¿Conspiración o negligencia?: Lo que la CIA y el FBI sabían y ocultaron del caso JFK

El asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas sigue siendo una de las mayores incógnitas políticas del siglo XX. A pesar de que han transcurrido más de seis décadas, las preguntas sobre quién estuvo detrás de los disparos que acabaron con la vida del presidente siguen sin respuestas definitivas. En los últimos años, nuevas revelaciones y documentos desclasificados han sacado a la luz que lo que la CIA y el FBI sabían sobre Lee Harvey Oswald antes del asesinato podría haber cambiado el curso de los acontecimientos si las agencias hubieran accionado de manera diferente. ¿Fue el resultado de una conspiración bien organizada o una cadena de errores y negligencias que llevaron al magnicidio? La reciente publicación de más de 31.000 páginas de documentos por parte de los Archivos Nacionales ha reavivado las dudas y ha colocado nuevamente a la CIA y al FBI en el centro de la polémica.

Ian Shapira, Clara Ence Morse, Aaron Schaffer, Sarah Cahlan y Evan Hill, periodistas de investigación de The Washington Post, fueron los primeros en analizar en detalle los nuevos documentos sobre el asesinato de Kennedy. Ian Shapira se incorporó a The Washington Post en el año 2000 como becario y actualmente forma parte del equipo de Investigación del Post. Ha sido galardonado con el premio George Polk y el Gran Premio Fred M. Hechinger por su cobertura sobre el racismo y el sexismo en el Instituto Militar de Virginia. Clara Ence Morse es reportera de datos políticos en el Post y fue editora en jefe del Columbia Daily Spectator. Aaron Schaffer es investigador en el equipo de Investigación de Noticias del Post y anteriormente fue editor adjunto de la franquicia de boletines 202 del Post. Sarah Cahlan es videorreportera y fundadora del equipo de Visual Forensics; ha compartido un Premio Pulitzer por su cobertura sobre la insurrección del 6 de enero. Evan Hill, periodista especializado en código abierto y técnicas forenses, también ha sido galardonado con tres Premios Pulitzer. Este equipo publicó recientemente en la sección de “Investigaciones” del Post un material titulado: “¿Qué hay en los archivos de JFK? La administración Trump publica documentos sobre el asesinato”, donde revelaron detalles previamente desconocidos sobre el papel que la CIA y el FBI pudieron haber tenido en los eventos que llevaron a la muerte de Kennedy.

En los últimos años, nuevas revelaciones y documentos desclasificados han sacado a la luz que lo que la CIA y el FBI sabían sobre Lee Harvey Oswald antes del asesinato podría haber cambiado el curso de los acontecimientos si las agencias hubieran accionado de manera diferente. ¿Fue el resultado de una conspiración bien organizada o una cadena de errores y negligencias que llevaron al magnicidio?. Ilustración MidJourney

Lo que la CIA y el FBI sabían del caso JFK

Lo que la CIA y el FBI sabían sobre Lee Harvey Oswald antes del asesinato de JFK ha sido un punto de controversia durante décadas. Los documentos desclasificados muestran que la CIA había estado vigilando a Oswald desde que desertó a la Unión Soviética en 1959. Cuando regresó a Estados Unidos en 1962, fue objeto de un seguimiento continuo por parte de la agencia de inteligencia. Los registros revelan que Oswald fue visto en la Ciudad de México semanas antes del asesinato, donde se reunió con agentes de inteligencia soviéticas y cubanos. Sin embargo, ni la CIA ni el FBI informaron de estas reuniones al Servicio Secreto ni al gobierno de Kennedy. Esta omisión ha llevado a muchos historiadores y analistas a sospechar que las agencias de inteligencia tenían conocimiento previo de las intenciones de Oswald y que, por alguna razón, decidieron no actuar.

Los documentos publicados recientemente por los Archivos Nacionales muestran que el director de la CIA en ese momento, John McCone, recibió informes detallados sobre Oswald antes del asesinato, pero esos documentos nunca fueron compartidos con la Comisión Warren, que fue la encargada de investigar el caso. El periodista Jefferson Morley, experto en el asesinato de Kennedy, ha señalado que la teoría del «pistolero solitario» sostenida por la Comisión Warren es insostenible a la luz de las nuevas pruebas. “Lo que la CIA y el FBI sabían sobre Oswald y sus movimientos en México plantea serias dudas sobre la narrativa oficial”, afirmó Morley en una reciente entrevista con The Washington Post. Los registros revelan que Oswald había discutido abiertamente sus planes de asesinar a Kennedy durante sus reuniones con agentes cubanos y soviéticos. La CIA interceptó estas conversaciones, pero los detalles nunca fueron revelados a las autoridades estadounidenses antes del asesinato.

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Cumplir un propósito oculto

La publicación de los documentos ha avivado las sospechas de que Oswald no actuó solo. Entre los nuevos archivos hay informes de contrainteligencia que muestran que la CIA había iniciado una operación de vigilancia intensiva sobre Oswald después de sus reuniones en la embajada soviética en México. Sin embargo, esa vigilancia se detuvo inesperadamente dos semanas antes del asesinato de Kennedy. Esta decisión ha sido interpretada por algunos analistas como evidencia de que la CIA sabía que Oswald estaba planeando algo y, en lugar de detenerlo, decidió permitir que siguiera adelante para cumplir algún propósito oculto. Philip Shenon, autor de Un acto cruel y escandaloso, sostiene que la vigilancia de Oswald en México fue tan detallada que resulta increíble que la CIA no supiera de sus intenciones. “Si la CIA y el FBI hubieran accionado con prontitud, el asesinato de Kennedy podría haberse evitado”, afirmó Shenon.

Lo que la CIA y el FBI sabían sobre Oswald no solo pone en duda la narrativa oficial, sino que también sugiere que hubo un esfuerzo deliberado para ocultar información clave durante la investigación inicial. La Comisión Warren concluyó en 1964 que Oswald actuó solo y que no existía una conspiración para asesinar a Kennedy. Sin embargo, los documentos publicados en 2025 sugieren que la CIA y el FBI ocultaron información a la comisión. El portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields, declaró recientemente que «el pueblo estadounidense se sorprenderá mucho con lo que verá» en los documentos desclasificados. Esta declaración ha alimentado aún más las teorías de que el gobierno estadounidense estuvo implicado en el asesinato o, al menos, en el encubrimiento de información crítica.

La reciente publicación de más de 31.000 páginas de documentos por parte de los Archivos Nacionales ha reavivado las dudas y ha colocado nuevamente a la CIA y al FBI en el centro de la polémica. Ilustración MidJourney.

Control de la narrativa

En 2017, el presidente Donald Trump ordenó la publicación de todos los documentos relacionados con el asesinato de Kennedy. Sin embargo, miles de páginas permanecieron censuradas o clasificadas por motivos de seguridad nacional. Jefferson Morley cree que las últimas publicaciones confirman que la CIA y el FBI intentaron controlar la narrativa sobre el asesinato desde el principio. “La CIA sabía que Oswald había sido entrenado por la KGB y que estaba en contacto con agentes cubanos antes del asesinato. Ocultar esta información fue un acto de encubrimiento deliberado”, afirmó Morley. Los documentos muestran que el director de contrainteligencia de la CIA, James Angleton, ordenó destruir varios informes sobre Oswald después del asesinato. Esta acción ha sido interpretada como una forma de proteger a la agencia de un posible escándalo político.

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El asesinato de Kennedy fue más que un simple acto de violencia política. Fue un evento que marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos. Las nuevas revelaciones sugieren que la versión oficial de los hechos fue manipulada para proteger a las agencias de inteligencia y que lo que la CIA y el FBI sabían sobre Oswald y sus conexiones internacionales podrían haber cambiado el rumbo de la historia. Las teorías de conspiración que han rodeado el caso durante décadas ahora parecen tener una base más sólida. ¿Fue Oswald realmente un pistolero solitario, o fue solo una pieza en un complejo juego de ajedrez político? Las respuestas podrían estar en las páginas de esos documentos, pero por ahora, el misterio de la muerte de JFK sigue vivo.

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