«Sur global». Con esta expresión arranca un análisis que pretende desentrañar una de las fisuras geopolíticas más pronunciadas de los últimos tiempos. La reciente confrontación en Gaza no solo ha dejado tras de sí el rastro aciago de la guerra, sino que ha exhibido de manera contundente el abismo que separa las posturas de un conglomerado de naciones emergentes de las de Occidente. Jorge Heine, director interino del Centro Frederick S. Pardee para el estudio del futuro a largo plazo de la Universidad de Boston, ofreció una perspectiva reveladora al describir la reacción internacional al asedio de Gaza, poniendo de manifiesto una creciente brecha entre Occidente y el Sur Global.
El 26 de octubre de 2023, la Asamblea General de las Naciones Unidas se convirtió en el escenario de una votación simbólica pero significativa. De los 120 países que apoyaron una resolución pidiendo una «tregua humanitaria» en Gaza, apenas 14 se opusieron, con un destacado bloque occidental encabezado por Estados Unidos y acompañado por cuatro miembros de la Unión Europea. Otros 45 países, incluyendo 15 miembros de la UE, así como Reino Unido, Canadá, Australia y Japón, optaron por la abstención. El aislamiento de Occidente raramente ha sido tan palpable.
El ascenso del sur global
Heine, especialista en la dinámica Norte-Sur, señala que este episodio refleja tendencias de larga data en la política global, en particular el ascenso del Sur Global, término que abarca a naciones principalmente, pero no exclusivamente, del hemisferio sur, frecuentemente catalogadas como «en desarrollo». Lo que resulta sorprendente es la firmeza de su postura, una reacción que contrasta con el apoyo tradicional de potencias occidentales a Israel.
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El choque entre Israel y Hamas el 7 de octubre, que dejó un saldo de 1.400 israelíes muertos, provocó una respuesta militar intensa en Gaza. La reacción de naciones como Indonesia y Turquía, ambas con importantes poblaciones musulmanas, fue particularmente crítica hacia la campaña de bombardeos israelí. Esta postura crítica fue ampliamente compartida por líderes de otras naciones del Sur Global, incluyendo Brasil y Sudáfrica. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no dudó en calificar la acción en Gaza de «genocidio», eco que resonó en Sudáfrica cuando este país retiró a su embajador en Israel como protesta el 6 de noviembre de 2023.
Contradicciones de Joe Biden
Mientras tanto, la administración Biden ha rechazado aplicar el término genocidio a la situación en Gaza, aunque sí lo ha utilizado para describir las acciones de Rusia en Ucrania. Esta discrepancia no es más que una muestra del distanciamiento entre las políticas y perspectivas de Estados Unidos y sus aliados frente al Sur Global.
El panorama internacional se ha visto afectado adicionalmente por el creciente peso de China y las secuelas del conflicto en Ucrania. La guerra en Europa del Este ha visto a muchos países del Sur Global mantener una posición de neutralidad, una postura que desafía el orden establecido y sugiere el surgimiento de un mundo cada vez más multipolar. En este contexto, los miembros del Sur Global han esculpido un nuevo curso de acción, redefiniendo las líneas de alineación política.
Mayoría de edad del sur gobal
El año 2023 ha sido testigo de la «mayoría de edad» de un Sur Global más asertivo. Este cambio no es meramente circunstancial, sino estructural. En agosto, el grupo BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, amplió su influencia al invitar a seis nuevos miembros durante una cumbre en Johannesburgo. Esta expansión, que se concretará en enero de 2024, simboliza una nueva dinámica de poder. Con 11 miembros, el grupo BRICS+ representará cerca del 46% de la población mundial y el 38% del PIB global, una estadística que resalta el contraste con el G7, que engloba menos del 10% de la población y el 30% de la economía mundial.
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La diplomacia occidental, mientras tanto, busca mantener su relevancia. El 7 de noviembre, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, se reunió con el G7, buscando consenso sobre la crisis en Oriente Medio. A pesar de estas iniciativas, persiste la duda sobre la capacidad del Sur Global para articular una voz unificada, dada la diversidad de sus sistemas políticos y económicos.
En definitiva, la guerra en Gaza ha sido un catalizador, desvelando con crudeza el abismo que divide al Sur Global de Occidente. Un mundo que antes parecía ordenado y predecible se está reconfigurando, con nuevas alianzas y nuevos desafíos, donde la voz del Sur Global adquiere un timbre cada vez más fuerte y decisivo.