La politización de la economía es el problema: ¿Cómo recuperar el financiamiento en Venezuela?

En Venezuela, la descoordinación entre sectores ha sido una constante desde su fundación como república. Esta falta de cooperación ha sido exacerbada por la profunda politización de la economía, un problema que ha conducido a una gestión ineficaz de los recursos y ha atado al país a un ciclo continuo de pobreza y oportunidades perdidas. El reto actual radica en entender cómo estos problemas derivados de la política pueden ser superados para revitalizar el financiamiento y apoyar la recuperación económica.

El contexto político y económico de Venezuela ha sido marcado por la controversia y los conflictos de poder. En el reciente material de opinión del sociólogo José Antonio Gil Yepes, publicado en El Universal, se explica cómo la politización ha impedido el desarrollo económico y social. Yepes destaca que la nueva junta de la Bolsa de Valores de Caracas, bajo la presidencia de Horacio Velutini, busca fomentar la colaboración público-privada como un medio para superar estos desafíos. Su plan se fundamenta en mejorar la coordinación entre el Banco Central, la Superintendencia de Valores, el Ministerio de Finanzas, la Asociación Bancaria, y otras instituciones clave.

Un plan para recuperar a Venezuela

Venezuela ha sido un campo fértil para la experimentación de políticas que, aunque políticamente válidas para mantener el control gubernamental, han resultado ser económicamente destructivas. Gil Yepes, quien fue presidente de la encuestadora Datanálisis y profesor en el Instituto de Estudios Superiores de Administración, argumenta en su análisis que las políticas adoptadas han sido más un freno que un impulso para el desarrollo. Según él, es crucial crear condiciones que permitan a diversos sectores actuar en beneficio de un interés común.

Venezuela
La tarea de despolitizar la economía y recuperar el financiamiento en Venezuela no es menor y requiere de un cambio significativo en cómo se gestionan las interacciones entre el gobierno y el sector privado. Ilustración MidJourney

El reto para Venezuela no es sólo económico, sino profundamente social y cultural. La desconfianza entre los sectores ha impedido la creación de una estrategia cohesiva que aproveche los abundantes recursos naturales del país y su capital humano. La directiva de la Bolsa de Valores parece entender este problema y está tratando de implementar una «acción colectiva» que podría ofrecer algunas oportunidades si logra establecer las condiciones necesarias para la cooperación.

Venezuela debe enfrentar este problema reconociendo que la concentración del poder político ha sido un factor crucial en el crecimiento de la pobreza durante las administraciones tanto previas como durante el chavismo. Yepes cita el libro «The Logic of Collective Action» de Mancur Olson para ilustrar que, aunque los grupos puedan tener un interés común, la falta de condiciones específicas impide la acción colectiva efectiva. Esto resalta la necesidad de una nueva cultura de negociación y cooperación que no ha estado presente en las prácticas políticas y económicas del país.

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El reto de las élites

En su libro «El Reto de las Élites», Yepes concluyó que la falta de respuesta a las expectativas económicas de las mayorías sería fatal para cualquier modelo de gobernanza, debido a que las élites del país no estaban cumpliendo con el reto de acordar sobre las instituciones necesarias para minimizar la pobreza. Esto ha demostrado ser premonitorio, ya que Venezuela sigue luchando con estas mismas cuestiones décadas después.

El reciente experimento de la Bolsa de Valores de Caracas con su Asamblea de Accionistas refleja un esfuerzo por cambiar esta dinámica. Velutini y su equipo están promoviendo un enfoque que incluye la negociación y la inteligencia emocional como herramientas clave en sus talleres de liderazgo. Esto es un claro indicativo de que la dirección actual reconoce la importancia de superar la desconfianza intersectorial y cultural para avanzar económicamente.

En resumen, Venezuela se enfrenta a un complejo entramado de desafíos económicos y políticos que requieren una despolitización de la economía y una mayor cooperación entre todos los sectores. La iniciativa de la Bolsa de Valores de Caracas podría ser un primer paso prometedor hacia la recuperación del financiamiento y la estabilidad económica en el país. Este enfoque, que busca superar el legado de desconfianza y politización, podría finalmente permitir que Venezuela utilice plenamente sus vastos recursos y talentos.

No es una tarea menor

La tarea de despolitizar la economía y recuperar el financiamiento en Venezuela no es menor y requiere de un cambio significativo en cómo se gestionan las interacciones entre el gobierno y el sector privado. Los esfuerzos recientes de la Bolsa de Valores de Caracas ilustran un enfoque innovador para crear un ambiente más colaborativo, pero para que este sea efectivo, se necesita un compromiso más amplio.

La credibilidad y la transparencia son fundamentales para restaurar la confianza tanto de los inversores locales como internacionales. Esto implica no solo un cambio en las políticas, sino también en la cultura de negocios del país. Venezuela ha sufrido bajo el peso de controles excesivos y políticas que han estrangulado el emprendimiento y la innovación. Por ejemplo, la política de control de cambios ha sido particularmente dañina, limitando severamente la capacidad de las empresas para operar en un mercado global.

Para superar estos desafíos, es crucial que los líderes políticos y económicos trabajen juntos hacia objetivos comunes que trasciendan los intereses partidistas. Esto puede ser particularmente difícil en un entorno donde el poder político ha sido usado históricamente como herramienta para controlar en vez de capacitar. Sin embargo, como apunta Gil Yepes, la clave para el éxito radica en la capacidad de las diversas facciones para negociar y cooperar de manera efectiva.

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Venezuela debe enfrentar este problema reconociendo que la concentración del poder político ha sido un factor crucial en el crecimiento de la pobreza durante las administraciones tanto previas como durante el chavismo. Ilustración MidJourney.

Petróleo, agro e industria

Venezuela cuenta con una variedad de sectores que podrían ser catalizadores de su recuperación económica. El sector petrolero, una vez el motor de la economía venezolana, tiene el potencial de ser revitalizado con políticas que permitan una gestión más eficiente y menos centralizada. Igualmente, el sector agrícola, que ha sido subutilizado, podría florecer bajo un régimen que favorezca la inversión en tecnología y mejores prácticas agrícolas.

El reto, como lo menciona Gil Yepes, es también profundamente social. En su experiencia con juegos de negociación y talleres de liderazgo, ha observado que los grupos con acceso a información compartida tienden a cooperar más y alcanzar mejores resultados. Esto subraya la importancia de la transparencia y la comunicación en la creación de una economía más inclusiva y participativa.

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Un paso en la dirección correcta

La iniciativa de la Bolsa de Valores de Caracas para promover la colaboración entre el sector público y privado es un paso en la dirección correcta, pero para que Venezuela pueda realmente avanzar, será necesario un cambio más profundo en la estructura y cultura política del país. Esto implica reconocer y abordar los fallos de los modelos anteriores, tanto de la democracia tradicional como del socialismo del siglo XXI, que han prometido mucho pero han entregado poco en términos de prosperidad real para la mayoría de los venezolanos.

El camino hacia la recuperación es complicado y lleno de obstáculos. Sin embargo, con un enfoque concertado y despolitizado, basado en la cooperación y la confianza, Venezuela puede comenzar a desentrañar los nudos de su crisis económica y política. La clave estará en mantener un diálogo abierto y constructivo entre todos los sectores de la sociedad, y en aprender de las lecciones del pasado para no repetir los mismos errores. La experiencia y visión de expertos como Gil Yepes pueden ofrecer una guía valiosa en este proceso, señalando hacia un futuro donde la economía y la política trabajen juntas para el bienestar de todos los venezolanos.

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