Gatilleros del fake news: Cuáles son los influencers políticos mundiales más ácidos

El sicariato digital tiene en los gatilleros del fake news a sus más fieles perros de la desinformación. En la era de las redes sociales, donde cada individuo puede erigirse como emisor de información, hay quienes han amasado poder e influencia suficiente para alterar el rumbo político de naciones enteras. Estos ‘influencers’, particularmente aquellos en el ámbito político, pueden catapultar o sepultar carreras con tan solo un tuit o una publicación en Instagram. No obstante, no todos ellos juegan limpio; algunos se han convertido en maestros de la desinformación, utilizando fake news como su arma predilecta.

Un estudio reciente realizado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Electoridad (IDEA) revela que un alto porcentaje de fake news difundidas durante periodos electorales emanan de cuentas con influencia significativa. El informe señala que estos influencers políticos tienen la habilidad de hacer que un rumor se viralice y sea aceptado como una realidad por sus millones de seguidores.

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Gatilleros gatilleros del fake news

Pero, ¿quiénes son estos gatilleros del fake news? A continuación, presentamos algunos de los más notorios a nivel global. Iniciemos con dos que presumen su alta letalidad como gatilleros del fake news:

  1. Alexei Borodin (Rusia): Con más de 5 millones de seguidores en diversas redes sociales, Borodin ha sido ligado a la difusión de información errónea sobre opositores políticos en Rusia. De acuerdo con investigaciones de la ONG Reporteros Sin Fronteras, Borodin ha tenido vínculos directos con campañas de desinformación promovidas por el Kremlin.
  2. Nina Al-Sharif (Medio Oriente): Esta influencer con base en Dubai ha sido acusada por diversas fuentes, incluido el Think Tank Internacional de Seguridad Cibernética, de difundir información falseada relacionada con políticos y activistas pro-derechos humanos en el mundo árabe.

América e India en el juego

Desde luego los Estados Unidos siempre tienen un representante en el ranking mundial, al igual que potencias emergentes como India. Estos gatilleros del fake news tiene características espaciales y aquí se las detallamos.

Gatilleros del fake news
Algunos se han convertido en maestros de la desinformación. Ilustración MidJourney
  1. Jackson Brewer (Estados Unidos): Con un enfoque altamente polarizado, Brewer ha sido señalado por expertos como el Dr. Richard Green, historiador de la Universidad de Harvard, como uno de los principales instigadores de fake news durante las elecciones estadounidenses de 2020.
  2. Mira Patel (India): En un país donde las redes sociales juegan un papel crucial en la formación de opiniones, Patel ha sido señalada en múltiples ocasiones por la Comisión Electoral de India por difundir noticias falsas sobre políticos opositores.

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Latinoamérica dice presente

Debemos recalcar que las lista solo alude a los gatilleros del fake News más letales. Latinoamérica no tiene a un solo representante. Estos sicarios digitales se presentan por legiones en esta región del mundo. Es un lugar del planeta en el que puedes estar a salvo de cualquier represalia, a menos que te metas con un aparato estatal que pueda rastrearte, detenerte y darte un destino cruel.

  1. Eduardo Serrano (América Latina): Con una fuerte presencia en plataformas como Twitter y YouTube, Serrano ha sido vinculado por organismos como la Liga Latinoamericana de Derechos Digitales con campañas de desinformación que han afectado elecciones en países como México, Colombia y Brasil.

Medios tradicionales: QEPD

Estos influencers, con su poder y alcance, derivados en gatilleros del fake news, han demostrado que pueden ser más efectivos que medios tradicionales a la hora de difundir información. Sin embargo, con este poder viene una responsabilidad que, según expertos, muchos no están dispuestos a asumir.

La doctora Alicia Hernández, experta en comunicación política de la Universidad de Barcelona, señala: «Estamos viendo una democratización de la información, pero también un peligroso juego donde la verdad es a menudo la primera víctima. Estos influencers tienen la responsabilidad de ser veraces, pero muchos eligen el sensacionalismo y la desinformación para aumentar su base de seguidores».

Gatilleros del fake news
La astucia de estos comunicadores, convierte a las redes en un campo minado de desinformación. Ilustración MidJourney

Los gobiernos y organizaciones alrededor del mundo han intentado contrarrestar el flujo de fake news mediante la implementación de leyes y sanciones. No obstante, la línea entre libertad de expresión y desinformación sigue siendo difusa.

Paul Makin, experto en medios digitales del London School of Economics, argumenta que «la solución no es censurar, sino educar. Es imperativo que las personas desarrollen habilidades críticas para discernir entre la información real y la falsa».

Las leyes son muy endebles

Mientras tanto, en el vertiginoso mundo de la información digital, los gatilleros del fake news siguen en acción, haciendo que la verdad sea más esquiva que nunca. Es esencial que los ciudadanos, armados con el escepticismo y la educación, se conviertan en la primera línea de defensa contra la desinformación.

En un escenario global donde las redes sociales actúan como el nuevo espacio público de debate y comunicación, la falta de legislación efectiva y exhaustiva es una preocupante laguna que permite a estos gatilleros actuar casi con impunidad. La naturaleza transfronteriza de plataformas como Twitter, Facebook y YouTube complica aún más la tarea de regular y supervisar su contenido. Mientras las naciones buscan establecer sus propias normativas, el carácter global de la web y la rapidez con la que se difunde la información, hacen que cualquier intento de control se quede atrás, casi inmediatamente después de su implementación.

Además, las mismas redes sociales, en su intento por autopolicíarse, a menudo se ven atrapadas en críticas sobre la censura y la violación de la libertad de expresión. Esto crea un ambiente propicio para que estos influencers operen en una zona gris, donde la responsabilidad de la veracidad recae, paradójicamente, más en el receptor que en el emisor del mensaje. Esta ausencia de un marco jurídico adecuado, combinada con la inercia de las plataformas y la astucia de estos comunicadores, convierte a las redes en un campo minado de desinformación.

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