Todos están hablando del “Efecto Messi”. El verde campo de fútbol y las calles de una ciudad pueden parecer mundos aparte, pero en Miami, ambos están intrínsecamente ligados gracias al poder de una sola figura: La Pulga.
Desde que el astro del fútbol mundial aterrizó en el Inter de Miami, no sólo los goles y las ovaciones han sido noticia, sino también un fenómeno económico que muchos han bautizado como el «Efecto Messi». Esta influencia del campeón mundial bajo la camiseta albiceleste ha repercutido en diversos ámbitos de la economía local, desde el sector inmobiliario hasta los precios en los centros nocturnos.
Datos sobre el Efecto Messi
De acuerdo con el último informe de la Asociación de Bienes Raíces de Miami, desde la llegada de Messi, los precios de las propiedades en áreas premium de la ciudad han experimentado un aumento del 12%. En barrios como Brickell y Coconut Grove, donde anteriormente se podía conseguir un condominio de lujo por alrededor de $1 millón, ahora los precios están superando fácilmente los $1,2 millones.
Pero, ¿qué tiene que ver el futbolista con el mercado inmobiliario? Expertos argumentan que el Efecto Messi ha llevado a un aumento en el interés internacional por Miami. «La llegada de Messi ha posicionado a Miami, aún más, como un punto de referencia global. Esto atrae a inversionistas y a fanáticos del fútbol que quieren estar cerca de su ídolo», señala María Rodríguez, especialista en bienes raíces de la ciudad.
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Rumbear es más costoso
Además del sector inmobiliario, el entretenimiento nocturno ha sido otro de los grandes beneficiados – o afectados, según se mire – por el “Efecto Messi”. Los clubes nocturnos, sobre todo aquellos ubicados en zonas como South Beach, han visto cómo sus tarifas se elevan, justificando este incremento en la posibilidad de que Messi y otros famosos que le siguen, aparezcan en sus locales.
Y si de comer se trata, los restaurantes no se quedan atrás. Según datos del Departamento de Estadísticas de Miami, el precio promedio de una cena para dos en un restaurante de gama media ha subido un 8% en los últimos meses. «No es sólo por Messi, pero sin duda su presencia ha añadido un valor extra a la experiencia de comer en Miami. La gente está dispuesta a pagar más si eso significa que podrían encontrarse al astro en la mesa de al lado», comenta Carlos Pérez, gerente de un restaurante en el centro de la ciudad.
No faltan las críticas
No obstante, esta bonanza económica que parece haber traído Messi no es vista con buenos ojos por todos. Para los residentes de larga data, el aumento en el costo de vida comienza a ser una preocupación. Julia Sánchez, una maestra jubilada que ha vivido en Miami durante más de 40 años, expresa su inquietud: «Amo el fútbol y me encanta que Messi esté aquí, pero la vida en Miami se está volviendo cada vez más cara. No todos pueden permitirse vivir el “Efecto Messi'».
Mientras tanto, historiadores y analistas políticos buscan paralelismos y contextos más amplios. El Dr. Juan Moreno, historiador especializado en deporte y sociedad, apunta: «No es la primera vez que un deportista tiene tal impacto en una ciudad. Pero lo de Messi es particularmente único debido a su estatura global y al momento específico de globalización en el que vivimos. Su presencia en Miami recalca cómo el deporte y la economía están interconectados en nuestra era moderna».
La messimanía crece
Lo que es indiscutible es que, por ahora, el «Efecto Messi» continúa en pleno apogeo. Con estadios llenos cada vez que el Inter de Miami juega en casa y una ciudad que parece haber adoptado al argentino como uno de los suyos, el debate sobre las repercusiones económicas de su presencia está lejos de concluir. Mientras tanto, Miami vive y respira al ritmo de Messi, en el campo y en sus calles.
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A medida que los meses pasan, la influencia de Messi se solidifica no sólo en la cultura deportiva de Miami, sino también en su tejido social y económico. Negocios locales lanzan promociones «Messi-themed», y eventos caritativos cuentan con la presencia del astro para aumentar la recaudación.
En escuelas, jóvenes futbolistas sueñan con emular sus pasos, y en las plazas, se escuchan discusiones sobre si este «efecto» es sostenible a largo plazo o si, una vez que la euforia inicial disminuya, la ciudad volverá a su equilibrio económico anterior. Lo cierto es que, por el momento, Lionel Messi ha dejado una huella indeleble en la ciudad del sol, reconfigurando su panorama económico y cultural de una manera que pocos podrían haber anticipado.