Lecciones de la Guerra de la Triple Alianza: ¿Todo está bien?

En la conmemoración del aniversario de la batalla de Acosta Ñu, en la Guerra de la Triple Alianza, uno de los conflictos más sangrientos de Sudamérica que enfrentó a Paraguay contra Brasil, Argentina y Uruguay, surge la inevitable pregunta: ¿Cómo están las relaciones entre estos países después de tanto tiempo? ¿Siguen existiendo cicatrices que reflejan el dolor del pasado?

La guerra, que se libró entre 1864 y 1870, resultó en la devastación de Paraguay, con la pérdida de casi el 70% de su población adulta masculina. La contienda dejó profundas huellas en la psicología y el desarrollo nacional de Paraguay, mientras que también planteó desafíos para los otros tres participantes.

Este episodio bélico es poco conocido más allá del Cono Sur. Las batallas y sus causas poco resuenan en naciones andinas ubicadas más al norte y es una novedad para el común si nos situamos en el Caribe o en Centroamérica.

Guerra de la Triple Alianza

En términos numéricos, según el Banco Mundial, Paraguay ha demostrado ser resiliente, con un crecimiento económico sostenido en las últimas décadas. Sin embargo, detrás de esos números, se esconde una realidad que muchos no quieren admitir. Según datos de la CEPAL, la desigualdad y la pobreza en Paraguay siguen siendo de las más altas de la región, y algunos analistas sugieren que las secuelas de la guerra todavía influyen en estos indicadores.

Guerra de la Triple Frontera
Brasil, Argentina y Uruguay fueron la “alianza”. Ilustración MidJourney

“La Guerra de la Triple Alianza marcó la historia paraguaya. No solo en términos de pérdida humana, sino en la estructura socioeconómica del país”, señala el Dr. Alejandro Ruiz, historiador especializado en América Latina de la Universidad Nacional de Buenos Aires.

En el frente político, mientras Argentina, Brasil y Uruguay han tenido altibajos en sus relaciones con Paraguay, en general, se han esforzado por mantener lazos amistosos. Sin embargo, el recuerdo de la guerra sigue siendo un tema delicado.

La guerra comenzó a causa de una intervención militar del Brasil, que invadió el Uruguay con su ejército. El Gobierno uruguayo pidió ayuda al Paraguay, cuyo presidente era el entonces general Francisco Solano López (1826-1870).

López temió que la intervención militar brasilera fuese el primer paso para una ocupación definitiva del Uruguay, lo cual rompería el equilibrio del Río de la Plata y pondría en peligro la independencia del Paraguay. Por eso rechazó enérgicamente la intervención brasilera en el Uruguay; como su parecer no se tuvo en cuenta, López decidió atacar al Brasil. En aquel momento, el Gobierno del Paraguay y el del Uruguay eran aliados en contra el enemigo común, el imperio del Brasil, gobernado por el emperador Pedro II.

Aún se generan tensiones

La doctora Mariana Ferreira, experta en relaciones internacionales de la Universidad de São Paulo, comenta: “La memoria colectiva de la guerra todavía genera tensiones. Aunque la diplomacia ha hecho mucho para superar las heridas, todavía hay un sentimiento subyacente de desconfianza, especialmente desde Paraguay hacia sus vecinos».

Guerra de la Triple Frontera
El recuerdo de la guerra es un tema delicado. Ilustración MidJuorney

No obstante, en el terreno popular, las percepciones parecen diferir. Encuestas realizadas por el Observatorio Político del Sur revelan que más del 65% de los jóvenes en estos cuatro países apenas tienen un conocimiento superficial sobre la Guerra de la Triple Alianza. Para muchos, es solo una página en los libros de historia.

Priva la integración

Esa desconexión generacional podría ser una bendición disfrazada. La juventud está más interesada en la integración regional y en la creación de oportunidades conjuntas que en revivir las heridas del pasado. Lucía Gómez, una estudiante universitaria de Montevideo, afirma: “No tiene sentido quedarnos atrapados en el pasado. Hay que aprender, pero también mirar hacia el futuro”.

Sin embargo, en Paraguay, la sombra de la guerra todavía es palpable. Según un informe del Gobierno Paraguayo, la Guerra de la Triple Aianza es considerada un tema central en la educación y hay un día de conmemoración nacional en memoria de los caídos. Aunque esto ha creado una fuerte identidad nacional, algunos críticos argumentan que también ha perpetuado sentimientos de desconfianza y victimización.

“Necesitamos encontrar un equilibrio entre recordar y aprender de nuestra historia y avanzar para construir un futuro mejor”, dice Raúl Benítez, político y ex Ministro de Educación de Paraguay.

El remedio de la cooperación

El Mercosur, fundado en 1991, ha sido una plataforma crucial para fomentar la cooperación y la integración entre estos países. A pesar de las tensiones políticas ocasionales, el bloque ha permitido que los cuatro países trabajen juntos en múltiples ámbitos, desde el comercio hasta la cultura.

Si bien las cicatrices de la Guerra de la Triple Alianza todavía están presentes, especialmente en Paraguay, la tendencia general en la región es hacia la reconciliación y la cooperación. El desafío radica en cómo estos países pueden aprender de su pasado compartido mientras construyen un futuro conjunto más prometedor.

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