No estipular nada y pelear por todo: La estrategia legal de los abogados de Donald Trump

En un enfoque que se ha vuelto distintivamente característico, la estrategia legal de los abogados de Donald Trump no parece dejar nada al azar. Desde negar rotundamente las acusaciones hasta apelar cualquier decisión adversa, la táctica empleada no solo es agresiva sino también exhaustivamente dilatoria. Esta estrategia, que se ha observado en múltiples casos que enfrenta el ex presidente, se enfoca en combatir cada detalle, sin conceder ni un ápice de terreno.

Los periodistas del The Washington Post, Devlin Barrett, Jose Dawsey, Perry Stein y Marcos Berman, han estado cubriendo los intrincados detalles del proceso judicial que Donald Trump enfrenta este lunes 15 de abril. Según un artículo titulado «La estrategia de Trump para el juicio por dinero en silencio: negar, retrasar y denigrar», los abogados del expresidente han centrado sus esfuerzos en retrasar los procedimientos en los cuatro casos penales, particularmente en Nueva York, donde las tácticas se han ajustado específicamente para negar la participación de Trump en las conversaciones cruciales sobre pagos de dinero para mantener su silencio.

En el estrado: Donald Trump

Donald Trump ha utilizado su influencia y los medios a su disposición para intentar desacreditar a quienes lo acusan. No solo se trata de una lucha en los tribunales, sino también de una batalla por la opinión pública, donde Trump ha tratado de pintar el proceso judicial como un ataque político hacia su figura. Esto, en teoría, podría fortalecer su base de seguidores y potencialmente influir en los jurados o en la percepción pública general antes de las elecciones.

En el caso de Nueva York, el método se ha tornado particularmente interesante. Mientras que en otras jurisdicciones se ha admitido cierto nivel de participación en los hechos imputados, en Manhattan, la estrategia es negar completamente cualquier involucramiento en las discusiones sobre los pagos efectuados a través de su ex abogado y intermediario, Michael Cohen. Este enfoque podría considerarse riesgoso, dado que los detalles de estas conversaciones podrían ser cruciales para la fiscalía al demostrar la manipulación de registros comerciales, alegando que Trump categorizó incorrectamente los reembolsos a Cohen como honorarios legales y no como gastos de campaña.

Donald Trump
La práctica de dilación no es nueva en los procedimientos judiciales, pero Donald Trump ha llevado esta táctica a un nuevo nivel, utilizando su plataforma para cuestionar la legitimidad del proceso y atacar a todos los involucrados, desde jueces hasta fiscales y testigos claves como Cohen y la actriz de cine para adultos Stormy Daniels. Ilustración MidJourney

Ralentización y descalificación

Donald Trump y sus abogados no se limitan a disputar los cargos en sí, sino que han ido más allá, intentando retrasar el juicio apelando decisiones y preparando una defensa que cuestiona cada prueba, cada declaración y cada procedimiento legal. La última semana, por ejemplo, acudieron hasta tres veces a un tribunal de apelaciones para intentar detener el juicio inminente, sin éxito. El exabogado de Trump, David Schoen, reveló que Trump cree que, por cuestión de política, todos los juicios deberían realizarse después de las elecciones presidenciales.

La práctica de dilación no es nueva en los procedimientos judiciales, pero Donald Trump ha llevado esta táctica a un nuevo nivel, utilizando su plataforma para cuestionar la legitimidad del proceso y atacar a todos los involucrados, desde jueces hasta fiscales y testigos claves como Cohen y la actriz de cine para adultos Stormy Daniels. Lo que hace único a Trump no es solo su estrategia, sino también la manera en que ha logrado mantener un soporte significativo a pesar de las múltiples acusaciones en su contra.

Tambièn puedes leer: Una cátedra política de Gil Yepes: Acerca de mayorías, minorías y extremistas

Tácticas dilatorias

Mientras tanto, los jueces han mostrado su frustración con estos retrasos. En particular, el juez Juan Merchan de la Corte Suprema de Nueva York ha expresado su descontento con las tácticas dilatorias, las cuales han resultado en demoras significativas en comparación con otros acusados. A pesar de las tácticas empleadas, Trump deberá enfrentar su juicio en Manhattan este lunes, donde comenzará la selección del jurado en un ambiente altamente cargado y polarizado.

El enfoque legal de Trump, de no estipular nada y pelear por todo, se ha manifestado en todos los aspectos de su defensa, mostrando una determinación de llevar cada disputa a su límite, independientemente del costo legal o político. Con cada movimiento legal, cada apelación y cada declaración pública, el ex presidente y su equipo legal parecen estar preparándose para una larga batalla que podría extenderse hasta las elecciones presidenciales de noviembre y más allá.

En lo que respecta a las tácticas de defensa, es notable cómo Donald Trump y su equipo han logrado influir en el proceso judicial mediante una estrategia de confrontación. Esto no solo busca extender los tiempos del proceso, sino también agotar a la parte contraria y desdibujar los hechos en la memoria pública. Este método ha sido evidente en múltiples frentes, desde las cortes de Florida, donde se le acusa de mal manejo de documentos clasificados, hasta los tribunales de DC y Georgia, donde enfrenta cargos por obstrucción de los resultados electorales.

No hay crimen que juzgar

Donald Trump ha negado constantemente las acusaciones en cada uno de estos casos, defendiendo su conducta y arguyendo que no equivalen a crímenes. En cada instancia, sus abogados han lanzado una defensa vigorosa que incluye demandas de acceso extensivo a pruebas, análisis meticuloso de cada acusación, y la preparación de múltiples mociones previas al juicio.

Donald Trump
El juicio en Nueva York, que se celebra en una ciudad donde Trump es notoriamente impopular, pondrá a prueba no solo la efectividad de su estrategia legal, sino también su capacidad para manejar las tensiones políticas y sociales que sus casos han generado. Ilustración MidJourney.

En Nueva York, la situación es particularmente tensa. Los fiscales sostienen que los detalles de las conversaciones sobre los pagos de silencio son cruciales para demostrar que Trump categorizó ilegalmente los reembolsos como gastos legales. Los abogados de Trump, por otro lado, han logrado posponer el juicio argumentando la necesidad de tiempo adicional para revisar nuevas evidencias que, sorpresivamente, incluyen más de 100,000 páginas de documentos entregados por los fiscales federales.

La playa de las apelaciones

Este caso en Nueva York destaca no solo por las estrategias legales empleadas, sino también por la postura única de los abogados de Trump, quienes han acudido a cortes de apelación repetidamente en un intento de detener el proceso. Cada apelación rechazada, cada moción desestimada, demuestra la resistencia del sistema judicial ante las tácticas de retraso, aunque también resalta la tenacidad del equipo legal de Trump en su esfuerzo por prolongar el litigio.

Tambièn puedes leer: Venezuela y Colombia se necesitan una a la otra y, sin olvidar las diferencias, no dejan de avanzar

Donald Trump también ha tratado de denigrar a sus acusadores, utilizando su plataforma para criticar a los jueces y fiscales implicados. Este ataque al sistema judicial no solo busca desacreditar el proceso, sino también movilizar a su base electoral. Los efectos de esta estrategia son palpables, tanto en las cortes como en las encuestas, donde Trump ha visto un repunte en su apoyo entre los republicanos.

Sin popularidad en Nueva York

El juicio en Nueva York, que se celebra en una ciudad donde Trump es notoriamente impopular, pondrá a prueba no solo la efectividad de su estrategia legal, sino también su capacidad para manejar las tensiones políticas y sociales que sus casos han generado. Mientras los abogados se preparan para seleccionar un jurado, la atención de la nación y del mundo está puesta en cómo estas tácticas legales y el comportamiento de Trump influirán en el resultado del juicio.

El alcance de las acciones legales y la determinación de no conceder nada revelan una estrategia que podría ser tan perjudicial para su figura pública como potencialmente útil para su carrera política, dependiendo de los resultados de los juicios y de la percepción pública de su lucha contra lo que él describe como una persecución política. Con esto, Donald Trump continúa su batalla no solo en los tribunales, sino en el ámbito de la opinión pública, luchando por cada fragmento de evidencia y por cada posible retraso, en un esfuerzo por mantener su relevancia política y su base de apoyo intacta.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí