China, la nación más poblada del mundo, ha marcado un hito en la gestión ecológica y urbanística al mostrar al mundo cómo es posible combinar crecimiento económico y desarrollo sostenible a través de las ciudades verdes. En el decenio que va desde 2012 a 2021, mientras que su Producto Interno Bruto ha mantenido una tasa media de crecimiento anual del 6.6%, China ha reducido de manera significativa el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, según datos del Buró Nacional de Estadísticas de China.
El país ha apostado fuertemente por un modelo limpio y sostenible de urbanismo, y proyectos que van desde la clasificación de basuras domésticas hasta la creación de «ciudades libres de residuos» se han diseminado por todo el territorio. La visión que China tiene para 2030 y 2060, con objetivos de «doble carbono», es compartida por Tu Ruihe, director de la Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en China, quien resalta la importancia de este desarrollo ecológico y bajo en emisiones de carbono.
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El auge de las ciudades verdes
Empresas como Beijing Chaoyang Environment Group Co., Ltd. ejemplifican este compromiso con las ciudades verdes. En la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China celebrada recientemente, esta compañía presentó innovaciones en el reciclaje de residuos de construcción. Ladrillos de pavimentación reciclados y ladrillos reciclados con alta permeabilidad al agua muestran cómo los desechos pueden convertirse en soluciones para las ciudades del futuro.
La popularidad de los productos de bambú entre los consumidores chinos también destaca esta conciencia ecológica en aumento. Huang Manqi, jefe de planificación de una empresa de materiales renovables de la provincia de Sichuan, mencionó cómo combinan borra de café y fibra de bambú para crear un material que transforma los residuos en recursos. Esta innovación resulta en vajillas y servilletas biodegradables, reduciendo así las emisiones de carbono.
El bambú y su versatilidad
Borja de la Peña Escardó, de la Organización Internacional del Bambú y el Ratán, reitera la capacidad del bambú como una planta regenerativa rápida y eficiente. Más allá de sustituir los plásticos, tiene el potencial de reemplazar materiales con una alta huella de carbono, ofreciendo una solución real y tangible para reducir las emisiones desde su origen.
El llamado a construir «ciudades libres de residuos», ciudades verdes, no solo se basa en la gestión eficaz de los desechos, sino en la restructuración y reorientación integral de la industria y la sociedad. Chen Yong, miembro de la Academia de Ingeniería de China, enfatiza la necesidad de una eliminación precisa de residuos sólidos y la construcción de plataformas digitales de gestión. La visión es clara: una ciudad que no solo maneja eficientemente sus desechos, sino que también los utiliza como recursos.
Hay que cuidar las formas
No obstante, con todos estos avances, los desafíos persisten. Chen Yong, de la Academia de Ingeniería de China, enfatiza la importancia de abordar estos desafíos de manera sistemática y científica. Según él, en el camino hacia ciudades verdes y verdaderamente sostenibles, hay una necesidad urgente de centrarse en la eliminación precisa de los residuos y de avanzar en la construcción de plataformas digitales de gestión.
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El camino hacia la sostenibilidad urbana es intrincado. Pero con la reestructuración industrial, una creciente adopción de tecnologías y materiales amigables con el medio ambiente, y una conciencia pública en alza, el futuro parece prometedor. La transformación de China en este ámbito es una clara señal de que, con la voluntad adecuada y las políticas apropiadas, el mundo puede avanzar hacia un futuro más verde y sostenible.