El reciente derrame de petróleo en Ecuador ha provocado una crisis ambiental significativa, afectando diversos ecosistemas y comunidades en el país. A continuación, se presenta un análisis detallado de los impactos y las medidas adoptadas:
Detalles del incidente
El 13 de marzo de 2025, una ruptura en el Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en el sector de El Vergel, Quinindé, provincia de Esmeraldas, resultó en el derrame de aproximadamente 25,116 barriles de petróleo. La ministra de Energía, Inés Manzano, calificó el evento como un acto de sabotaje.
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Impacto ambiental
El derrame contaminó alrededor de 80 kilómetros de tierra, incluyendo nueve playas y 294 hectáreas de terrenos agrícolas en la provincia de Esmeraldas. Además, afectó a los ríos Caple, Viche y Esmeraldas, esenciales para la biodiversidad local y el sustento de las comunidades cercanas.
Afectación a comunidades locales
Más de 5,300 personas se vieron directamente perjudicadas por el derrame. Las comunidades que dependen del agua de los ríos contaminados enfrentan dificultades en el acceso a agua potable, pesca y agricultura, lo que agrava su situación económica y social.

Respuesta y medidas adoptadas
Petroecuador, la empresa estatal responsable del oleoducto, declaró fuerza mayor y suspendió las exportaciones de crudo Oriente durante seis días. Se han destinado 4 millones de dólares para labores de limpieza y asistencia a las familias afectadas, incluyendo la recolección de 30,257 barriles de una mezcla de crudo y agua. Se implementaron medidas de contención y monitoreo para mitigar el impacto ambiental.
Este derrame subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras petroleras en Ecuador y la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y respuesta ante emergencias para proteger tanto el medio ambiente como a las comunidades locales.