Reflexiones para “dummies” sobre geopolítica estadounidense: Caso Venezuela

La historia mundial ha visto cómo las potencias del orbe han ejercido influencia sobre regiones y naciones con objetivos específicos, a menudo estratégicos y económicos. En el caso particular geopolítica estadounidense y su relación con Venezuela, las últimas décadas han mostrado un entramado político y económico que tiene a la geopolítica como telón de fondo.

Luis Vicente León, reconocido economista y experto en asuntos venezolanos, ha sido una de las voces más claras al interpretar los movimientos geopolíticos en el tablero. Recientemente, mediante su cuenta X, manifestó su postura respecto a la última decisión de Estados Unidos de emitir una licencia general para Venezuela, permitiéndole reintegrarse formalmente al mercado energético internacional.

Geopolítica estadounidense

Esta movida puede parecer sorprendente para muchos. Durante años, el régimen de Nicolás Maduro ha sido sancionado y aislado de la comunidad internacional, en gran medida, debido a presiones de Washington. Sin embargo, lo que León señala es que, detrás de esta apertura, hay una estrategia inteligente que busca una influencia real y concreta en la política venezolana de cara a 2024.

geopolítica estadounidense
A geopolítica estadounidense es una invitación a la negociación y al entendimiento, pero con condiciones claras. Ilustración MidJourney

Según datos del Banco Mundial, Venezuela posee una de las reservas petroleras más grandes del mundo. Sin embargo, la crisis económica, política y humanitaria ha reducido drásticamente su producción y exportación de crudo. Ante un escenario global donde la energía sigue siendo un recurso esencial, la decisión de Washington de permitir la reincorporación de Venezuela al mercado energético no parece ser altruista, sino estratégica. Así es la geopolítica estadounidense.

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Reducir presión migratoria

De acuerdo con Amnesty International, la crisis humanitaria en Venezuela ha generado uno de los mayores éxodos de población en la historia de América Latina. Al permitir que el país se reintegre al mercado energético, se espera, según palabras de León, rescatar la calidad de vida de la población y reducir las presiones migratorias.

Sin embargo, es esencial entender que no solo se trata de petróleo. Con la reinserción financiera de entidades como el BCV y el Banco de Venezuela, incluidas en la estratagema de la geopolítica estadounidense, se busca revitalizar el aparato financiero del país, permitiendo una eventual recuperación económica.

Todos somos dummies

A pesar de este panorama positivo, la plataforma Unitaria, representante de una amplia gama de sectores de la oposición venezolana, se encuentra a la espera. Han sido testigos de cómo la geopolítica estadounidense ha eclipsado las necesidades del pueblo venezolano. La interrogante es si las promesas hechas en la negociación tripartita en Barbados se concretarán.

El profesor Carlos Sabino, historiador y sociólogo, comenta: «A lo largo de la historia, hemos visto cómo las grandes potencias, como Estados Unidos, han establecido acuerdos basados en intereses geopolíticos, relegando muchas veces las necesidades democráticas y humanas de las naciones involucradas.»

Liberan dos presos políticos

Las palabras de León, quien celebra el inicio del proceso de liberación de presos políticos en Venezuela como parte de estos acuerdos, reflejan una esperanza cautelosa. Aunque la liberación de figuras como Ronald Carreño y Juan Requesens es un paso positivo, queda la incógnita de si todos los aspectos del acuerdo serán honrados, y qué papel jugará la geopolítica estadounidense en este proceso.

geopolítica estadounidense
Ambos actores, Nicolás Maduro o la oposición, deben olvidar que lo de hoy es tan solo una ventana. Ilustración MidJourney

La reciente apertura de Estados Unidos hacia Venezuela, lejos de ser una acción desinteresada, refleja una estrategia geopolítica que busca influir en el futuro político y económico del país sudamericano. Mientras las potencias mundiales mueven sus piezas en este ajedrez global, el pueblo venezolano espera que los acuerdos firmados se traduzcan en una mejora real y duradera para su calidad de vida.

Cambio de escenario, cambio de rol

El retorno de Venezuela al escenario energético global no es una cuestión menor. Las sanciones previas impuestas por Washington habían impactado profundamente a PDVSA, la empresa estatal de petróleo y uno de los principales motores económicos del país. Datos del U.S. Energy Information Administration (EIA) muestran que, antes de las sanciones, Estados Unidos era uno de los principales destinos de las exportaciones de crudo venezolano. Esta relación, que en su momento fue beneficiosa para ambas naciones, se vio interrumpida por diferencias políticas y tensiones diplomáticas.

La licencia general emitida, de amplio espectro, no solo abarca el sector energético, sino que también reconoce y permite operaciones financieras previamente prohibidas por nudo de la geopolítica estadounidense. Esto es crucial, dado que la economía venezolana había quedado altamente restringida en términos de operaciones internacionales. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la falta de acceso a financiamiento y la incapacidad para llevar a cabo transacciones bancarias básicas habían agravado aún más la ya profunda recesión económica en la que se encontraba sumido el país.

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Más concesiones

Por otro lado, al permitir operaciones con entidades como CVG, una corporación estatal encargada del desarrollo de la industria básica, Estados Unidos también está facilitando el resurgimiento de otros sectores vitales de la economía venezolana. Estas medidas, según expertos del Instituto Peterson de Economía Internacional, podrían ser un catalizador para la llegada de inversiones extranjeras, tan necesarias para reactivar una economía en desplome.

Asimismo, el impacto que tendrá esta licencia en la política interna de Venezuela es aún incierto. Tanto Maduro como la oposición, deben reconocer que la mano en el mango de la sartén es la geopolítica estadounidense. Pero lo que sí es claro es que, mediante esta acción, Washington está enviando un mensaje directo a Caracas. Es una invitación a la negociación y al entendimiento, pero con condiciones claras: el respeto a la democracia y a la constitución. Y mientras la geografía del petróleo sigue dibujando las relaciones internacionales, queda por ver si este acercamiento generará los cambios esperados para el pueblo venezolano.

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