Molly: Cómo pasó de meretriz cerebral a terapeuta certificada en EE.UU.

La travesía de la MDMA, también conocida como Molly o éxtasis, ha sido ardua y tumultuosa, pasando de ser una innovadora sustancia farmacéutica a una droga recreativa y, en tiempos más recientes, a un esperanzador agente terapéutico. Al profundizar en su historia, descubrimos un patrón similar al del cannabis y otros psicodélicos: marginación y estigmatización seguidas de reconsideración y potencial rehabilitación en el ámbito médico.

Nacida en los laboratorios de la empresa farmacéutica alemana Merck en 1912, la metilendioximetanfetamina (MDMA) fue resintetizada en la década de 1970 por Alexander Shulgin. A partir de ese momento, empezó a vislumbrarse su potencial en combinación con la terapia conversacional, y la comunidad terapéutica vio en Molly una herramienta potente para tratar trastornos emocionales y psicológicos.

Molly se fue de fiesta

Sin embargo, con la década de 1980, la MDMA también encontró un lugar en la cultura de fiesta, desencadenando preocupaciones sobre su uso recreativo y potencial abusivo. Esta popularidad llevó a la DEA a incluirla en la Lista I de drogas en 1985, categorizándola como sustancia sin uso médico aceptado y con alto riesgo de abuso.

Molly
El consumo recreativo de Molly podría aprovecharse de la medicalización. Ilustración MidJourney

Las consecuencias globales de esta decisión fueron inmediatas. La mayoría de los países emuló a Estados Unidos en la criminalización de la MDMA o Molly. Sin embargo, en 2021, Australia se convirtió en el pionero al transformarla en medicamento con receta, y hay indicios de que Estados Unidos podría seguir su ejemplo el próximo año para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático.

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Evidencia prometedora

La Asociación Psicológica Americana ha manifestado que hay «evidencia prometedora» de que la MDMA, cuando se administra en un entorno controlado y bajo la supervisión de profesionales capacitados, puede ofrecer beneficios terapéuticos significativos, particularmente para aquellos que luchan contra el trauma.

Mientras que el 7,5% de los estadounidenses mayores de 12 años han probado el éxtasis al menos una vez, los expertos advierten que la legalización medicinal podría llevar a un aumento en el uso recreativo, similar a lo que ocurrió con el cannabis. Russell Newcombe, investigador sobre drogas, sostiene que «el consumo recreativo de Molly podría aprovecharse de la medicalización».

Los números del detalle

Las estadísticas muestran que veinte millones de personas en todo el mundo consumieron MDMA fuera de un contexto legal y clínico en 2022. Si se compara con otras sustancias, se evidencia una tendencia similar de uso recreativo que acompaña a la medicalización.

La cuestión central es cómo equilibrar la necesidad terapéutica con las preocupaciones de salud pública. Las opiniones están divididas. Mientras algunos políticos y expertos en salud creen que la MDMA debería seguir siendo ilegal bajo el mote de Molly debido a su potencial adictivo y los riesgos asociados con su uso recreativo, otros argumentan que su potencial médico es demasiado grande para ser ignorado.

Un asunto de evolución

En última instancia, la evolución de la MDMA desde su estigmatización hasta su potencial legitimación en el ámbito médico refleja un cambio más amplio en la percepción y aceptación de las sustancias psicoactivas. La historia ha demostrado que las sustancias pueden ser redefinidas y recontextualizadas con base en la investigación, la educación y la regulación adecuada. La MDMA, con su pasado complejo y su futuro prometedor, es un testimonio de esta transformación en curso.

Molly
Se está reconsiderando como una herramienta potencialmente revolucionaria en el campo de la salud mental. Ilustración MidJourney

El debate en torno a Molly también destaca la importancia de una regulación y educación adecuadas en torno a las sustancias psicoactivas. A medida que el enfoque en salud mental se ha ampliado, el potencial terapéutico de varias drogas ha entrado en el foco de atención, lo que ha llevado a la comunidad científica a reevaluar sus posibles beneficios y riesgos.

Educación y prevención

La Dra. Rebecca Matthews, psicóloga y experta en adicciones, opina: «Es esencial que, a medida que avanzamos en la aceptación de estas sustancias en el mundo médico, también fortalezcamos la educación y prevención, asegurándonos de que aquellos que buscan la MDMA por razones recreativas estén plenamente informados de sus efectos y riesgos».

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Además, la historia de la MDMA pone de manifiesto la fluidez con la que las percepciones culturales y científicas de una sustancia pueden cambiar con el tiempo. Lo que alguna vez se vio principalmente como una droga recreativa llamada Molly, ahora se está reconsiderando como una herramienta potencialmente revolucionaria en el campo de la salud mental. Esto recuerda la importancia de mantener una mente abierta, permitiendo que la ciencia guíe las decisiones y políticas públicas, y reconociendo que lo que se considera inaceptable en un momento dado podría ser visto, bajo una nueva luz y con nueva evidencia, como algo valioso en el futuro.

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