Adaptar el mercado al Estado: Oportunidades entre China y Venezuela

La relación entre Estado y mercado ha sido objeto de múltiples debates y análisis a lo largo del tiempo. La balanza, tradicionalmente, se inclina hacia una de las dos partes, generando un desbalance económico y político. Sin embargo, ejemplos como China, Vietnam, Corea del Sur y Taiwán muestran que la unión estratégica entre ambas partes puede generar milagros económicos. En el contexto de la crisis económica venezolana, adaptar el mercado al Estado, siguiendo estos modelos, podría representar una puerta hacia la recuperación.

José Antonio Gil Yepes, especialista de Dataanálisis, en su reciente editorial “Reflexiones para el gobierno sobre la recuperación económica”, plantea una fórmula que combina Estado y Mercado. La inducción de la transformación económica, a través de incentivos y protecciones que eventualmente se irían desmontando o que reducirían costos de transacción, sería el camino a seguir. La idea es hacer a Venezuela más productiva y competitiva, a imagen y semejanza de las naciones anteriormente mencionadas.

Adaptar el mercado al Estado
China ofrece a Venezuela un buen ejemplo que puede ser replicado positivamente. Ilustración MidJourney

Adaptar el mercado al Estado

La visión tradicional sugiere que un gobierno autoritario no es compatible con un mercado libre. Sin embargo, como apunta Gil Yepes, en lo político, todos los países citados son o fueron autoritarios, y en lo económico, la relación entre gobierno y mercado ha sido beneficiosa. Corea del Sur y Taiwán, por ejemplo, no impulsaron sus economías únicamente a través de una liberación total del mercado. Contrario a las percepciones populares, los dictadores de estas naciones impusieron planes e incluso amenazaron con encarcelar a empresarios si no seguían las directrices establecidas. Estos dictadores no buscaban destruir el mercado; querían adaptar el mercado al Estado, orientarlo y guiarlo hacia el éxito nacional.

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Las políticas aplicadas en estas naciones no son forzosamente aplicables en cualquier otro contexto. Singapur y Hong Kong, siendo ciudades estado, se vieron en la necesidad de desarrollar economías basadas en servicios, lo que los llevó a adoptar políticas económicas liberales. En contraste, Vietnam, China, Corea del Sur y Taiwán dirigieron sus esfuerzos hacia la construcción de una infraestructura sólida, educación, estímulos a las exportaciones y la creación de incentivos fiscales, manteniendo siempre un equilibrio fiscal y controlando la inflación.

Regla de la competitividad

Un aspecto crucial, mencionado por Gil Yepes, es el rol de los «costos de transacción». Estos son, esencialmente, los costos involucrados en el proceso de producir y vender bienes y servicios. Cuando estos costos son altos debido a ineficiencias en el sistema o intervenciones externas, los productos se vuelven menos competitivos a nivel internacional. Las «Reformas Estructurales», que buscan reducir estos costos, pueden ser un catalizador para el crecimiento económico. Estas reformas, que incluyen medidas contra la corrupción, construcción de infraestructura y garantías a la propiedad privada, son fundamentales para reducir costos y aumentar la competitividad.

Adaptar el mercado al Estado
En momentos difíciles la voluntad de aprender y adaptarse es crucial. Ilustración MidJourney

China, con su combinación única de control estatal y liberalización de mercado, puede ofrecer lecciones valiosas para Venezuela en este momento crítico. Adaptar el mercado al Estado, basado en una colaboración estratégica y en la reducción de costos de transacción, puede ser la clave para la recuperación económica de Venezuela.

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Chino es un modelo a seguir

En este contexto, se espera que los líderes venezolanos puedan ver en China no solo un socio comercial, sino también un modelo a seguir. Con las lecciones aprendidas de otras naciones, y adaptándolas al contexto venezolano, es posible que el país suramericano encuentre un camino hacia la recuperación y el crecimiento sostenible. Solo el tiempo dirá si esta combinación de Estado y mercado puede generar el «milagro» económico que Venezuela tanto necesita.

Además, el diálogo entre China y Venezuela podría ser un marco ideal para la transferencia de conocimientos y estrategias. Adaptar el mercado al Estado es un aprendizaje valioso. Si bien cada país tiene sus propias particularidades y desafíos, la voluntad de aprender y adaptarse es crucial. Las delegaciones comerciales, las alianzas en investigación y desarrollo y las inversiones conjuntas podrían establecer las bases de una relación simbiótica. En una era de globalización e interconexión, los países no deberían actuar en aislamiento; al contrario, la colaboración y la adaptabilidad pueden ser las claves para superar las adversidades y avanzar hacia un futuro más próspero y estable para ambas naciones.

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