Atlantic Council a Donald y a Kamala: La Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado

En medio de una carrera presidencial marcada por la creciente tensión internacional, Frederick Kempe, presidente del Atlantic Council, ha lanzado una advertencia tan contundente como alarmante: la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado. Este comentario, dirigido tanto a Donald Trump como a Kamala Harris, pone en relieve que quien gane las elecciones presidenciales de noviembre se enfrentará a un panorama geopolítico cada vez más convulso, marcado por la alianza entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte. Según Kempe, esta nueva realidad no es una predicción sino un hecho inminente que, hasta el momento, ha sido ignorado por ambos candidatos.

El análisis de Frederick Kempe, presentado en el portal del Atlantic Council bajo el título: «Estados Unidos elige a un presidente en tiempos de guerra», señala que la próxima administración se verá sumida en un conflicto de dimensiones mundiales. Kempe, quien dirige el influyente think tank desde 2007, ha estado al frente de la expansión de la organización, convirtiéndola en una referencia global en temas de seguridad y geopolítica. En su artículo, destaca la gravedad de la situación actual y critica la falta de claridad con la que los candidatos presidenciales abordan las amenazas globales. La fusión geopolítica de potencias como China y Rusia, unida a actores como Irán y Corea del Norte, genera un escenario de peligros sin precedentes. Este «eje de agresores», como lo denomina, se presenta como la mayor amenaza para la estabilidad mundial desde la Guerra Fría, y probablemente desde la Segunda Guerra Mundial.

Tercera Guerra Mundial en desarrollo

A pesar de la advertencia de Kempe, ni Trump ni Harris han presentado una estrategia clara para abordar lo que él llama la Tercera Guerra Mundial. Esta falta de acción, argumenta Kempe, pone en riesgo la seguridad no solo de Estados Unidos, sino también de sus aliados. A lo largo de su análisis, el líder del Atlantic Council resalta que ambos candidatos están ignorando un momento histórico tan crítico como el que enfrentó Franklin Delano Roosevelt en 1940, cuando el mundo estaba a punto de sumergirse en el conflicto global que fue la Segunda Guerra Mundial. Aunque entonces Estados Unidos aún no había declarado la guerra, Roosevelt ya estaba impulsando a la nación hacia una mayor preparación militar. Hoy, dice Kempe, la situación es igualmente peligrosa, pero la respuesta de los líderes políticos es mucho más incierta.

La fusión geopolítica de potencias como China y Rusia, unida a actores como Irán y Corea del Norte, genera un escenario de peligros sin precedentes. Ilustración MidJourney

En su artículo, Kempe cita a George F. Will, columnista del Washington Post, quien ha comparado las elecciones de 2024 con las de 1940. Will señala que, al igual que en ese momento, Estados Unidos enfrenta una encrucijada. Sin embargo, hoy la situación es aún más alarmante, ya que el conflicto que Kempe llama la Tercera Guerra Mundial no ha sido reconocido formalmente, pero ya se está desarrollando en varios frentes. La toma de Crimea por parte de Rusia en 2014 marcó el inicio de esta nueva cascada de crisis globales, similares a las que desataron la Segunda Guerra Mundial. Will critica a los candidatos por su «desprecio temerario» hacia los peligros que acechan al país y al mundo entero.

Las etiquetas de la retórica

La alianza entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte es un eje que, según Kempe, podría desestabilizar el equilibrio mundial de manera catastrófica. Estos países, cada uno con sus propios intereses y ambiciones, están colaborando de maneras que recuerdan al eje de la Segunda Guerra Mundial. China, con su creciente poder económico y militar, se ha posicionado como una amenaza directa a la hegemonía estadounidense en Asia, especialmente en Taiwán. Rusia, por su parte, sigue con su agresión en Ucrania y sus intentos de recuperar su influencia en Europa del Este. Irán, con su programa nuclear y su apoyo a grupos extremistas, sigue siendo una fuente de inestabilidad en Oriente Medio, mientras que Corea del Norte continúa desafiando a la comunidad internacional con sus pruebas de misiles. Juntos, estos países forman un bloque que podría llevar al mundo a un conflicto generalizado, lo que Kempe llama la Tercera Guerra Mundial.

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La advertencia de Kempe no solo es una llamada de atención para los candidatos, sino también para el público estadounidense, que en su mayoría parece estar ajeno a la gravedad de la situación. El líder del Atlantic Council sostiene que Estados Unidos debe prepararse para un conflicto prolongado, y que la estrategia a seguir no puede ser la de simplemente reaccionar ante las crisis, sino anticiparlas y actuar con firmeza. Sin embargo, uno de los mayores desafíos que enfrenta el país es la creciente división interna, que podría distraer a los futuros líderes de la verdadera amenaza externa. Esta división interna, combinada con un electorado que duda del papel de Estados Unidos en el mundo, podría ofrecer una oportunidad de oro para que sus enemigos actúen con más fuerza.

Un asunto de estadísticas

Philip Zelikow, otro destacado analista citado por Kempe, ha calculado que existe entre un 20 y un 30 por ciento de probabilidades de que el próximo presidente se vea involucrado en un conflicto global. Zelikow, quien recientemente discutió estas ideas en el Atlantic Council, subraya que los próximos tres años serán cruciales para determinar si Estados Unidos y sus aliados podrán superar este momento de máximo peligro. Si logran hacerlo, las fortalezas económicas y tecnológicas de Occidente podrían consolidar su ventaja sobre los regímenes autoritarios. Pero si fallan, las consecuencias podrían ser devastadoras.

Philip Zelikow, otro destacado analista citado por Kempe, ha calculado que existe entre un 20 y un 30 por ciento de probabilidades de que el próximo presidente se vea involucrado en un conflicto global. Ilustración MidJourney.

Kempe concluye su artículo recordando las palabras de Franklin Delano Roosevelt en su tercer discurso inaugural, cuando el mundo estaba al borde de la guerra. Roosevelt instó a la nación a detenerse, hacer balance y recordar su lugar en la historia. Hoy, el presidente del Atlantic Council hace un llamado similar: Estados Unidos debe reconocer el peligro que enfrenta, actuar con decisión y estar dispuesto a defender los valores democráticos que han sido la base de su poder. De lo contrario, la Tercera Guerra Mundial, que ya está en marcha, podría convertirse en una realidad aún más destructiva y prolongada de lo que cualquier líder haya imaginado.

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En un contexto tan complejo como el actual, el mensaje de Kempe y del Atlantic Council es claro: la inacción no es una opción. La historia ha demostrado que ignorar las amenazas globales solo las hace más fuertes. Ahora, la responsabilidad recae sobre Donald Trump o Kamala Harris, quienes deben estar preparados para enfrentar los desafíos más peligrosos de este siglo y evitar que la Tercera Guerra Mundial, que ya ha comenzado, se convierta en una catástrofe total.

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