Canadá: EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos antes de enfrentarse a sus adversarios

EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos, y Canadá no es la excepción. Este es el mensaje que la parlamentaria canadiense Chrystia Freeland ha transmitido con claridad en un artículo publicado en The Washington Post. En su misiva titulada “Estados Unidos, no dudes de la determinación de Canadá”, Freeland denuncia lo que considera un patrón de comportamiento por parte de su vecino del sur: despreciar a sus aliados más cercanos mientras se enreda en tensiones geopolíticas con actores como China o Rusia. Para Freeland, la relación entre ambos países está siendo puesta en jaque por decisiones unilaterales de Estados Unidos que parecen ignorar el espíritu de colaboración que históricamente ha definido el vínculo entre estas dos naciones.

Chrystia Freeland, destacada política canadiense y una de las voces más influyentes del Partido Liberal, es conocida por su experiencia en relaciones internacionales y su habilidad para comunicar mensajes contundentes. Freeland, quien fue viceprimera ministra de Canadá, escribió su artículo como una carta abierta dirigida a los estadounidenses, expresando la frustración de muchos en su país ante lo que perciben como un trato injusto. En el artículo, publicado en The Washington Post, Freeland sostiene que Estados Unidos ha optado por humillar a sus amigos en lugar de buscar soluciones conjuntas a problemas comunes. Su tono directo y su estilo diplomático se destacan en un momento de creciente tensión entre ambas naciones.

EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos

La base del argumento de Freeland radica en la relación comercial y de seguridad compartida entre Canadá y Estados Unidos, una relación que ella describe como mutuamente beneficiosa. Sin embargo, subraya que las recientes amenazas y críticas provenientes de Washington parecen contradecir ese espíritu de colaboración. EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos al sugerir, incluso en tono de broma, que Canadá podría convertirse en el estado número 51. Estas declaraciones, aunque quizás destinadas al entretenimiento, han generado malestar en un país orgulloso de su soberanía y su identidad cultural única.  Freeland recuerda que Canadá no busca conflictos, pero tampoco cederá ante imposiciones unilaterales.

En su misiva titulada “Estados Unidos, no dudes de la determinación de Canadá”, Freeland denuncia lo que considera un patrón de comportamiento por parte de su vecino del sur: despreciar a sus aliados más cercanos mientras se enreda en tensiones geopolíticas con actores como China o Rusia. Ilustración MidJourney

La parlamentaria también hace hincapié en la naturaleza estratégica de la relación entre ambos países. Canadá, con su vasta extensión territorial y su estabilidad política, ha sido un pilar en la seguridad del continente americano. Freeland recuerda que la prosperidad de Estados Unidos ha dependido, en gran medida, de tener un vecino seguro y confiable al norte. Pese a ello, afirma que las recientes actitudes de la administración estadounidense reflejan una falta de reciprocidad en esta dinámica. EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos, ignorando los beneficios de una alianza sólida y apostando por tácticas que podrían erosionar la confianza mutua.

Canadá es un país orguloso

El artículo también destaca las diferencias ideológicas y políticas entre ambos países. Freeland subraya con orgullo las políticas progresistas de Canadá, como su sistema de atención médica universal, sus estrictas regulaciones sobre armas y su compromiso con la multiculturalidad. Estas características, señala, no solo definen la identidad canadiense, sino que también ofrecen un contraste con algunos de los debates más polarizados que actualmente se desarrollan en Estados Unidos. Al enfatizar estas diferencias, Freeland busca recordar a los estadounidenses que la relación bilateral no implica subordinación, sino cooperación entre dos naciones soberanas.

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En un momento particularmente crítico, Freeland advierte que las amenazas y presiones provenientes de Estados Unidos no solo son innecesarias, sino contraproductores. EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos, pero, como señala en su carta, Canadá no es un país que ceda fácilmente ante la intimidación. Por el contrario, Freeland asegura que los canadienses están preparados para defender sus intereses nacionales con firmeza. Si bien su mensaje evita el tono beligerante, deja claro que Canadá no dudará en tomar represalias si se siente atacado, aunque su respuesta será siempre precisa y proporcionada.

Una historia común que importa

Freeland también utiliza su artículo para recordar a los estadounidenses el legado de colaboración entre ambos países. Citando al expresidente Ronald Reagan, quien describió la relación entre Canadá y Estados Unidos como «la más productiva entre dos países que quiera en el mundo», Freeland busca evocar un sentido de unidad y propósito común. Sin embargo, advierte que este legado solo puede mantenerse si ambas partes trabajan juntas en igualdad de condiciones. Las tensiones actuales, señalan, amenazan con socavar décadas de cooperación y entendimiento mutuo.

La parlamentaria concluye su mensaje con un llamado a la reflexión y al diálogo. En lugar de intensificar las diferencias, insta a los líderes estadounidenses a buscar formas de fortalecer la relación bilateral. Freeland sugiere que hay múltiples oportunidades para colaborar, desde el desarrollo de tecnologías limpias y energías renovables hasta la defensa del Ártico y la promoción de valores democráticos en el escenario global. Pero advierte que esto solo será posible si Estados Unidos deja de lado las tácticas de coerción y reconoce el valor de sus aliados. EE.UU. ha optado por humillar a sus amigos, pero Canadá sigue creyendo en el poder de la amistad y la cooperación para superar los desafíos comunes.

Freeland, quien fue viceprimera ministra de Canadá, escribió su artículo como una carta abierta dirigida a los estadounidenses, expresando la frustración de muchos en su país ante lo que perciben como un trato injusto. Ilustración MidJourney.

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El mensaje de Chrystia Freeland resuena como una advertencia y una invitación a partes iguales. Mientras que su tono firme deja claro que Canadá no tolerará amenazas ni imposiciones, su llamado a la colaboración refleja la esperanza de que ambos países puedan superar sus diferencias y trabajar juntos hacia un futuro compartido. En última instancia, la relación entre Canadá y Estados Unidos sigue siendo una de las más importantes del mundo, pero, como señala Freeland, su éxito depende de la voluntad de ambas partes para respetar y valorar la contribución del otro.

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