Galardonada arquitecta venezolana se irá al más allá por la puerta de la eutanasia: Conócela

El 30 de septiembre marcará un hito en la vida de Yajaira Laprea, la galardonada arquitecta venezolana residenciada en Madrid. Será el día en que, tras una larga batalla contra una enfermedad degenerativa, traspasará la puerta de la eutanasia, un término que ha resonado profundamente en su vida en los últimos meses. Yajaira ha decidido partir en plena lucidez, un día después de su cumpleaños, y con la misma determinación con la que enfrentó cada proyecto arquitectónico a lo largo de su carrera. La eutanasia es la elección de quien, en palabras de Yajaira, ha vivido la vida como quiso y desea morir del mismo modo, sin sufrimientos prolongados y manteniendo el control de su destino hasta el final.

Este reportaje está basado en el trabajo de la periodista venezolana Milagros Socorro Morales, quien recientemente entrevistó a Yajaira para el diario El Nacional. En su pieza titulada “Yajaira Laprea, arquitecta venezolana residenciada en Madrid: ‘Un día después de mi cumpleaños recibiráé la eutanasia’”, Socorro relata el último testimonio de una mujer que, a pesar de su adversidad, conserva su energía vital y un humor sarcástico. La entrevista fue realizada en Madrid, donde Yajaira y su esposo viven desde 2021. En el encuentro participó también su hija Andreína y su madre, quienes han acompañado a Yajaira en este difícil trance.

Yajaira Laprea, nacida el 29 de septiembre de 1956 en San Fernando de Apure, se graduó como arquitecta en la Universidad Central de Venezuela. Proveniente de una familia de origen italiana, Yajaira siempre se destacó por su empuje y capacidad para innovar. Sus logros incluyen la creación de los quioscos de La Parada Inteligente, una red de franquicias que se esparció por todo el país y representó una solución eficaz y duradera para la distribución de productos de consumo masivo. Su carrera no fue convencional, pues se forjó en proyectos que desafiaban los límites de lo tradicional, dejando una huella imborrable en la arquitectura venezolana.

La entrevista fue realizada en Madrid, donde Yajaira y su esposo viven desde 2021. En el encuentro participó también su hija Andreína y su madre, quienes han acompañado a Yajaira en este difícil trance. Ilustración MidJourney

Frente a la puerta de la eutanasia

Sin embargo, todo cambió para Yajaira cuando comenzó a notar síntomas extraños. Primero fue una debilidad en la muñeca que la incapacitaba para sostener objetos simples, luego siguió dolores y una sensación de inestabilidad en las escaleras, lo que más tarde se convertiría en una serie de diagnósticos contradictorios en su natal Venezuela. Buscando respuestas y tratamientos más avanzados, Yajaira y su esposo se trasladaron a Madrid, donde finalmente se le diagnosticó una forma primaria de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad rara y devastadora. A partir de ese momento, la vida de Yajaira se transformó radicalmente. El deterioro fue rápido, su independencia, que tanto valoraba, se desmoronó. Depende por completo de su familia y cuidadores para las tareas más básicas.

El coraje de Yajaira no solo se manifestó en su lucha diaria contra la enfermedad, sino en la decisión de afrontar el fin con la misma claridad que la caracterizó toda su vida. Eligió la puerta de la eutanasia, una posibilidad que le fue presentada en España, país donde el procedimiento es legal. En un mensaje de WhatsApp enviado a sus amigos, explicó que había tomado la decisión de programar su eutanasia para el 30 de septiembre, un día después de su cumpleaños, como una manera de cerrar un ciclo de vida en paz y gratitud. Para muchos, esta fue una decisión que reflejaba su espíritu indomable, su negativa a sucumbir ante el sufrimiento prolongado y su necesidad de controlar su destino hasta el final.

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Un día de risas

Durante la entrevista con Milagros Socorro, Yajaira mostró el mismo temple que había demostrado en su vida profesional. Aunque había días en los que el dolor la sumía en el silencio, en esa conversación, en compañía de su familia, Yajaira rebosaba vitalidad y humor. Sus comentarios mordaces sobre la vida, la muerte y las circunstancias que la llevaron a optar por la eutanasia mantenían a sus familiares y amigos en constante risa, como si quisiera suavizar el peso de su decisión con la misma energía con la que había abordado siempre los desafíos de su vida.

«Te me bajas de esta vaina», le dijo una vez su esposo en tono de broma cuando discutían por alguna tontería en su juventud, una frase que quedó grabada en la memoria familiar como testimonio de la relación de amor, bromas y complicidad que compartían. Hoy, esa misma broma cobra un nuevo significado, pues Yajaira se prepara para “bajarse de esta vaina” de manera definitiva, dejando atrás un legado tanto profesional como personal que será recordado por quienes la conocieron.

Andreína, su hija, describe cómo la enfermedad transformó a su madre física, pero nunca emocionalmente. Aunque Yajaira ya no puede valerse por sí misma, su mente sigue siendo afilada, con la misma capacidad para analizar, planificar y dirigir, aunque ahora sus proyectos se limitan a la organización de su partida. La puerta de la eutanasia ha sido, en palabras de Andreína, una solución que ha dado a su madre la tranquilidad de saber que no continuará viendo cómo su cuerpo se desmorona mientras su mente sigue lúcida.

Durante la entrevista con Milagros Socorro, Yajaira mostró el mismo temple que había demostrado en su vida profesional. Aunque había días en los que el dolor la sumía en el silencio, en esa conversación, en compañía de su familia, Yajaira rebosaba vitalidad y humor. Ilustración MidJourney.

Su mamá está con ella

La enfermedad de Yajaira ha sido descrita por los médicos como un caso “perplejo”, ya que presenta síntomas que no corresponden completamente con ningún cuadro conocido. Esta condición ha hecho aún más difícil su tratamiento y, en última instancia, ha reforzado la decisión de optar por la eutanasia. La familia de Yajaira, aunque afectada por esta elección, ha aprendido a aceptarla y apoyarla, comprendiendo que se trata de una decisión tomada desde la dignidad y el deseo de no prolongar un sufrimiento innecesario.

Carmen Teresa, la madre de Yajaira, al principio reaccionó con incredulidad cuando su hija le comunicó su intención de someterse a la eutanasia. Sin embargo, tras ver cerca el deterioro de su hija en Madrid, comprendió que la decisión de Yajaira era la correcta. “Si estuviera en su lugar, haría lo mismo”, comentó con la serenidad propia de quien ha sido testigo de la lucha y la fortaleza de su hija durante toda su vida. Carmen Teresa, al igual que el resto de la familia, ha aceptado el destino inevitable de Yajaira, reconociendo que la puerta de la eutanasia es, en este caso, una salida necesaria.

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La historia de Yajaira Laprea es un reflejo del coraje y la determinación de una mujer que, hasta el último momento, decidió cómo quería vivir y morir. Su legado no solo incluye sus obras arquitectónicas, sino también una lección de vida para quienes la conocieron. Mientras se prepara para cruzar la puerta de la eutanasia, lo hace con la certeza de que, al igual que en sus proyectos, está dejando todo en orden, cumpliendo su voluntad hasta el final.

 

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