Por qué se roban a los médicos venezolanos recién graduados

Así de simple: A los médicos venezolanos recién graduados se los están llevando. Las salas de emergencias de hospitales universitarios venezolanos, son testigos de un fenómeno que, aunque doloroso para Venezuela, se ha convertido en una oportunidad para otras naciones: la migración de jóvenes médicos venezolanos, recién egresados y altamente capacitados.

El esfuerzo de almas mater como como la Universidad de Carabobo, la Universidad Central de Venezuela o la Universidad de Los Andes va a parar a países como Chile, Colombia y Uruguay, que extienden invitaciones para ofrecer residencia y trabajo permanente a estos médicos. Pero, ¿qué hace a estos galenos tan especiales y solicitados?

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Médicos venezolanos buscados

En medio de la aguda crisis que atraviesa Venezuela, el sector salud no ha sido la excepción. Falta de insumos, aparatología obsoleta y hospitales en estado crítico son solo algunos de los retos a los que se enfrentan diariamente estos médicos. Sin embargo, estas carencias han agudizado el ingenio y la creatividad de los jóvenes médicos venezolanos.

Médicos venezolanos
Forjados en la adversidad, varios países buscan sus dotes. Ilustración MidJourney

«La adversidad les ha obligado a rebuscar en la esencia misma de la medicina, en aquellas prácticas que, con el avance tecnológico, quedaron en desuso, pero que en situaciones límite son esenciales», afirma Dr. Ricardo Mendoza, profesor de medicina en la Universidad Central de Venezuela.

Un país con caos hospitalario

La experiencia adquirida en las salas de emergencias les ha permitido desarrollar una intuición clínica única, siendo capaces de diagnosticar y tratar casos complejos con recursos limitados. Para el Dr. Alejandro Ríos, especialista en medicina interna en la Universidad de Carabobo, «el residente venezolano se enfrenta diariamente a cuadros clínicos que en otros países son excepcionales. Esta exposición temprana a enfermedades complicadas les da una ventaja significativa al momento de diagnosticar y tratar».

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Esta «formación en la adversidad» ha capturado la atención de otros países que ven en los médicos venezolanos una combinación de talento, resiliencia y creatividad. La doctora Ana Sánchez, directora de salud pública en Montevideo, Uruguay, explica: «Vemos en los médicos venezolanos una preparación única. Su formación académica, sumada a la experiencia en un sistema de salud en crisis, les ha otorgado herramientas que muchos otros profesionales no poseen».

Fin del color rosa

Sin embargo, esta migración de talentos también tiene un lado oscuro. Venezuela ve partir a jóvenes capacitados que, en otras circunstancias, serían el futuro del sistema de salud del país. «Es una pérdida significativa para nosotros, pero también es una oportunidad para que estos jóvenes médicos venezolanos crezcan profesionalmente en ambientes más estables», señala el Dr. Ángel Torres, decano de la facultad de medicina de la Universidad de Los Andes.

Médicos venezolanos
A muchos los aguarda una invitación internacional al graduarse. Ilustración MidJourney

La historia nos enseña que la migración de profesionales suele ser un reflejo de las circunstancias socioeconómicas de un país. En el caso de Venezuela, la diáspora médica es una manifestación de las múltiples crisis que vive la nación. Para la historiadora Gabriela Rojas, «esta migración es comparable a la de profesionales cubanos tras la revolución o los chilenos después del golpe de estado en 1973. Son ciclos históricos que reflejan el deseo de buscar mejores oportunidades y, en el caso de los médicos, ejercer su profesión con dignidad».

Nada que reconstruir

El panorama actual muestra una Venezuela que se desangra, pero que, paradójicamente, nutre a otros sistemas de salud con profesionales altamente capacitados. La esperanza de muchos es que, eventualmente, estos médicos regresen al país y contribuyan a la reconstrucción de un sistema de salud en crisis. Sin embargo, hasta que eso suceda, países como Chile, Colombia y Uruguay seguirán beneficiándose de la audacia, experiencia y conocimientos de estos jóvenes galenos venezolanos.

A su vez, esta diáspora médica ha creado una red de colaboración internacional entre profesionales venezolanos que se encuentran dispersos por el continente. Estos grupos, a menudo, se organizan para enviar ayuda humanitaria, compartir investigaciones y capacitar a colegas en sus respectivos países de acogida. La doctora María Valentina López, una cirujana venezolana ahora residente en Bogotá, nos cuenta: «Hemos construido comunidades de médicos venezolanos en diversos países. Aunque físicamente estemos lejos de nuestra tierra, seguimos conectados con el propósito de apoyar a nuestro país y contribuir con el conocimiento en nuestras nuevas patrias. No es solo una red profesional, sino también un apoyo emocional en medio del desarraigo».

Todos comprometidos

La situación de Venezuela también ha despertado un sentido de solidaridad y compromiso en el ámbito internacional. Organizaciones, gobiernos y la sociedad civil de diferentes naciones han buscado maneras de asistir tanto a la población venezolana dentro del país como a los migrantes.

En el caso de los médicos, no solo se trata de ofrecerles oportunidades laborales, sino también de reconocer y valorar el bagaje único que traen consigo. La historia demostrará si, a largo plazo, esta fuga de cerebros resultará en un fenómeno de retorno masivo y rejuvenecimiento del sistema sanitario venezolano, o si, por el contrario, la diáspora médica se convertirá en un capítulo permanente en la historia de Venezuela.

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