¿Cómo crear un modelo democrático en Siria tras 54 años del régimen de los Al Assad?

La posibilidad de crear un modelo democrático en Siria se abre después de más de cinco décadas de control ininterrumpido por parte de la familia Al Assad. La historia de Siria, marcada por la autoridad férrea de Hafez Al Assad y luego de su hijo Bashar, parecía inmutable. No obstante, los cambios recientes en el panorama político y geopolítico mundial, especialmente la reconfiguración del poder en el Oriente Medio, presentan una coyuntura única. La caída de un régimen que ha gobernado a través del poder militar y alianzas internacionales plantea retos monumentales, pero también oportunidades.

En este contexto, figuras y analistas como el diplomático y profesor universitario venezolano Julio César Bello Pineda, han compartido visiones esclarecedoras sobre los desafíos y las estrategias para lograr esta transición democrática. Bello Pineda, en su reciente artículo publicado en el diario El Universal, titulado: “A propósito del cambio político en Siria: El paradigma democrático de Turquía”, plantea que la experiencia de Turquía podría servir como guía para crear un modelo democrático en Siria con justicia, inclusión y desarrollo económico.

Cómo crear un modelo democrático en Siria

Julio César Bello Pineda, quien ha sido embajador de Venezuela en varios países de Oriente Medio y ha sido testigo directo de la complejidad de la región, argumenta que la Primavera Árabe, entre 2010 y 2011, demostró que las fuerzas sociales, particularmente los jóvenes, mujeres e intelectuales, pueden movilizarse para derrocar regímenes autoritarios. Si bien en países como Egipto, Libia y Túnez se lograron cambios significativos, en Siria la consolidación del poder militar y el respaldo de potencias externas como Rusia e Irán impidieron el éxito inicial de estos movimientos. La sociedad siria, mayoritariamente sunita, ha tenido que convivir con un régimen basado en una minoría alauita, protegida por las alianzas geoestratégicas. Ahora, con el reciente desmoronamiento del gobierno de Bashar Al Assad, crear un modelo democrático en Siria requiere reconstruir no solo las instituciones políticas, sino también el tejido social y económico de un país devastado.

Ahora, con el reciente desmoronamiento del gobierno de Bashar Al Assad, crear un modelo democrático en Siria requiere reconstruir no solo las instituciones políticas, sino también el tejido social y económico de un país devastado. Ilustración MidJourney

La comparación con Turquía, que Bello Pineda considera una clave de referencia, no es fortuita. Después de la caída del Imperio Otomano al término de la Primera Guerra Mundial, Turquía supo reorganizar su identidad nacional bajo la figura de Mustafá Kemal Atatürk, quien lideró un proceso revolucionario que sentó las bases de una república moderna, laica y democrática. A diferencia de otros movimientos en Oriente, la revolución turca no renunció a su dimensión espiritual ni a su historia islámica, pero supo separar las esferas política y religiosa. Turquía logró establecer un equilibrio entre la tradición islámica y los principios del estado moderno occidental, respetando los derechos humanos, garantizando la igualdad de género y promoviendo el desarrollo económico. Esta experiencia resulta inspiradora al considerar los retos para crear un modelo democrático en Siria en una región donde las divisiones religiosas, étnicas y políticas han dificultado históricamente la cohesión nacional.

Tras 13 años de guerra civil

La situación actual en Siria, tras 13 años de guerra civil, deja un panorama fragmentado pero con signos de esperanza. La coalición de fuerzas opositoras, que incluye desde liberales y socialistas hasta grupos extremistas, enfrenta el desafío de construir consensos que permitan una transición ordenada. La reciente celebración de un congreso interreligioso en Sueida, donde participaron representantes cristianos, musulmanes y judíos, simboliza el anhelo de reconciliación y pluralismo en la sociedad siria. Sin embargo, la reconciliación nacional y el respeto a las minorías no pueden alcanzarse sin un marco institucional robusto. Crear un modelo democrático en Siria implica establecer una constitución que garantice derechos fundamentales, promueva la inclusión de todas las comunidades y siente las bases para un estado de derecho.

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Uno de los mayores retos es la reconstrucción económica. Durante décadas, el régimen de los Al Assad centralizó el poder y los recursos, beneficiando a una élite cercana al gobierno mientras gran parte de la población vivía en condiciones precarias. La guerra agravó esta situación, destruyendo infraestructuras y desplazando a millones de personas dentro y fuera del país. Turquía, con su modelo de desarrollo basado en la industrialización y la apertura económica, ofrece un ejemplo de cómo una nación puede prosperar en un contexto de reconstrucción posconflicto. La cooperación internacional, el apoyo financiero y el fomento del emprendimiento local serán elementos clave para crear un modelo democrático en Siria que también promueva el bienestar económico de su población.

ONU y la Liga Árabe

La comunidad internacional tendrá un papel determinante en este proceso. Si bien Rusia e Irán jugaron un papel crucial en la supervivencia del régimen de Bashar Al Assad, ahora deberán adaptarse a la nueva realidad. Turquía, por su parte, emerge como un mediador natural, dada su proximidad geográfica y su experiencia en la construcción de un estado moderno en un contexto islámico. La Liga Árabe y las Naciones Unidas también deben asumir un rol activo, facilitando el diálogo entre las diferentes fuerzas políticas sirias y promoviendo soluciones pacíficas. El respeto al derecho internacional y la protección de los derechos humanos deben ser principios innegociables en esta nueva etapa.

Además del ámbito político y económico, la transformación cultural y educativa será crucial. El legado de la familia Al Assad incluye décadas de censura, propaganda y represión del pensamiento crítico. Crear un modelo democrático en Siria requiere una revolución cultural que fomente la libertad de expresión, el acceso a la educación y la participación ciudadana. Turquía, en su transición hacia la modernidad, implementó reformas educativas que promovieron la laicidad, el conocimiento científico y el respeto a la diversidad cultural. Siria puede aprender de esta experiencia para empoderar a sus ciudadanos y garantizar que las generaciones futuras crezcan en un entorno de libertad y oportunidades.

La revolución turca, que transformó un imperio en una república democrática, es un recordatorio de que el cambio es posible cuando existe liderazgo, voluntad popular y una visión compartida del futuro. Ilustración MidJourney.

Un sendero de dificultades

El camino hacia la democracia en Siria no será fácil. Las heridas de la guerra, las divisiones sectarias y los intereses geopolíticos aún representan obstáculos considerables. Sin embargo, la historia ha demostrado que los pueblos pueden reinventarse incluso en los contextos más adversos. La revolución turca, que transformó un imperio en una república democrática, es un recordatorio de que el cambio es posible cuando existe liderazgo, voluntad popular y una visión compartida del futuro. Crear un modelo democrático en Siria, inspirado en el ejemplo de Turquía, no solo beneficiará a su pueblo, sino que también contribuirá a la estabilidad y el progreso de toda la región de Oriente Medio.

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La caída del régimen de los Al Assad marca el inicio de una nueva era para Siria. La oportunidad de reconstruir el país bajo principios democráticos, con inclusión, justicia y desarrollo económico, debe ser aprovechada con determinación y pragmatismo. El modelo turco, con sus éxitos y lecciones, ofrece un referente invaluable para guiar este proceso. Con el respaldo de la comunidad internacional, la participación activa de la sociedad civil y el compromiso de todas las fuerzas políticas, Siria puede aspirar a un futuro de paz, libertad y prosperidad. Crear un modelo democrático en Siria es, sin duda, un desafío monumental, pero también una posibilidad real para cambiar el destino de una nación y sentar las bases de un nuevo paradigma en el mundo árabe.

 

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