Estados Unidos se encuentra en una encrucijada que muchos expertos definen como «El Gran Reajuste». Desde un endeudamiento público que ha sobrepasado el 130% del PIB, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta niveles de desigualdad económica que han alcanzado cotas inéditas, la nación se enfrenta a desafíos que amenazan sus pilares fundamentales.
Anne Smith, economista principal del FMI, apunta a una crisis multidimensional. «La desigualdad en Estados Unidos no es solo una cuestión económica. Está minando el tejido social y político del país,» señala. La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado a tal grado que, según un informe del Economic Policy Institute, el 1% más rico posee más riqueza que el 50% más pobre de la población.
Esta escala en el viaje histórico, es una fase de cambio y agitación que afecta múltiples dimensiones de la vida y del estado de bienestar en una sociedad. Este periodo se caracteriza por problemas sistémicos que alcanzan un umbral crítico, un debate público creciente acerca de la necesidad de reestructuración y un palpable descontento social que demanda acciones urgentes y fundamentales.
«El Gran Reajuste»
El concepto de «El Gran Reajuste» se refiere a un periodo de transformación significativa y disruptiva en múltiples aspectos de una sociedad. En el contexto de Estados Unidos, este término abarca una serie de crisis interconectadas que van desde la desigualdad económica y la polarización política hasta problemas en la educación y la emergencia ambiental. Estos desafíos, que se presentan en un nivel sin precedentes, amenazan las bases mismas del país y sugieren la necesidad de un cambio estructural profundo.
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Más allá de la economía, el sistema político del país está mostrando fisuras significativas. Según datos del Pew Research Center, el Congreso está más polarizado que nunca, y las instituciones democráticas enfrentan cuestionamientos por parte de una ciudadanía cada vez más desconfiada. El Profesor James T. Kloppenberg, historiador de la Universidad de Harvard, sugiere que este nivel de polarización y desconfianza institucional es comparable al de los años previos a la Guerra Civil. «Estamos viendo un nivel de división que podría amenazar la gobernanza misma de la nación», advierte.
Cómo saber que llegó
Para reconocer si nos encontramos en un periodo de «El Gran Reajuste» se pueden identificar varios indicadores. Primero, una acumulación de problemas sistémicos que llegan a un punto crítico, manifestándose a través de datos estadísticos alarmantes como altos niveles de endeudamiento público, brechas de desigualdad amplias y disfunción política palpable. Segundo, la existencia de un debate público generalizado y creciente sobre la necesidad de cambios fundamentales, evidenciado por discusiones en medios de comunicación, movimientos sociales y propuestas de políticas radicales. Finalmente, un clima de incertidumbre y descontento social que se manifiesta en protestas, altos índices de desconfianza en instituciones y, en casos extremos, disturbios y violencia civil.
En este tema el sistema educativo tampoco se queda atrás en esta lista de crisis. De acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Estados Unidos se ubica en el puesto 25 en matemáticas y 21 en ciencias, entre 71 países evaluados. Esta deficiencia en la formación académica afecta no solo la competitividad global del país, sino también la cohesión social. «Un sistema educativo fallido contribuye a la desigualdad y a la polarización social», opina Rebecca Winthrop, experta en educación del Brookings Institution.
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Los efectos ambientales
La crisis ambiental tampoco es ajena a Estados Unidos. Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA), las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 12% desde 1990. Esto coloca a Estados Unidos como uno de los principales contribuyentes al cambio climático, con implicancias no solo globales sino también locales, como lo demuestran los crecientes desastres naturales en el territorio nacional.
¿Es esta combinación de crisis la que finalmente transformará a Estados Unidos? Los expertos coinciden en que estamos en un punto de inflexión. Según la politóloga Danielle Allen de la Universidad de Harvard, «Si Estados Unidos quiere mantener su posición como líder mundial y garantizar la promesa de ‘vida, libertad y búsqueda de la felicidad’ para sus ciudadanos, es imperativo abordar estas crisis de manera integral».
Con una desigualdad creciente, un sistema político polarizado, una educación en declive y una emergencia ambiental en puertas, «El Gran Reajuste» parece ser no solo inminente sino necesario. Lo que queda por ver es si Estados Unidos será capaz de transformarse a sí mismo en medio de estas crisis convergentes o si, por el contrario, será transformado por ellas.