Análisis de DW: Netanyahu pensó que Hamás podía detener la iniciativa de los dos Estados

En un análisis meticuloso, Felix Tamsut de la Deutsche Welle aborda lo que podría considerarse como «El fracaso de la gestión de conflictos de Netanyahu». La premisa central, sorprendentemente audaz, sugiere que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, creía firmemente que mantener a Hamás no solo vivo sino activo era crucial para detener la iniciativa de los dos Estados, un concepto que ha resonado profundamente en el contexto del eterno conflicto israelí-palestino.

A primera vista, esta estrategia podría parecer contraintuitiva, si no francamente riesgosa. Netanyahu, conocido por sus tácticas políticas astutas, parece haber calculado que la presencia y las acciones de Hamás servirían como un dique contra la creación de un Estado palestino soberano. Esta noción se refleja claramente en su discurso de Bar-Ilan de 2009, donde, aunque aceptó en principio la formación de un Estado palestino, sus acciones subsecuentes parecían apuntar en otra dirección.

Detener la iniciativa de los dos Estados

Esta estrategia de Netanyahu, según Tamsut, era más profunda y calculada de lo que muchos podrían haber imaginado. El primer ministro no solo buscaba detener la iniciativa de los dos Estados, sino que también deseaba perpetuar el conflicto interno entre Hamás y la Organización para la Liberación de Palestina. Esto, argumenta Tamsut, se hizo incluso al costo de mantener viva a una organización considerada terrorista por muchos, incluyendo a Israel y sus aliados.

detener la iniciativa de los dos Estados
Netanyahu, conocido por sus tácticas políticas astutas, parece haber calculado que la presencia y las acciones de Hamás servirían como un dique contra la creación de un Estado palestino soberano. Ilustración MidJourney

En 2019, Netanyahu reveló a su partido Likud que permitir el flujo de dinero qatarí a Hamás era una pieza clave en esta estrategia. Al parecer, su objetivo era crear una clara división entre los palestinos de Gaza y Cisjordania. Esta táctica, aunque arriesgada, parecía tener una lógica subyacente: dividir para gobernar, o en este caso, dividir para evitar la unificación y fortalecimiento de un potencial adversario.

Tambièn puedes leer: NYT: El doble objetivo militar de liberar los rehenes y destruir a Hamás es mutuamente incompatible

¿Lo sabía o no lo sabía?

Sin embargo, los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre marcaron un punto de inflexión. La sociedad israelí, que hasta entonces había permanecido relativamente indiferente ante la política de Netanyahu, comenzó a demandar un cambio, un «shinui konsepzia» – un cambio de concepción. La necesidad de soluciones diferentes, de un enfoque distinto al conflicto, se volvió palpable y urgente.

En este contexto, el liderazgo de Netanyahu se vio cuestionado. Por un lado, los israelíes liberales y de izquierda exigían elecciones y un cambio de gobierno. La trama que colocaba como ingenuo actor a Hamás para detener la iniciativa de los dos Estados se despedazaba. Por otro, su coalición, que incluye facciones de extrema derecha, buscaba aprovechar el conflicto para fines políticos, como restablecer los asentamientos evacuados en 2005. Este punto de vista se vio fortalecido por figuras como Itamar Ben-Gvir, del partido de extrema derecha Otzma Yehudit, quien abogaba por soluciones extremas como la «migración voluntaria» de palestinos de Gaza.

¿Una guerra por control político interno?

La legitimación de Ben-Gvir por parte de Netanyahu marcó otro giro en la política israelí. Anteriormente, figuras radicales de la derecha eran condenadas por todos los partidos, incluido el Likud. Pero la supervivencia política de Netanyahu parecía depender de alianzas con estos elementos extremos.

detener la iniciativa de los dos Estados
La sociedad israelí, que hasta entonces había permanecido relativamente indiferente ante la política de Netanyahu, comenzó a demandar un cambio, un «shinui konsepzia» – un cambio de concepción. Ilustración MidJourney

A medida que Israel navega por este panorama cambiante, la pregunta clave sigue siendo: ¿Cómo impactará la estrategia de Netanyahu en el futuro del conflicto israelí-palestino? La historia juzgará si su enfoque para detener la iniciativa de los dos Estados fue una jugada maestra o un error costoso.

Tambièn puedes leer: Un venezolano y un ibérico interpretan en español diálogo cómico chino tradicional Xiangsheng

Una encrucijada inmoral

La pregunta que surge ahora es si la estrategia de Netanyahu de mantener a Hamás como un actor relevante para detener la iniciativa de los dos Estados fue efectiva o si, por el contrario, ha llevado a Israel a una encrucijada política y social sin precedentes. Las recientes declaraciones de Netanyahu sobre el control de la Franja de Gaza post-conflicto serán juzgadas en este nuevo contexto.

El legado de Netanyahu podría estar en juego. Su historia como el primer ministro con más tiempo en el cargo en Israel y como un político que aspiraba a ser recordado como «el defensor de Israel» podría verse empañada si su gobierno no logra cumplir con los objetivos declarados. La pregunta de si Hamás sigue siendo una amenaza y si los rehenes pueden regresar sanos y salvos será crucial en este juicio. En última instancia, si su estrategia de mantener viva a Hamás para detener la iniciativa de los dos Estados resulta en la primera guerra perdida de Israel, su legado será profundamente cuestionado.

 

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí