¿Son dueñas del mundo?: Blackrock, Vanguard y Norges Bank

Muchos creen que tres corporaciones bien acomodadas son las dueñas del mundo. Giremos la ruleta. Lo primero es advertir que en el imaginario popular de los últimos años, impulsado en gran medida por medios de comunicación y teorías de conspiración, ha emergido una creencia de que tres titanes financieros – Blackrock, Vanguard y Norges Bank – dominan la economía mundial. Para muchos, estas corporaciones no solo tienen influencia en los mercados financieros, sino también en la toma de decisiones de gobiernos y políticas globales. ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Estamos realmente bajo el dominio de estas entidades?

Blackrock y Vanguard, con sede en EE. UU., y Norges Bank, el banco central de Noruega encargado de gestionar el Fondo de Pensiones del Gobierno noruego, se encuentran entre los inversores institucionales más grandes del mundo. Según datos de 2021, Blackrock y Vanguard gestionaban activos por más de $8 billones y $7 billones respectivamente. Mientras que el Fondo de Pensiones del Gobierno noruego, administrado por Norges Bank, superó el billón de dólares en 2020.

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El poder de estas afamadas dueñas del mundo está en su voz y voto. Ilustración MidJourney

Las tres dueñas del mundo

En términos estadísticos, la presencia de estas entidades es innegable en los mercados de valores. Un informe del Banco de Pagos Internacionales resaltaba cómo los grandes inversores institucionales, entre los que destacan las mencionadas corporaciones, son dueños de una proporción significativa de las acciones de las empresas cotizadas en bolsa a nivel mundial. De hecho, es común que posean participaciones en competidores directos dentro de una misma industria, lo que para algunos analistas puede influir en la competencia y las dinámicas de mercado.

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Pero, más allá de su peso en los mercados, la idea de que estas corporaciones «sean dueñas del mundo» deriva de una serie de malentendidos y mitos. Si bien su poder financiero es innegable, la suposición de que pueden tutelar a la mayoría de los gobiernos del planeta carece de fundamento. Por ejemplo, la naturaleza misma del Fondo de Pensiones del Gobierno noruego le impide participar activamente en la gestión de las empresas en las que invierte.

Acerca de mitos y leyendas

No obstante, ¿de dónde surge esta narrativa? La historiadora Eleanor Richardson opina que el temor a las grandes corporaciones no es nuevo. A lo largo de la historia, ha habido inquietudes sobre los grandes conglomerados y su influencia. Para Richardson, la diferencia radica en la globalización y la rapidez con la que la información (y desinformación) se propaga en nuestra era digital.

Por otro lado, el político europeo Lukas Meijer considera que la percepción de la omnipotencia de estas entidades se deriva de una mezcla de preocupación genuina sobre la concentración del poder económico y la necesidad de hallar culpables tangibles en una economía global interconectada y compleja. «Es más fácil culpar a entidades con nombre y apellido que entender la intrincada red de interdependencias globales», comenta Meijer en un guiño a las llamadas “dueñas del mundo”.

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Las tres corporaciones son accionistas importantes en empresas de la bolsa mundial. Ilustración MidJourney

Todo es mucho más complicado

El análisis se complica cuando observamos el papel de los lobbies y grupos de interés. Si bien es cierto que grandes corporaciones, incluidas Blackrock y Vanguard, tienen departamentos dedicados a la representación y defensa de sus intereses, esto es una práctica común y legal en democracias consolidadas. La línea se difumina cuando se trata de determinar cuánta influencia es legítima y cuánta puede ser perjudicial para los intereses públicos.

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Es importante distinguir entre influencia y propiedad. Si bien estas corporaciones pueden tener una voz poderosa debido a su capital, sugerir que «poseen» gobiernos es un salto lógico considerable. Los gobiernos son, al final del día, entidades complejas con múltiples actores, agendas y presiones.

Mientras que Blackrock, Vanguard y Norges Bank son indiscutiblemente gigantes financieros con una influencia significativa en los mercados mundiales, la idea de que son las dueñas del mundo es, en el mejor de los casos, una exageración. La realidad global es demasiado compleja como para reducirla a la sombra de tres entidades corporativas. Es esencial mantener un análisis crítico y basado en hechos para comprender realmente las dinámicas del poder en nuestro mundo interconectado.

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