Las palabras no podrían haber sido más claras ni el tono más urgente. António Guterres, secretario general de la ONU, no escatimó en su diagnóstico sobre la crisis climática. «La humanidad ha abierto las puertas del averno», declaró, pintando una imagen sombría de un mundo asolado por el cambio climático. Esto obliga a preguntarnos: cómo es el infierno en la Tierra. Mientras, las grandes corporaciones, han puesto obstáculos en el camino de la acción climática.
El verano boreal ha sido testigo de temperaturas sin precedentes, siendo el más cálido jamás registrado. Norteamérica se ha envuelto en llamas, con incendios devastadores que han consumido vastas extensiones de tierra y comunidades enteras. En Europa, potentes tormentas han azotado la región mediterránea, desatando inundaciones catastróficas. Aunque es una tarea difícil establecer directamente un vínculo entre estos desastres y el cambio climático, múltiples estudios sugieren que el calentamiento global está exacerbando la frecuencia e intensidad de tales eventos.
Cómo es el infierno en la Tierra
Esta realidad se agrava aún más cuando consideramos que actualmente vivimos en un planeta que es aproximadamente 1,2 grados Celsius más cálido que en la era preindustrial. Este dato podría ilustrar un poco la pregunta cómo es el infierno en la Tierra. Las implicaciones de este aumento son vastas. Agricultores de todo el mundo ven cómo sus cultivos son arrasados por inundaciones impredecibles o sequías prolongadas. Las enfermedades relacionadas con las altas temperaturas, como los golpes de calor, se están convirtiendo en una preocupación creciente.
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El cambio climático no discrimina. Afecta a todos, pero especialmente a los más vulnerables. Según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático se espera que cause unas 250.000 muertes adicionales por año entre 2030 y 2050 debido a la malnutrición, la malaria y el estrés por calor.
Las promesas al viento
Si bien los países han prometido reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, los esfuerzos combinados de la comunidad global no son suficientes. De seguir así, nos encaminamos a un calentamiento de 2,8 grados en este siglo. Esto nos llevaría a un mundo «peligroso e inestable», como ha señalado Guterres.
No obstante, la retórica de Guterres no se centró únicamente en los gobiernos. Su crítica se extendió a las grandes corporaciones, que a menudo hacen «promesas turbias» sobre su compromiso con la lucha contra el cambio climático. Más preocupante es que algunas de estas empresas han intentado activamente «bloquear la transición» hacia un mundo libre de emisiones, usando su poder financiero e influencia para «retrasar, distraer y engañar». Esas maniobras describen cómo es el infierno en la Tierra y quienes sus demonios.
Minicumbre climática
Esta minicumbre climática sirve como un recordatorio de la urgencia con la que debemos actuar. La ausencia de líderes de los dos países más contaminantes, EE.UU. y China, en la lista de oradores, subraya la complejidad política y las tensiones en juego.
La intervención de Guterres ha dejado un mensaje claro: el cambio climático describe cómo es el infierno en la Tierra, y sólo mediante la cooperación global y la acción inmediata podemos esperar cerrar las puertas que, según él, hemos abierto imprudentemente.
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A medida que los desafíos del cambio climático crecen, también lo hace la necesidad de soluciones innovadoras y colaborativas. Las opiniones de expertos en historia y política sugieren que esta no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a crisis de tal magnitud.
Qué hubo en el pasado
Durante la Revolución Industrial, por ejemplo, la rápida urbanización y el uso desenfrenado de recursos naturales llevaron a condiciones de vida deplorables en las ciudades y a una degradación ambiental significativa. Sin embargo, con el tiempo, las sociedades se adaptaron, implementando reformas y regulaciones que mejoraron las condiciones de vida y la salud del medio ambiente. La lección histórica es clara: cuando se presenta una crisis, la humanidad tiene la capacidad de adaptarse, innovar y superar. De allí que la interrogante a cómo es el infierno en la Tierra, no solo ha tenido respuestas, sino que ha logrado formas de defenestrarlo.
Pero esta vez, la ventana para la acción es alarmantemente estrecha. Políticos y líderes mundiales deben aprender de los errores y triunfos del pasado para diseñar políticas efectivas para el futuro. El compromiso genuino y la acción decidida son esenciales, y el mundo observa con atención. Las soluciones existen: desde tecnologías limpias y renovables hasta prácticas agrícolas sostenibles y modelos económicos verdes. Lo que se necesita ahora es la voluntad colectiva para implementar estos cambios antes de que alcancemos un punto de no retorno. Como sugirió Guterres, el infierno en la Tierra es una realidad palpable, pero con esfuerzos concertados, también es evitable.