En 2024, los residentes del Reino Unido tendrán la opción de comprar dosis de refuerzo contra el COVID-19. Las farmacias y proveedores de atención médica privados ofrecerán esta posibilidad a los ciudadanos, marcando un nuevo capítulo en la lucha del país contra la pandemia.
La noticia se produce pocas semanas después de que el gobierno del Reino Unido limitara las dosis de refuerzo gratuitas a través del Servicio Nacional de Salud (NHS) solo a aquellos mayores de 65 años para la temporada de otoño.
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Dosis de refuerzo contra el COVID-19
Al mirar las estadísticas actuales, el Reino Unido (UK por su acrónimo en inglés) ha logrado controlar de manera significativa el impacto del virus. Comparado con las etapas iniciales de la pandemia, las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 se han reducido drásticamente. Gran parte de este éxito se atribuye a la vacunación masiva y a la inmunidad adquirida por aquellos que ya han contraído el virus, creando lo que los expertos llaman una «inmunidad híbrida».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que la inmunidad híbrida, resultante de la combinación de la vacunación y la inmunidad natural tras una infección previa, es esencialmente una doble defensa contra el virus. Sin embargo, con nuevas variantes emergentes, la necesidad de dosis de refuerzo sigue siendo un tema de debate.
Estrategia equilibrada y sensata
Al priorizar la administración de dosis de refuerzo a los más vulnerables, el gobierno del Reino Unido refleja una estrategia que muchos ven como equilibrada y sensata. No obstante, esta decisión también ha desencadenado debates en la sociedad.
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El Dr. Richard Ashton, virólogo y asesor de salud pública, señaló: «La inmunidad híbrida es, sin duda, una fortaleza para nuestra población. Pero no debemos olvidar que los virus son entidades cambiantes. Los refuerzos no solo mejoran la inmunidad, sino que también pueden adaptarse a las nuevas variantes. Priorizar a los más vulnerables es vital, pero ampliar el acceso a través de ventas privadas asegura que aquellos que deseen reforzar su protección tengan la opción de hacerlo».
Por otro lado, algunos historiadores y políticos ven en esta decisión matices de desigualdad. La Profesora Helena Cartwright, historiadora especializada en políticas de salud pública, comentó: «A lo largo de la historia, las pandemias han resaltado las desigualdades existentes en las sociedades. La venta de dosis de refuerzo puede parecer una solución a la demanda, pero también puede crear un escenario donde solo quienes pueden pagar tienen acceso a una protección adicional. Es un equilibrio delicado entre economía y equidad».
En posición defensiva
El gobierno, al ser consultado sobre el potencial problema de desigualdad, defendió su decisión. Un portavoz gubernamental declaró: «No subestimamos la importancia de la equidad en la atención sanitaria. Sin embargo, al restringir las dosis de refuerzo gratuitas en el NHS, estamos asegurando que nuestros recursos se dirijan a los más necesitados. Los que opten por comprar dosis adicionales en el sector privado ayudarán a aliviar la demanda sobre el NHS, permitiendo un mejor enfoque en las poblaciones vulnerables».
Con el COVID-19 convirtiéndose en una enfermedad endémica, la adaptación y flexibilidad son esenciales. La decisión de vender dosis de refuerzo puede ser un reflejo de la adaptabilidad del Reino Unido a una situación en constante evolución. Sin embargo, como con muchas decisiones en tiempos de crisis, solo el tiempo dirá si esta estrategia es realmente beneficiosa para la nación en su conjunto.