La reciente escalada entre Israel y Hamás ha generado una serie de preocupaciones en la región del Medio Oriente, y el centro de atención se ha desplazado hacia Hezbolá, el hermano mayor del grupo Hamás. Según expertos, Hezbolá podría no solo intensificar el conflicto, sino también invitar a naciones aliadas como Irán, Rusia y Siria a actuar en contra de Israel, lo que podría precipitar a toda la región a un enfrentamiento de magnitudes catastróficas.
El panorama actual ya es sombrío. Hamás, en un sorprendente acto de audacia, disparó hasta 5.000 cohetes contra Israel durante un solo fin de semana. Si eso fue un acto del «hermano menor», como afirma Wimmen, el analista, ¿qué podría hacer el «hermano mayor», Hezbolá, cuyo arsenal superaba los 150,000 misiles hace cinco años? Los datos actuales, sin embargo, son inciertos.
Hezbolá y su alta tecnología
Además, los misiles de ataque de precisión que posee Hezbolá, con la capacidad de alterar su trayectoria justo antes de impactar, hacen que el sistema de defensa israelí y sus operadores queden prácticamente a ciegas. La amenaza, por lo tanto, no es solo cuantitativa en términos de números, sino también cualitativa.
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Estados Unidos, consciente de la gravedad de la situación, ha enviado buques de guerra a la región, mostrando su apoyo a Israel. Esta medida, aunque es una muestra de solidaridad, también eleva las apuestas y podría llevar a la intervención de otros jugadores globales.
Israel está a merced de su ira
Nathan Brown, de la Universidad George Washington, sostiene que, aunque Israel no busca iniciar hostilidades, podría responder con mucha contundencia si Hezbolá comienza las agresiones. Esta reacción israelí se justificaría, según el académico, en la necesidad de enviar un fuerte mensaje disuasorio a Hezbolá y sus aliados.
Sin embargo, el verdadero peligro podría residir en la percepción. Si Israel comienza a ver a Hezbolá, Hamás e Irán como una única amenaza estratégica, esto podría no solo justificar, sino acelerar una respuesta militar unificada, aumentando exponencialmente el riesgo de una escalada regional.
«Doctrina de los Frentes Unidos»
Por otro lado, los grupos y milicias respaldados por Irán, como Hezbolá y Hamás, han estado trabajando en una estrategia conjunta. Con el respaldo de Teherán, estas entidades han desarrollado lo que se conoce como la «Doctrina de los Frentes Unidos«. Mohanad Hage Ali, del Centro Malcolm H. Kerr Carnegie, explica que la esencia de esta doctrina es actuar de manera colectiva y unificada contra Israel cuando cualquiera de los grupos se sienta amenazado.
Vale la pena señalar que la UE ha clasificado a muchos de estos grupos, incluidos la Yihad Islámica y el brazo militar de Hezbolá, como organizaciones terroristas. Esta designación, junto con la reciente agresión de Hamás, podría influir en la percepción y las decisiones de las naciones europeas en caso de una escalada.
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La necesaria sindéresis
Para Brown, aunque la situación actual es extremadamente tensa, todavía es especulativa. Afirma que, a pesar de la audacia de Hamás, la mayoría de las respuestas han sido emocionales o simbólicas. Sin embargo, el silencio de Hezbolá, que no ha actuado aún, podría deberse a una serie de cálculos estratégicos que están realizando internamente, en conjunto o independientemente de sus aliados.
Lo que es evidente es que el Medio Oriente está nuevamente al borde de una crisis que podría tener repercusiones globales. La combinación de alianzas regionales, arsenales poderosos y percepciones cambiantes ha creado un cóctel volátil que, si se enciende, podría transformar el paisaje político y militar de la región de manera drástica y duradera.