estratégico confiable en América Latina, mientras que Maduro agradeció el apoyo continuo de Rusia en la defensa de la soberanía venezolana. Para Caracas, tener una silla del BRICS+ para Caracas no solo permitiría una mayor diversificación de sus alianzas económicas, sino que también podría significar una nueva era de desarrollo financiero, tecnológico y energético. Maduro no dejó de destacar los indicadores positivos de la economía venezolana, argumentando que su país ha sorteado las dificultades impuestas por las sanciones occidentales, y que se encuentra en condiciones de aportar al bloque emergente.
Los BRICS+, que agrupan a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros países adicionales, están en un proceso de ampliación que busca integrar nuevos miembros y así fortalecer su posición como contrapeso a las instituciones dominadas por Occidente. Con este trasfondo, Venezuela ha expresado abiertamente su interés en formar parte de esta plataforma, apuntando a que una silla del BRICS+ para la nación caribeña no solo sea un logro diplomático, sino una reafirmación de su política exterior de alinearse con los países que promueven un mundo multipolar y rechazan el intervencionismo.
Una longeva amistad
La amistad entre Rusia y Venezuela ha sido una constante en las últimas dos décadas. Durante la cumbre, Maduro elogió la “gran batalla” que, según él, Rusia está librando “contra el nazismo, contra el fascismo”, un discurso alineado con la narrativa rusa sobre los conflictos globales contemporáneos. Esta retórica refuerza la visión compartida por ambos países de una geopolítica que se aleja de los dictados de Washington y Bruselas. En este sentido, Maduro ha dejado claro que una silla del BRICS+ para Caracas sería una victoria no solo para Venezuela, sino para todos aquellos países que, como Rusia, buscan desafiar las estructuras tradicionales de poder internacional.
Tambièn puedes leer: Emerson College Polling: El muestreo sistematizado de fuentes Múltiple afina la encuesta política
Durante el desarrollo de la cumbre, Putin resaltó la importancia de establecer mecanismos financieros y bancarios entre los miembros del BRICS basados en monedas nacionales, una propuesta que Venezuela ha respaldado con entusiasmo. Caracas ya ha dado pasos hacia una mayor diversificación de sus relaciones comerciales, y la posibilidad de integrar el BRICS+ consolidaría su estrategia de cooperación económica con potencias emergentes. Según Zarubin, este tipo de iniciativas sería un incentivo adicional para que Venezuela obtenga una silla del BRICS+ para la tierra de Simón Bolívar«, considerando que uno de los pilares del bloque es precisamente la creación de un sistema económico alternativo al dólar.
Planes conjuntos en marcha
El presidente venezolano, en su intervención, también se refirió a la «comisión intergubernamental mixta Rusia-Venezuela» que se celebrará el próximo 7 de noviembre, y destacó que ambos países tienen un «mapa completo» de áreas de cooperación que incluyen la energía, la tecnología, el transporte y la defensa. Estos sectores son esenciales para Venezuela, que ha buscado apoyo externo para revitalizar su infraestructura y su industria energética, gravemente afectados por años de crisis. Una de las metas de Maduro es utilizar la relación estratégica con Rusia como trampolín para consolidar el apoyo de otras naciones del BRICS a su candidatura, fortaleciendo así su aspiración de obtener una silla del BRICS+ para Venezuela.
Además de la cooperación económica, el componente geopolítico juega un papel central en las aspiraciones de Venezuela. Para Maduro, el BRICS+ no solo es una plataforma para el crecimiento económico, sino también un espacio de resistencia frente a lo que considera la «agresión imperialista». Durante su encuentro con Putin, Maduro no solo elogió las victorias de Rusia en el campo de batalla, sino que también resaltó cómo su alianza con Moscú ha permitido a Venezuela resistir el embate de las sanciones internacionales. Esto refuerza el argumento de que «una silla del BRICS+ para Caracas» sería un respaldo a la soberanía de las naciones que rechazan la injerencia extranjera y buscan caminos alternativos para su desarrollo.
Autodeterminación de los pueblos
Por su parte, Putin hizo hincapié en que Rusia y Venezuela compartan los mismos valores en cuanto al respeto por la autodeterminación de los pueblos y la construcción de un mundo más equitativo. Ambos líderes subrayaron que la cooperación entre sus países ha sido crucial para enfrentar los desafíos globales, y coincidieron en que el BRICS+ podría ser una herramienta clave para consolidar este proyecto. Con el apoyo de Rusia, Maduro confía en que el bloque podría inclinarse a favor de la inclusión de Venezuela, convirtiendo a Caracas en un actor relevante dentro de este espacio.
Finalmente, Maduro sostuvo encuentros con otros líderes presentes en la cumbre, como los mandatarios de Turquía, Palestina y Etiopía, buscando ampliar la base de apoyo para su candidatura. Según Zarubin, estos encuentros bilaterales son parte de una estrategia más amplia para asegurar que «una silla del BRICS+ para Caracas» se materialice, posicionando a Venezuela como un puente entre América Latina y las economías emergentes del Sur Global.
Tambièn puedes leer: La casi suicida actividad de ser un defensor del medio ambiente en Colombia
El camino para lograr este objetivo no será fácil, pero la determinación de Maduro, sumada al respaldo de Rusia, parece estar cimentando una alianza que podría tener repercusiones significativas en la geopolítica regional y global. Mientras tanto, Caracas sigue apostando por una estrategia de diversificación diplomática y económica que busca consolidar su lugar en el escenario internacional, y «una silla del BRICS+ para Venezuela» se presenta como un paso clave en esa dirección.