El conflicto en Oriente Medio, enraizado en una complejidad de intereses religiosos, políticos y territoriales, ha encontrado un nuevo foco con la reciente muerte de Yahya Sinwar, líder de Hamás. Esta figura clave para los palestinos, y uno de los cerebros detrás del ataque del 7 de octubre de 2023, marcó un hito en la guerra entre Israel y Hamás, pero también ha generado nuevas preguntas sobre el futuro de la región y la política israelí. Para el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, la desaparición de Sinwar parecía ser un golpe decisivo, pero la situación sugiere que la guerra no ha terminado. Más allá del campo de batalla, fuerzas invisibles, como los túneles subterráneos que Hamás ha utilizado para defenderse, parecen haber penetrado también en la mente política de Netanyahu, condicionando cada uno de sus movimientos estratégicos.
El investigador Ian Parmeter, del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad Nacional de Australia, publicó recientemente en el portal académico The Conversation un artículo titulado “La muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, es un momento decisivo, pero no pondrá fin a la guerra”. Parmeter, con vasta experiencia en la geopolítica de la región, argumenta que la muerte de Sinwar no significa el fin del conflicto, sino un punto de inflexión que podría ser decisivo dependiendo de cómo Hamás responda a la pérdida de su líder. Sin embargo, destaca que, aunque Israel, y en particular Netanyahu, lo consideran un paso fundamental hacia la victoria, la realidad es mucho más compleja. La red de túneles subterráneos de Hamás ha sido el símbolo físico de su resistencia, pero los verdaderos túneles son aquellos que se han cavado en la mente política de Netanyahu y en la percepción del pueblo israelí.
Túneles en la mente política de Netanyahu
La muerte de Sinwar plantea una pregunta crucial: ¿realmente cambia algo en el escenario actual? Para Hamás, Sinwar representaba no solo un líder militar, sino también un símbolo de la lucha palestina contra Israel. Su desaparición ha dejado un vacío, pero Hamás, con su capacidad de reorganización y adaptación, sigue siendo una fuerza peligrosa y resiliente. Los túneles en la mente política de Netanyahu, en este sentido, no se refieren solo a la infraestructura subterránea de Hamás, sino a la incertidumbre que genera el hecho de que el conflicto no termina con la eliminación de un líder. Netanyahu, al igual que sus predecesores, enfrenta el reto de manejar una guerra que parece inagotable, a pesar de los intentos de destruir al enemigo.

Otro factor que no podemos ignorar es el impacto que la guerra tiene en la coalición política de Netanyahu. Su gobierno, compuesto por una alianza heterogénea de partidos de derecha y religiosos sionistas, ha estado bajo una presión constante. Mientras algunos miembros del gabinete exigen la destrucción total de Hamás, otros presionan por la liberación de los rehenes que el grupo mantiene en Gaza. En este sentido, los túneles en la mente política de Netanyahu también representan la división interna de su propio gobierno, donde la política de guerra y paz se entrelaza con los intereses partidistas y la supervivencia política de Netanyahu.
Costo político de la guerra
El líder israelí ha hecho de la seguridad un pilar de su política, y el conflicto con Hamás ha sido un punto central en su retórica. Sin embargo, el costo humano y político de la guerra no puede ser ignorado. La presión de las familias de los rehenes, que exigen una solución inmediata, se enfrenta a la negativa de los sionistas religiosos de cualquier alto al fuego. Estos últimos temen que Hamás utilice cualquier tregua para reagruparse y volver a ser una amenaza seria para Israel. Aquí se puede observar cómo los túneles en la mente política de Netanyahu no solo están excavados por sus enemigos externos, sino también por las contradicciones internas que enfrenta en su propio gobierno.
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Además, la geopolítica global agrega otra capa de complejidad a la situación. Estados Unidos, el principal aliado de Israel, ha dejado claro que, si no hay una mejora significativa en la situación humanitaria en Gaza, podría reconsiderar su apoyo militar a Israel. Esto pone a Netanyahu en una posición difícil, ya que debe equilibrar las demandas de su coalición, las expectativas de la comunidad internacional y la presión interna de las familias israelíes afectadas por la guerra. La influencia de Estados Unidos también cava túneles en la mente política de Netanyahu, quien debe sopesar cuidadosamente cada paso que da en el conflicto.
El túnel como imagen de tormento
La cuestión de los túneles, tanto reales como metafóricos, ha sido un aspecto clave en esta guerra. Los túneles que Hamás ha utilizado durante años para contrabandear armas, organizar ataques y protegerse de los bombardeos israelíes son una representación tangible de la resistencia palestina. Pero los túneles más peligrosos son aquellos que se han formado en la percepción del pueblo israelí y en la estrategia política de Netanyahu. Cada paso que da el líder israelí parece estar guiado no solo por la lógica militar, sino por la necesidad de mantener la cohesión de su gobierno y satisfacer las expectativas de una población cansada de la guerra.

En el corazón de esta batalla se encuentra el dilema de la seguridad versus la paz. Netanyahu ha apostatado su carrera política con la promesa de derrotar a Hamás y restaurar la seguridad en Israel, pero esa victoria parece más esquiva que nunca. Incluso con la muerte de Sinwar, el conflicto sigue evolucionando, y los túneles en la mente política de Netanyahu se profundizan cada vez más, llenos de dudas, presiones internas y desafíos externos. El futuro de Israel y la paz en la región dependen en gran medida de cómo Netanyahu maneje esta situación, pero la historia reciente sugiere que la paz no será fácil de alcanzar.
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Mientras Hamás continúa su lucha desde las sombras, y los religiosos sionistas presionan por una victoria total, Netanyahu se encuentra atrapado en un laberinto de decisiones políticas, militares y diplomáticas. Los túneles en la mente política de Netanyahu seguirán siendo un símbolo de la complejidad de este conflicto, donde la paz parece estar tan lejos como los túneles subterráneos que serpentean bajo Gaza.