EE.UU. abona diplomáticamente sus campos de siembra comprando fertilizantes rusos

Los fertilizantes rusos han colocado la diferencia. Las tensiones geopolíticas entre las grandes potencias siempre han sido un espectáculo en la arena internacional. Sin embargo, un reciente informe muestra cómo Estados Unidos y Rusia, aun enfrentándose indirectamente en conflictos como el de Ucrania, no dejan de lado sus intereses comerciales.

A pesar de la colaboración estadounidense con Ucrania en términos de equipo y asesoramiento militar, Washington no ha dudado en realizar transacciones comerciales significativas con Rusia. Según una publicación de Sputnik Mundo, entre enero y julio de 2023, Estados Unidos adquirió fertilizantes rusos por un valor de 944 millones de dólares, un dato sorprendente en el panorama de tensiones entre ambas naciones.

Fertilizantes rusos
Aunque trenzados en conflictos geopolíticos la vida continúa en cada nación. Ilustración MidJourney

Millonaria compra de fertilizantes rusos

Curiosamente, las compras en julio marcaron una disminución significativa, siendo tres veces menor que las realizadas en junio y casi un 40% menos en términos interanuales. Sin embargo, a pesar de esta disminución, Moscú ocupó el segundo lugar como proveedor de fertilizantes rusos para Estados Unidos en 2023, siendo superada únicamente por Canadá.

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La historia del comercio mundial nos muestra que la economía a menudo trasciende las diferencias políticas. Alexei Dranov, historiador y especialista en relaciones internacionales, comenta: «A lo largo de la historia, hemos visto cómo naciones en conflicto han mantenido relaciones comerciales. La razón es simple: el interés económico puede ser más fuerte que las rivalidades políticas. El comercio de fertilizantes entre Rusia y Estados Unidos es un ejemplo contemporáneo de ello».

Estados Unidos se explica

Por su parte, el gobierno estadounidense sostiene que este tipo de transacciones comerciales no refleja un debilitamiento de su postura hacia Rusia en términos de política exterior. Un portavoz del Departamento de Estado expresó: «Estados Unidos mantiene sus compromisos con sus aliados y socios. Las transacciones comerciales son esenciales para nuestra economía y no deben interpretarse como un cambio en nuestra posición geopolítica».

No obstante, el mercado de fertilizantes ha experimentado una serie de fluctuaciones a nivel global. De enero a julio de 2023, Estados Unidos redujo sus importaciones en un 22%, y sus exportaciones también vieron una disminución del 36%. Este dato contrasta con el aumento de la producción de fertilizantes rusos en junio de 2023, que creció un 10,7% en comparación con el mismo mes del año anterior.

Además de Rusia y Canadá, Arabia Saudita, Israel y Catar también figuran como proveedores principales de abonos para Estados Unidos.

El analista político Andrew Mitchell destaca que «aunque el escenario global está plagado de conflictos y tensiones, las naciones a menudo encuentran maneras de colaborar y mantener vínculos comerciales sólidos. Es una danza compleja de intereses y estrategias que refleja la naturaleza multifacética de las relaciones internacionales».

Guerra es guerra y siembra es siembra

Mientras los tambores de la guerra resuenan en algunos rincones del mundo, el sonido de las máquinas registradoras se escucha en otros. Los fertilizantes rusos además de su calidad, son competitivos por su precio. Es un recordatorio de que el comercio y la política a menudo avanzan en paralelo, aunque a veces en direcciones opuestas.

Fertilizantes rusos
Ni si quiera en la era de la Guerra Fría se detuvieron las colaboraciones entre las dos naciones. Ilustración MidJourney

Sin embargo, hay quienes ven este comportamiento comercial como una paradoja de la diplomacia. La Dra. Elaine Carter, especialista en economía global, señala: «Lo que estamos presenciando es un equilibrio entre la necesidad económica y la postura diplomática. Mientras Estados Unidos busca apoyar a Ucrania y posicionarse contra las acciones rusas en Europa, también reconoce la importancia de mantener una economía agrícola estable. Rusia, siendo un gigante en la producción de fertilizantes, juega un papel fundamental en este escenario». La interdependencia económica a menudo se convierte en una herramienta de poder y una garantía contra escaladas de conflictos más directos.

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El beneficio común

Estas transacciones no sólo son un reflejo de la complejidad del comercio internacional, sino también un testimonio de cómo las naciones, por más diferencias que tengan, buscan áreas de mutuo beneficio.

Nikolai Petrov, un renombrado historiador ruso, sostiene: «Lo que se observa en la relación entre EE.UU. y Rusia no es nuevo. Durante la Guerra Fría, a pesar de las diferencias ideológicas, hubo momentos de cooperación en ciencia y comercio. Es un recordatorio de que, por encima de las tensiones, las necesidades básicas y los intereses comunes tienden a encontrar un camino». Esta dinámica entre dos de las potencias más grandes del mundo es un claro ejemplo de cómo la diplomacia y el comercio pueden coexistir, incluso en tiempos de desacuerdo político, abonadas por fertilizantes rusos que mucho requiere la industria alimentaria en los Estados Unidos.

 

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