En un análisis revelador, Sheldon H. Jacobson, Ph.D., profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, expone en un artículo para The Hill, sus razones por las que ni Joe Biden ni Donald Trump serán reelegidos como presidente en las elecciones de 2024. A menos de un año del día de las elecciones, el panorama político estadounidense se encuentra en un punto de inflexión crítico.
Por el lado republicano, el campo de aspirantes ha ido disminuyendo progresivamente, pasando de ocho en el primer debate a solo tres para el cuarto debate programado para el 6 de diciembre. Donald Trump, aunque lidera las encuestas, ha decidido no participar en estos debates. Este escenario, según Jacobson, no favorece a Trump, ya que su ausencia permite un contraste más claro entre los aspirantes restantes, aumentando la visibilidad de sus debilidades y reduciendo sus posibilidades de obtener la nominación. Además, sus problemas legales actuales y su edad de 77 años complican aún más su panorama.
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Analisis de Sheldon H. Jacobson
En cuanto a los demócratas, el actual presidente Joe Biden parece encaminado a buscar la reelección. Sin embargo, su edad avanzada (casi 81 años) y las preocupaciones sobre su salud plantean dudas significativas sobre su viabilidad a largo plazo. Esto ha llevado a figuras como el congresista Dean Phillips de Minnesota a lanzar su propia campaña para la nominación demócrata, junto con la posibilidad de que otros políticos como Cory Booker y JB Pritzker entren en la carrera si Biden flaquea. La candidatura independiente de figuras como Robert F. Kennedy Jr. y Cornell West también complica el panorama para Biden, al atraer a votantes demócratas potenciales y aumentar la probabilidad de que no logre la reelección.
Sheldon H. Jacobson cita «Las Trece Claves de la Casa Blanca», un modelo predictivo con un historial confiable, que sugiere que ni Biden ni Trump tienen probabilidades significativas de ganar. Entre las claves, se destaca la desventaja para un titular cuando existe un tercer candidato viable en la carrera y la preocupación por la edad avanzada del presidente en ejercicio.
Voto indirecto por Kamala Harris
Además, el análisis apunta a que el mayor problema para Biden y los demócratas es la naturaleza impredecible de los problemas de salud en la vejez. Muchos votantes podrían ver un voto por Biden como un voto indirecto por Kamala Harris, su presunta compañera de fórmula, lo cual puede no ser ideal para algunos votantes independientes y indecisos. En el caso de Trump, su base estable podría no ser suficiente para garantizarle la victoria, especialmente si los votantes no partidarios de Trump se unen en torno a uno o dos candidatos republicanos restantes.
Sheldon H. Jacobson sugiere que el próximo año estará lleno de sorpresas que podrían alterar el resultado esperado de las elecciones. La probabilidad de una revancha entre Biden y Trump es muy baja, y la posibilidad de que alguno de ellos gane la Casa Blanca es igualmente pequeña. En un escenario político en constante evolución, lo único seguro es que las elecciones de 2024 serán impredecibles, con sorpresas y giros que podrían redefinir el futuro político de Estados Unidos.
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Deseo de nuevas caras
Este escenario tan inusual en la política estadounidense refleja un cambio significativo en el panorama político. Los votantes, tanto demócratas como republicanos, parecen estar buscando alternativas a las figuras políticas tradicionales. La presencia de candidatos como Chris Christie y Nikki Haley en el campo republicano, y la posibilidad de nuevas caras en el lado demócrata, indican un creciente deseo de renovación y cambio en ambas partes. Esta tendencia hacia la diversificación de candidatos podría resultar en una elección más impredecible y posiblemente en una mayor participación electoral, dado el interés renovado en candidatos que ofrecen diferentes perspectivas y soluciones a los problemas nacionales.
La situación se complica aún más según Sheldon H. Jacobson, con la creciente polarización política y el descontento social en Estados Unidos. Los temas candentes como la economía, la política exterior, el cambio climático y los derechos civiles están en el centro del debate, y los votantes buscan candidatos que puedan abordar estas preocupaciones de manera efectiva. En este contexto, la capacidad de los candidatos para conectarse con las bases electorales y articular respuestas claras y convincentes a estos desafíos será crucial para su éxito.
Las campañas digitales
Por otro lado, la dinámica de las redes sociales y los medios de comunicación juega un papel cada vez más importante en la formación de la opinión pública. Las campañas políticas de hoy en día se libran tanto en plataformas digitales como en mítines y debates tradicionales. Esto significa que los candidatos deben ser adeptos no solo en la política tradicional, sino también en la gestión de su imagen y mensaje en un entorno digital en constante cambio. Aquellos que puedan utilizar eficazmente estas herramientas tendrán una ventaja significativa en la captación del interés y el apoyo de los votantes, especialmente de los más jóvenes.
Finalmente, asegura Sheldon H. Jacobson, la influencia de factores externos, como la economía mundial y las crisis internacionales, no puede subestimarse. Estos elementos pueden alterar drásticamente el curso de una campaña electoral y cambiar las prioridades y preocupaciones de los votantes. Los candidatos deben estar preparados para adaptarse rápidamente a estos cambios y demostrar liderazgo y visión en tiempos de incertidumbre. La elección de 2024 no solo será un referéndum sobre los candidatos individuales, sino también sobre la dirección y el futuro de Estados Unidos en un mundo cada vez más interconectado e impredecible.