¿Quién parpadeará primero?: Pekín aprende a leer los movimientos de Trump

En plena guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, China ha perfeccionado una habilidad estratégica crucial: leer los movimientos de Trump. Con aranceles estadounidenses que se han disparado hasta un 245%, y Pekín respondiendo con un impuesto del 125% a las importaciones norteamericanas, la tensión comercial se ha convertido en una pulseada de resistencia política y económica donde la paciencia es un activo vital. Ante un futuro económico incierto y la amenaza latente de una recesión global, China estudia cada acción, gesto y declaración del presidente Trump, consciente de que cualquier señal puede indicar un giro estratégico clave.

Koh Ewe, conocido popularmente como Koyu, reportero y activista destacado en política internacional y noticias asiáticas, analizó recientemente en su artículo para el portal BBCMundo titulado: «5 fortalezas de China en la guerra comercial que mantiene con EE.UU.», las herramientas con que cuenta Pekín en este conflicto. Koyu, quien ha sido reconocido no solo por sus profundas investigaciones periodísticas nocturnas sino también por su activismo político que le ha valido prisión en el pasado, resalta cómo China, con el liderazgo del presidente Xi Jinping, ha convertido esta crisis comercial en una oportunidad estratégica, invirtiendo en tecnología avanzada y fortaleciendo relaciones globales alternativas.

Leer los movimientos de Trump

El análisis de Koyu pone de manifiesto una de las habilidades más desarrolladas en Pekín en estos años de conflicto: leer los movimientos de Trump. Desde el inicio del primer mandato del expresidente estadounidense, China comprendió rápidamente que enfrentaba a un líder cuyas decisiones podían cambiar radicalmente dependiendo de las circunstancias políticas internas y externas. Desde entonces, la economía china ha avanzado rápidamente en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, energías renovables y automóviles eléctricos, demostrando una gran capacidad de adaptación frente a la incertidumbre política de Estados Unidos.

Este profundo conocimiento sobre cómo leer los movimientos de Trump permite a Pekín anticipar, y en muchos casos contrarrestar eficazmente, los efectos de las sanciones estadounidenses. Xi Jinping ha insistido en que China está dispuesta al diálogo, pero también ha dejado claro que resistirá firmemente si EE.UU. mantiene una postura confrontacional. La paciencia estratégica es fundamental en esta batalla de voluntades económicas, y China se beneficia del control autoritario que ejerce el Partido Comunista sobre el país, que le permite soportar períodos prolongados de presión económica sin el desgaste inmediato que supone para líderes democráticos enfrentar elecciones.

El análisis de Koyu pone de manifiesto una de las habilidades más desarrolladas en Pekín en estos años de conflicto: leer los movimientos de Trump. Desde el inicio del primer mandato del expresidente estadounidense, China comprendió rápidamente que enfrentaba a un líder cuyas decisiones podían cambiar radicalmente dependiendo de las circunstancias políticas internas y externas. Ilustración MidJourney

Hay un fortalecimiento

En consecuencia, para leer los movimientos de Trump eficazmente, Pekín también se ha volcado hacia un fortalecimiento interno. El gobierno chino está intentando vigorizar el consumo interno, tratando de reducir la dependencia de los mercados externos, especialmente Estados Unidos. Koyu señala que iniciativas recientes como subsidios al consumo doméstico o programas dirigidos a estimular viajes de jubilados por todo el país buscan amortiguar los efectos inmediatos de los aranceles y garantizar la estabilidad económica interna a mediano plazo.

Además, China ha aprendido a leer los movimientos de Trump a partir de los errores cometidos por Washington durante el primer mandato del presidente estadounidense. Las sanciones iniciales de Trump sobre paneles solares en 2018 sirvieron a Pekín para acelerar su transición tecnológica y económica. El programa «Made in China 2025» y la gigantesca Iniciativa de la Franja y la Ruta son claros ejemplos de cómo China ha aprovechado las adversidades generadas por la administración Trump para mejorar su posición global.

Inversionistas también leen

Koyu destaca que leer los movimientos de Trump no es una tarea exclusiva del gobierno chino. Los mercados financieros internacionales, especialmente el mercado de bonos del tesoro estadounidense, también han aprendido a interpretar las señales contradictorias enviadas por Trump en momentos críticos. China, siendo el segundo mayor tenedor mundial de deuda estadounidense, reconoce que posee cierto grado de influencia financiera, aunque con limitaciones estratégicas claras. Expertos citados por Koyu advierten que Pekín usaría esta influencia con cautela, consciente de que desestabilizar el mercado de bonos también perjudicaría sus propios intereses.

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Sin embargo, una herramienta más efectiva para China al momento de leer los movimientos de Trump es su control casi absoluto sobre las tierras raras, elementos indispensables para la tecnología avanzada, desde vehículos eléctricos hasta sistemas de defensa. China controla el 61% de la producción mundial y el 92% del refinamiento de estos minerales clave, según la Agencia Internacional de Energía. Las restricciones recientemente impuestas por Pekín en respuesta a la ofensiva comercial estadounidense han generado preocupación global por la posibilidad de interrupciones críticas en las cadenas de suministro tecnológicas y militares.

Otros mercados celebran

El propio Koyu advierte que, a pesar de los riesgos inherentes al uso de las tierras raras como arma política, China ha demostrado disposición para asumir estos costos cuando percibe amenazas existenciales a sus intereses nacionales. Leer los movimientos de Trump en esta esfera implica, por tanto, medir la voluntad real de EE.UU. para sostener una confrontación económica que podría terminar siendo muy costosa para ambas partes.

Otra señal importante sobre cómo Pekín ha aprendido a leer los movimientos de Trump se refleja en su nueva estrategia comercial hacia mercados emergentes. El comercio chino con el sudeste asiático, América Latina y África ha experimentado una expansión notable desde el inicio de las disputas comerciales con EE.UU. Pekín ha diversificado exitosamente sus fuentes de soja, desplazando significativamente a los productores agrícolas estadounidenses y fortaleciendo su seguridad alimentaria, con países como Brasil que ahora dominan el suministro a China.

El reciente retroceso de Trump en la aplicación de los aranceles más drásticos después de una crisis en los mercados financieros confirma a Pekín que el presidente estadounidense tiene límites claros ante la presión económica, especialmente cuando se pone en riesgo la estabilidad financiera de EE.UU.. Ilustración MidJourney.

Saber cuándo retroceder

China está consciente de que leer los movimientos de Trump también significa reconocer cuándo Washington está dispuesto a ceder terreno para evitar un desastre económico interno. El reciente retroceso de Trump en la aplicación de los aranceles más drásticos después de una crisis en los mercados financieros confirma a Pekín que el presidente estadounidense tiene límites claros ante la presión económica, especialmente cuando se pone en riesgo la estabilidad financiera de EE.UU.

De esta manera, Pekín ha aprendido que para leer los movimientos de Trump con precisión debe analizar no solo las declaraciones públicas del presidente estadounidense, sino también las reacciones del mercado financiero y la presión política interna en EE.UU. Mientras tanto, China parece dispuesta a mantener su estrategia paciente y desafiante, a sabiendas de que el tiempo podría jugar a su favor si logra resistir esta guerra de desgaste económico.

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A reducir tensiones

Koyu concluye señalando que, aunque Trump ha insinuado la posibilidad de reducir tensiones comerciales, no existe garantía alguna de estabilidad en sus decisiones futuras. Por eso, Pekín continúa perfeccionando cada día más su capacidad de anticiparse y leer los movimientos de Trump, consciente de que en esta batalla de nervios, quien parpadee primero podría pagar un alto precio económico y político.

En definitiva, la capacidad de Pekín para leer los movimientos de Trump se ha convertido en una herramienta vital en esta guerra comercial, transformando un conflicto económico en un sofisticado juego de ajedrez político donde cada movimiento cuenta. La pregunta que domina el escenario internacional es clara: ¿quién parpadeará primero? Hasta ahora, Pekín parece estar preparado para esperar.

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