En el árbol de la vida reinan más que las cinco ramas que hasta ahora conocíamos

El concepto del «árbol de la vida», utilizado para describir la clasificación de los seres vivos en el planeta, ha experimentado una transformación significativa que desafía lo que muchos de nosotros aprendimos en el colegio. Tradicionalmente, la clasificación de los seres vivos se ha agrupado en cinco reinos: animal, vegetal, fungi, protista y monera. Esta división, aún popular hoy en día, simplifica en gran medida la asombrosa diversidad de especies en la Tierra. Actualmente, los avances científicos han revelado una complejidad mucho mayor, que exige una reconsideración profunda de cómo agrupamos la vida en nuestro planeta.

Este reportaje se basa en la contribución de Marcial Escudero, profesor Titular del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla, y Modesto Luceño Garcés, profesor (catedrático) de Botánica de la Universidad Pablo de Olavide. Ambos, en su nota para The Conversation titulada: «Los cinco reinos (de los seres vivos) ya no son cinco», destacan cómo la clasificación tradicional de los seres vivos ha quedado obsoleta frente a los descubrimientos recientes. La biodiversidad terrestre es extremadamente rica y compleja, mucho más de lo que sugieren los cinco reinos tradicionales. De hecho, de los aproximadamente 2 millones de especies descritas, solo representan un pequeño porcentaje de la diversidad total en nuestro planeta.

El árbol de la vida es mucho más grande

A lo largo de la historia, la forma en que clasificamos la vida ha evolucionado significativamente. Desde la división inicial en dos grandes grupos (vegetal y animal) propuesta por Aristóteles y Teofrasto en el siglo IV a. e. c., pasando por las propuestas de tres o cuatro reinos en el siglo XIX, hasta la popular clasificación de cinco reinos por Robert Whittaker en el siglo XX. Sin embargo, esta última clasificación ha sido cuestionada casi desde su publicación por ser polifilética, es decir, agrupar especies con múltiples orígenes evolutivos.

árbol de la vida
Marcial Escudero y Modesto Luceño Garcés en su nota para The Conversation titulada: «Los cinco reinos (de los seres vivos) ya no son cinco», destacan cómo la clasificación tradicional de los seres vivos ha quedado obsoleta frente a los descubrimientos recientes. La biodiversidad terrestre es extremadamente rica y compleja, mucho más de lo que sugieren los cinco reinos tradicionales. Ilustración MidJourney

La introducción de las filogenias moleculares a finales del siglo XX marcó el comienzo de una nueva era en la clasificación de los seres en el árbol de la vida. Estas técnicas permitieron apreciar diferencias fundamentales en la organización celular y genética de los organismos, lo que llevó a la propuesta de un sistema de tres dominios y seis reinos. Esta reorganización resaltó la distinción entre procariotas (bacterias y arqueas) y eucariotas (plantas, animales, hongos y protistas), estableciendo una base más natural para agrupar las especies según su origen evolutivo.

Clasificación de los eucariotas

El trabajo de Thomas Cavalier-Smith a comienzos del siglo XXI, clasificando los eucariotas en seis supergrupos, ha recibido una amplia aceptación. Estos supergrupos, que pueden considerarse equivalentes a reinos, incluyen Archaeplastida (plantas), Opisthokonta (animales y hongos verdaderos), Amoebozoa, Excavata, Chromalveolata y Rhizaria. Esta clasificación refleja mejor la diversidad y relaciones evolutivas entre los organismos eucariotas, aunque los límites entre estos supergrupos siguen siendo objeto de investigación y debate.

Tambièn puedes leer: Altibajos del feminismo como significado guarda siempre un espíritu irremediablemente explosivo

Recientemente, el avance en los estudios filogenómicos ha permitido una comprensión aún más detallada de las relaciones entre los eucariotas, sugiriendo la existencia de hasta 12 o incluso 14 supergrupos. Esta evidencia refuerza la idea de que la clasificación de la vida es mucho más compleja de lo que se había supuesto anteriormente y que aún queda mucho por descubrir acerca de la biodiversidad en nuestro planeta.

El tema con los virus

Además, la cuestión de si los virus deben considerarse seres vivos y, por tanto, incluirse en el «árbol de la vida» como un cuarto dominio, sigue siendo un tema de debate. Aunque su inclusión cambiaría aún más nuestra comprensión de la diversidad de la vida, refleja la importancia de seguir investigando y cuestionando nuestras clasificaciones actuales.

árbol de la vida
Además, la exploración y descubrimiento continuos de nuevas especies, especialmente en hábitats menos estudiados como las profundidades oceánicas y los suelos de los bosques tropicales, siguen expandiendo los límites de nuestra comprensión del «árbol de la vida». Ilustración MidJourney.

La noción genealógica de la vida y la clasificación de los seres vivos están en constante evolución, reflejando los avances en nuestra comprensión de la biología y la diversidad de la vida en la Tierra. A medida que descubrimos más sobre la extraordinaria variedad de formas de vida, es crucial mantener una mente abierta y estar preparados para ajustar nuestras categorías taxonómicas en consecuencia. Proteger la biodiversidad requiere una comprensión profunda de todas las ramas del árbol de la vida, especialmente frente a desafíos como el cambio climático y la sexta extinción masiva. En última instancia, la vida en nuestro planeta es mucho más rica y compleja de lo que cualquier clasificación puede capturar completamente, y nuestra exploración de esta diversidad apenas está comenzando.

Tambièn puedes leer: América Latina es clave en el desarrollo y promoción de los Corredores Bioceánicos

Datos genómicos y moleculares

Entre los desafíos actuales que enfrenta la clasificación del «árbol de la vida» se encuentra la integración de datos genómicos y moleculares con la morfología y ecología de los organismos. La revolución genómica ha proporcionado una cantidad sin precedentes de información sobre la herencia biológica de las especies, revelando conexiones sorprendentes entre organismos que morfológicamente parecen muy distintos. Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que ciertos grupos de organismos previamente clasificados en reinos separados comparten genes y vías metabólicas, lo que sugiere un ancestro común más reciente de lo que se pensaba. Estos descubrimientos desafían las clasificaciones tradicionales y destacan la necesidad de un enfoque más holístico que combine diversas líneas de evidencia para entender la verdadera naturaleza de las relaciones evolutivas entre las formas de vida.

Además, la exploración y descubrimiento continuos de nuevas especies, especialmente en hábitats menos estudiados como las profundidades oceánicas y los suelos de los bosques tropicales, siguen expandiendo los límites de nuestra comprensión del «árbol de la vida». Muchas de estas especies recién descubiertas presentan características únicas que desafían las clasificaciones existentes y sugieren la presencia de linajes evolutivos previamente desconocidos. Por ejemplo, la identificación de microorganismos extremófilos en ambientes hostiles ha revelado la existencia de formas de vida capaces de sobrevivir en condiciones extremas, lo que no solo amplía nuestra percepción de la biodiversidad planetaria sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre los posibles orígenes de la vida y su capacidad para adaptarse a entornos cambiantes. Estos hallazgos subrayan la importancia de continuar explorando y documentando la biodiversidad, ya que cada organismo descubierto tiene el potencial de alterar significativamente nuestra comprensión del complejo tejido de la vida en la Tierra.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí