Luis Britto García, reconocido autor venezolano, nos invita a reflexionar con una de las metáforas más antiguas y universales: la fábula de las ranas de Esopo. A través de su ensayo titulado: «Sociopolítica del energúmeno», recientemente publicado en el portal Aporrea, el escritor plantea una inquietante pregunta: ¿por qué las sociedades, en momentos de crisis, parecen abandonar liderazgos anodinos para abrazar figuras tiránicas que terminan devorándolas? Britto García, fiel a su estilo incisivo y mordaz, utiliza la historia de las ranas y sus elecciones para cuestionar los mecanismos que subyacen a estas dinámicas políticas.
En el ensayo citado, Luis Britto García —Premio Nacional de Literatura 2002 y autor de más de 90 títulos que abarcan narrativa, teatro y ensayo— desentraña los significados ocultos detrás de la fábula. Publicado en Aporrea, un portal digital conocido por su enfoque crítico y alternativo, el artículo toma como base las reflexiones del autor sobre la inacción de los gobiernos y la desesperación de los pueblos. En «Sociopolítica del energúmeno», Britto García presenta una alegoría que resuena con la realidad de Venezuela y el mundo: el tronco inerte que simboliza las socialdemocracias estériles y las serpientes que encarnan a los líderes autoritarios y populistas.
Luis Britto García: culto al líder fuerte
El análisis de Luis Britto García no se limita a una simple crítica política. Su ensayo nos obliga a mirar hacia adentro y examinar las razones detrás del culto al líder fuerte. Britto señala que la ineficacia y la apatía de ciertos gobiernos generan un vacío de poder que se llena rápidamente por figuras carismáticas, pero destructivas. Para explicar este fenómeno, recurra a ejemplos históricos y culturales, desde las telenovelas venezolanas hasta líderes políticos internacionales. Gómez y Estefanía, dos de las series más icónicas de la televisión venezolana, sirven como estudio de caso. En ellas, los personajes tiránicos, inicialmente diseñados para ser aborrecidos, terminan ganándose la admiración del público, un reflejo perturbador de cómo las audiencias —y las sociedades— glorifican a figuras autoritarias.

En este contexto, Luis Britto García plantea una inquietante paradoja: mientras más se esfuerzan los creadores en retratar a los tiranos como villanos, más atractivos se vuelven para las masas. Este fenómeno, argumenta, no se limita a la ficción. Los electores, atrapados en un ciclo de desesperación y apatía, buscan soluciones inmediatas y se dejan seducir por la promesa de un orden autoritario. Britto cuestiona esta lógica con una precisión quirúrgica, destacando cómo el discurso populista y las acciones efectivas de estos líderes se convierten en herramientas de manipulación que los consolidan en el poder.
Donald Trump es otro energúmeno
La reflexión de Britto García se extiende más allá de las fronteras venezolanas. Al mencionar a figuras como Donald Trump, Jair Bolsonaro y Javier Milei, el autor traza paralelismos entre los líderes autoritarios de diversas latitudes. Cada uno, a su manera, encarna la figura de la serpiente de la fábula de Esopo: líderes que, bajo la promesa de acción y cambio, acaban consumiendo a las sociedades que los eligieron. La teatralidad, el efecto y el uso de antagonistas ficticios son elementos recurrentes en estos personajes, quienes construyen su poder sobre una narrativa que explota los miedos y resentimientos de las masas.
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Luis Britto García advierte que el problema radica no solo en la figura del líder, sino en las condiciones que permiten su ascenso. La falta de alternativas reales, la desigualdad económica y la desesperanza social crean el caldo de cultivo perfecto para que estas figuras emerjan. En este sentido, el ensayo de Britto no es solo una crítica a los líderes autoritarios, sino también a las estructuras políticas y económicas que perpetúan estas dinámicas. El capitalismo, con su concentración extrema de la riqueza y su impacto devastador en los recursos del planeta, se presenta como el verdadero adversario. Sin embargo, como señala el autor, «serpiente no como serpiente», y los energéticos prefieren desviar la atención hacia enemigos ficticios.
Los medios son parte del problema
El ensayo también explora el papel de los medios de comunicación en la construcción de estas figuras. Desde la televisión hasta las redes sociales, el sensacionalismo y la sobreexposición mediática alimentan el culto al líder fuerte. Luis Britto García destaca cómo estos líderes aprovechan la espectacularidad de sus gestos y discursos para eclipsar a sus oponentes y consolidar su poder. La figura del «energúmeno», como él lo llama, se caracteriza por una falta de ideología coherente, una prepotencia desmedida y un apetito insaciable por el poder.

En última instancia, Britto García nos confronta con una pregunta incómoda: ¿somos las ranas de la fábula, condenadas a elegir entre la inacción del tronco y la voracidad de la serpiente? Su ensayo no ofrece respuestas fáciles, pero sí nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y electores. Al hacerlo, nos recuerda que las soluciones reales requieren algo más que líderes carismáticos o gestos grandilocuentes. Exigen un compromiso colectivo con el cambio estructural y la justicia social.
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Luis Britto García, con su prosa aguda y su vasto conocimiento histórico, nos deja con una lección fundamental: el poder, en manos equivocadas, puede ser tan destructivo como la serpiente de Esopo. Pero también nos ofrece una esperanza: la posibilidad de construir un futuro diferente, donde las ranas no tengan que elegir entre el tronco inerte y la serpiente devoradora. En esta búsqueda, la reflexión y el cuestionamiento crítico se convierten en nuestras herramientas más valiosas.

