Mano Negra: ¿Quién está realmente controlando las Naciones Unidas?».

Es imposible para muchas naciones evitar pensar que los países poderosos no tienen injerencia en las más altas esferas. Las Naciones Unidas en uno de esos umbrales. Mucho se ha dicho en el escenario global. Pocas organizaciones tienen tanta prominencia y generan tanta controversia como la ONU. Sobre ella se cree actúa una “mano negra”. Se refiere a la que realmente controla al organismo multilateral.

Fundada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial, esta organización internacional aspira a promover la paz, la seguridad y el bienestar global. Sin embargo, las críticas en torno a quién «realmente» controla la ONU han sido constantes a lo largo de los años. ¿Son sus 193 estados miembros los que dirigen el show, o hay más en juego?

La ilusión de las Naciones Unidas

Desde un punto de vista estadístico, las contribuciones financieras a la ONU ofrecen una pista. Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Estados Unidos es el principal contribuyente, aportando aproximadamente el 22% del presupuesto regular. Le siguen países como Japón, China, y Alemania. Esto ha llevado a algunos a cuestionar si estas naciones ejercen una influencia desproporcionada sobre la ONU.

Naciones Unidas
El Consejo de Seguridad es un Club con miembros que tienen capacidad de veto. Ilustración MidJourney

Para entender cómo la influencia realmente opera en las Naciones Unidas, es crucial mirar más allá del aspecto financiero. El Consejo de Seguridad, compuesto por 15 miembros, incluyendo a cinco miembros permanentes con poder de veto (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia), es a menudo el foco de debates sobre el poder en la ONU. Según la Profesora Susan Peterson de la Universidad de William & Mary, «el poder de veto significa que estos cinco países tienen una influencia significativa, pero no ilimitada, sobre las decisiones más cruciales, incluyendo la imposición de sanciones y la autorización de la fuerza militar.»

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Los brazos del PNUD y la OMS

Además, organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajan en conjunto con una amplia gama de actores, desde gobiernos nacionales hasta ONGs. El Dr. Akiko Fukushima, experto en relaciones internacionales, sostiene que «aunque los estados miembros son cruciales, muchas veces son estos grupos de ‘actores no estatales’ los que llevan a cabo el trabajo en el terreno, dando forma a la percepción y la eficacia de la ONU.»

Las tensiones geopolíticas también juegan un papel. Según un informe de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la ONU se ha visto afectada por las rivalidades entre sus miembros, en particular entre Estados Unidos y China. Las tensiones se manifiestan en todo, desde debates sobre derechos humanos hasta acusaciones de espionaje y manipulación de la información.

Una falacia de unidad

Además, las Naciones Unidas no es monolítica; está compuesta por múltiples agencias, comités y programas que tienen diferentes grados de independencia y mandatos específicos. Según la Dr. Courtney Smith, experta en Naciones Unidas de la Universidad Seton Hall, «hay una especie de mito de que la ONU actúa como una entidad única, cuando en realidad es mucho más complicado que eso.»

Por último, aunque la ONU ha sido criticada por su burocracia y su falta de eficiencia, también ha tenido éxitos notables. Según datos del Banco Mundial, los programas de la ONU han contribuido significativamente a la reducción de la pobreza extrema y la mortalidad infantil, así como al avance de los derechos de las mujeres.

La pregunta de «quién controla realmente la ONU» es compleja y no se reduce a una sola respuesta. Aunque ciertos estados y grupos tienen más influencia que otros, la realidad es que la ONU es un organismo compuesto por una multitud de actores que interactúan en un escenario en constante cambio, influenciados tanto por tensiones geopolíticas como por las necesidades globales emergentes.

Naciones Unidas
La actuación de la ONU no ha sido siempre la esperada por los miembros. Ilustración MidJourney

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Un poco más para aclarar

En el contexto de un mundo cada vez más digitalizado, la cuestión del control de la información también entra en juego. La UNESCO, una de las agencias especializadas de las Naciones Unidas, ha estado trabajando en cuestiones de libertad de prensa y flujo de información. Aunque este es un mandato aparentemente noble, algunos expertos sugieren que el poder de dirigir la conversación global sobre temas como la desinformación puede conferir una forma sutil pero significativa de influencia. «Controlar el discurso es una forma de poder, y la ONU, aunque guiada por sus principios, no está inmune a este fenómeno», afirma el Dr. Jonathan Tepperman, experto en política internacional.

Es vital tener en cuenta que la ONU no es una entidad aislada, sino una que existe en el contexto de un sistema internacional más amplio. Organizaciones regionales como la Unión Africana, la Unión Europea o la ASEAN interactúan frecuentemente con la ONU, y a menudo asumen roles de liderazgo en cuestiones que afectan a sus regiones. Esto crea una capa adicional de complejidad en la comprensión del equilibrio de poder dentro y alrededor de la ONU. Como lo señala el politólogo Dr. Thomas Weiss, «para entender realmente quién ‘controla’ la ONU, uno debe mirar más allá de la sede en Nueva York y considerar el sistema internacional en su totalidad, con todas sus complejidades y contradicciones».

 

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