La obsesión de los piratas y saqueadores ha evolucionado con el paso de los siglos. Las rutas de contrabando que antaño se utilizaban para transportar el codiciado oro ahora se usan para transportar un metal cuyo valor ha superado la imaginación de muchos: el cobre. El paisaje teutónico de Alemania, conocido por sus avanzadas tecnologías y su eficiente sistema ferroviario, enfrenta una nueva amenaza que pone en jaque a su infraestructura y economía.
La empresa ferroviaria Deutsche Bahn (DB) se ha convertido en la principal víctima de esta nueva ola de delincuencia. Los datos proporcionados por Dirk Kaufmann de DW Actualidad son alarmantes. En 2022, el robo de cobre causó daños a la DB por valor de 6,6 millones de euros. Esta cifra no sólo refleja el valor del metal robado, sino también los costes derivados de las consecuentes interrupciones del servicio, que han afectado a más de 2.644 trenes y causado más de 700 horas de retraso en 2023.
El cobre es un material escaso
Sin embargo, el alcance del problema no se limita al sistema ferroviario. Edificios privados, iglesias y empresas de reciclaje también han sido blanco de estos robos, lo que demuestra la creciente demanda de este metal.
El cobre se ha convertido en un elemento esencial en nuestra era moderna debido a su elevada conductividad eléctrica. Está presente en casi todos los aparatos eléctricos que utilizamos diariamente. Y conforme avanzamos hacia un mundo más sostenible y eléctrico, la demanda de cobre sólo crece.
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Joachim Berlenbach, director general de ERI AG, ha señalado una cruda realidad: «simplemente no tenemos suficiente cantidad de esta materia prima crítica». Esta escasez, junto con el auge económico de países emergentes como China e India, ha propiciado un aumento sin precedentes en la demanda de cobre, lo que a su vez ha inflado su precio en el mercado global.
El mundo requiere más cobre
Aunque en la historia de la humanidad se han extraído alrededor de 700 millones de toneladas de cobre, se estima que requeriremos una cantidad similar en las próximas tres décadas. Sin embargo, la localización geográfica de los yacimientos complica la situación. Lugares como Chile y la República Democrática del Congo poseen grandes reservas, pero los riesgos geopolíticos que conllevan dificultan su explotación.
Ante la creciente demanda y las limitaciones en la oferta, Alemania enfrenta una creciente ola de robos. Ralf Schmitz, director general de la VDM, ha indicado que el cobre robado raramente se vende en el mercado alemán debido a las rigurosas regulaciones que obligan a registrar los datos de los vendedores. Esto ha llevado a los delincuentes a buscar mercados en ultramar, especialmente en el norte de África y en la parte septentrional de Sudamérica.
Las rutas piratas se activan
El contrabando de cobre se ha convertido en un negocio lucrativo que recuerda a las rutas piratas de antaño. Y mientras Europa lucha por controlar esta situación, el mundo se ve obligado a enfrentar la creciente demanda de un recurso que se está agotando rápidamente.
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Mientras los gobiernos y las empresas buscan soluciones para garantizar la seguridad de sus infraestructuras, el cobre ha dejado de ser un simple metal para convertirse en un bien precioso, codiciado y perseguido, demostrando que los tiempos cambian, pero la esencia del saqueo y la búsqueda de riquezas sigue vigenthttps://es.wikipedia.org/wiki/Haplogrupos_de_ADN_mitocondrial_humanoe en el ADN humano.