La paradoja de la abundancia: ¿Maldición de América Latina?

La paradoja de la abundancia es una especulación aparentemente joven. Calza al dedillo en nuestra zona geográfica. Bendecida con una riqueza natural inigualable, que abarca desde minerales hasta biodiversidad, América Latina se encuentra en una encrucijada inexplicablemente difícil de resolver.

Este término fue popularizado por el autor Richard Auty en 1993, aunque la idea de que la riqueza en recursos naturales puede ser tanto una bendición como una maldición ha sido un tema de análisis desde mucho antes

A pesar de los vastos recursos naturales, que incluyen grandes yacimientos de petróleo en Venezuela, extensas reservas de litio en Bolivia, y ricos suelos agrícolas en Brasil, la región sigue lidiando con elevadas tasas de pobreza, desigualdad social y problemas de gobernabilidad. El fenómeno, es también conocido como la «maldición de los recursos, se hace palpable en esta región más que en ninguna otra.

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La paradoja de la abundancia
La extracción de minerales es dinero fácil y legado de colonialismo. Ilustración MidJourney

La paradoja de la abundancia

Según un informe de 2020 del Banco Mundial, la desigualdad de ingresos en América Latina es mayor que en cualquier otra región del mundo, a pesar de un boom de materias primas que duró casi una década desde principios de los 2000. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) confirma que, a pesar de la bonanza de recursos, el 30.1% de la población de la región vive en la pobreza.

El problema es complejo y multifacético. Según Michael Ross, politólogo y profesor en la Universidad de California, Los Ángeles, la abundancia de recursos naturales a menudo da lugar a un tipo de gobernabilidad que favorece la concentración de poder y la corrupción. Este fenómeno se ha observado en Venezuela, donde las vastas reservas de petróleo se tradujeron en poder político para un número reducido de líderes, pero no en bienestar para la población general. La historia de la economía venezolana, embona en la paradoja de la abundancia. Una nación que alguna vez fue una de las más fuertes de la región, colapsó, en parte, debido a la mala gestión y al enfoque miope en el sector petrolero, dejando a gran parte de la población en la miseria.

Legado del colonialismo

La historiadora María Eugenia Romero Sotelo, experta en América Latina, señala que el legado colonial también desempeña un papel en la persistente maldición de los recursos. Los patrones extractivos implementados por los colonizadores europeos persisten hasta hoy, priorizando la extracción de recursos por encima del desarrollo humano sostenible. «Lo que vemos es un patrón de historia que se repite, donde los recursos sirven para enriquecer a una elite en detrimento de la mayoría», explica Romero Sotelo.

La falta de diversificación económica es otro factor que agrava la paradoja de a abundancia. Los gobiernos tienden a centrarse en los sectores más lucrativos, como la minería y la exportación de materias primas, descuidando otras áreas vitales como la educación y la salud. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los países de América Latina invierten solo un 4.7% de su PIB en educación, en comparación con un 5.5% en los países de la OCDE.

Medellín
Sin desarrollo humano no basta con tener recursos naturales importantes. Ilustración MidJourney

Romper la maldición

Algunos países han intentado romper este ciclo. Chile, por ejemplo, ha establecido un Fondo Soberano de Riqueza para manejar sus ingresos del cobre, buscando invertir en desarrollo sostenible. No obstante, la reciente ola de protestas en el país sudamericano demuestra que aún queda mucho por hacer para mitigar la desigualdad.

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Las consecuencias de la paradoja de la abundancia en América Latina es un recordatorio contundente de que la riqueza en recursos naturales no garantiza el bienestar social ni económico. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para superar esta maldición, se requiere un enfoque multidimensional que incluya mejor gobernabilidad, mayor transparencia, diversificación económica y, sobre todo, una apuesta real por el desarrollo humano sostenible.

La «maldición de los recursos” continúa siendo una pregunta sin respuesta clara para América Latina. ¿Será esta tierra rica en recursos, pero plagada de desigualdad y conflictos, capaz de romper el ciclo y convertir su riqueza natural en una bendición para todos sus habitantes? Solo el tiempo y un esfuerzo concertado por el cambio podrán decirlo.

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