Jorge Rodríguez: Habilitar a María Corina Machado no estaba en el cuerpo del Acuerdo de Barbados

En el torbellino político de Venezuela, Jorge Rodríguez, jefe de la delegación chavista en los Acuerdos de Barbados y considerado la mano derecha del presidente Nicolás Maduro, ha rechazado categóricamente el anuncio reciente de Estados Unidos sobre la reanudación de sanciones económicas. Durante una asamblea en el Palacio Federal Legislativo de Caracas, acompañado de figuras prominentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Rodríguez realizó un análisis detallado de los principales logros y desafíos del diálogo político con Estados Unidos y la oposición venezolana.

El material usado como insumo para la creación de este reportaje fue inicialmente redactado por Alonso Moleiro, un veterano periodista venezolano con amplia trayectoria en medios impresos y digitales. Moleiro, egresado de la Universidad Central de Venezuela, ha colaborado con El Globo, Primicia y El Nacional, y ha sido una voz crítica en la radiodifusión y televisión venezolana. Actualmente, es corresponsal para el diario español EL PAÍS. En su última publicación, titulada “El chavismo critica el regreso de las sanciones de Estados Unidos y asegura que no se comprometió a habilitar a Machado”, Moleiro captura la esencia de un gobierno que se defiende frente a las presiones internacionales, mientras intenta mostrar una fachada de estabilidad y progreso.

Jorge Rodríguez y la génesis

El representante de Venezuela Jorge Rodríguez, recordó que el acuerdo de Barbados firmados por la administración de maduro y a Plataforma Unitaria que agrupa a algunos partidos de la oposición venezolana, establece que las partes promoverán la “habilitación” de todos los candidatos presidenciales y partidos políticos “siempre que cumplan con los requisitos establecidos para participar en la elección presidencial, consistentes con los procedimientos establecidos en la ley venezolana”. En una rueda de prensa posterior a la firma del acuerdo, Rodríguez —presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y jefe negociador del gobierno—interpretó la cláusula en el sentido de que un candidato inhabilitado no podría presentarse.

Jorge Rodriguez
Desde ese momento María Corina Machado conoció que su candidatura era inviable por estar inhabilitada, a tal punto, que luego de arrastrar a los opositores a primarias, supuestamente inflar los resultados y asegurar que llegaría hasta el final, se aparece con una candidata sustituta, Corina Yoris, como un plan b para seguir su ruta hacia Miraflores.. Ilustración MidJourney

Desde ese momento María Corina Machado conoció que su candidatura era inviable, a tal punto, que luego de arrastrar a los opositores a primarias, supuestamente inflar los resultados y asegurar que llegaría hasta el final, se aparece con una candidata sustituta, Corina Yoris, como un plan b para seguir su ruta hacia Miraflores. “Ella sabía que no era posible en ocasión de su estatus legal, el ser candidata, pero prefirió estafar al electorado opositor y bloquear para Venezuela una posibilidad de salir de os resultados de la impericia del grupo que se opone al liderazgo de Nicolás Maduro”, dijo Rodríguez.

Jorge Rodríguez ha estado en el centro de la controversia, defendiendo la posición del gobierno venezolano de no haber prometido nunca la habilitación política de figuras como María Corina Machado, quien ha sido una crítica vocal del gobierno de Maduro. Según Rodríguez, estos compromisos nunca se incluyeron en el cuerpo de los Acuerdos de Barbados. Él alega que el gobierno ha mantenido su palabra en cuanto a la celebración de elecciones, la observancia internacional y las garantías de votación, sin ceder ante demandas que considera inconstitucionales.

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Observación internacional

Durante su intervención, Jorge Rodríguez también comentó sobre la visita reciente de una misión de la Unión Europea a Venezuela, destacando la apertura del país a la observación internacional, en contraposición a las prácticas de Estados Unidos. Aunque mencionó la presencia de la delegación del Centro Carter, admitió no poder atenderlos por compromisos previos, subrayando las tensiones y el apretado calendario que maneja su gobierno.

La administración de Nicolás Maduro, por su parte, no ha perdido oportunidad para transmitir mensajes de optimismo económico. En un reciente evento transmitido por cadena nacional, Maduro y otros funcionarios gubernamentales discutieron la reactivación económica y el apoyo a los productores agrícolas locales, en un esfuerzo por contrarrestar la narrativa de crisis perpetua que ha dominado los titulares internacionales sobre Venezuela.

El contexto político y económico de Venezuela continúa siendo extremadamente complejo. Las afirmaciones de Rodríguez y las políticas gubernamentales se insertan en un escenario mayor de sanciones internacionales, declive económico y desafíos políticos. Los esfuerzos por mejorar la imagen del país y reactivar la economía son palpables, como lo demuestra la participación de empresas como Repsol en los recientes acuerdos en los campos petroleros de Quiriquire, y las inversiones en el sector gasífero, que buscan paliar la caída de la producción petrolera que comenzó en 2005.

Falta a la palabra empeñada

En su discurso, Jorge Rodríguez no solo defendió las acciones de su gobierno, sino que también lanzó críticas directas a la administración Biden por lo que considera un incumplimiento de las promesas hechas en las negociaciones. Con tono reflexivo, cuestionó la moralidad y la integridad de los funcionarios estadounidenses, enfatizando que, a diferencia de ellos, el gobierno venezolano ha actuado con decencia y respeto hacia los compromisos adquiridos.

Este panorama refleja la persistente tensión entre el gobierno de Maduro y sus detractores, tanto internos como externos. La capacidad de Venezuela para navegar estos desafíos, mantener la estabilidad interna y mejorar su imagen internacional podría definir el futuro político del país en los próximos años. En este contexto, la figura de Jorge Rodríguez se erige como un pilar fundamental de la estrategia gubernamental, intentando equilibrar las exigencias internacionales con las presiones internas.

La postura de Rodríguez ante los desafíos no solo se limita a la defensa del gobierno en foros políticos. En sus discursos, ha pedido repetidamente al pueblo venezolano que «alce su voz» en contra de las sanciones y las medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos. Esta llamada a la unidad nacional y la resistencia es una táctica que Rodríguez y el gobierno de Maduro han utilizado para fortalecer su base de apoyo, pese a las críticas y las dificultades económicas que enfrenta el país.

Jorge Rodriguez
La postura de Rodríguez ante los desafíos no solo se limita a la defensa del gobierno en foros políticos. En sus discursos, ha pedido repetidamente al pueblo venezolano que «alce su voz» en contra de las sanciones y las medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos. Ilustración MidJourney.

Abiertas las puertas diplomáticas

Además, la interacción entre el gobierno venezolano y actores internacionales como la Unión Europea y organizaciones como el Centro Carter, sugiere una estrategia de diplomacia pública que busca legitimar al gobierno de Maduro ante la comunidad internacional, mientras se negocian las condiciones más favorables para el país en el escenario global. Aunque estos esfuerzos han tenido un éxito limitado, reflejan un intento continuo de Venezuela por reformular su imagen y gestionar las percepciones externas.

Jorge Rodríguez también ha señalado la responsabilidad que tienen los medios y la oposición en la perpetuación de una imagen negativa de Venezuela. A través de campañas en redes sociales y otros medios, el gobierno intenta contrarrestar lo que considera una desinformación sistemática que afecta la percepción del país en el exterior. La narrativa gubernamental, impulsada por Rodríguez, enfatiza la resiliencia de Venezuela y su capacidad para superar las adversidades, a pesar de las restricciones económicas impuestas desde el extranjero.

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Todo está mejorando

La gestión de la crisis por parte de Rodríguez y su equipo también incluye un enfoque en la recuperación económica, como lo demuestra la mención de los acuerdos con Repsol y el aumento en la producción de petróleo. Estos esfuerzos, aunque críticos para el futuro económico de Venezuela, se enfrentan a la realidad de una infraestructura deteriorada y años de desinversión y corrupción. La capacidad del gobierno para atraer inversiones extranjeras y gestionar eficazmente los recursos del país es crucial para cualquier esperanza de recuperación sostenible.

La figura de Jorge Rodríguez en el escenario político venezolano es emblemática de los retos y estrategias del gobierno de Maduro. Su habilidad para navegar la compleja geopolítica y mantener la cohesión interna será determinante en la estabilidad futura de Venezuela. A medida que el país continúa enfrentando presiones tanto internas como externas, la dirección que tome bajo líderes como Rodríguez será clave para determinar su trayectoria en un mundo cada vez más polarizado y desafiante.

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