Rafael Ramírez: Un victimario derivado en víctima que tiene un plan para un “después de Maduro”

Desde su posición de exiliado, Rafael Ramírez busca un cambio en Venezuela que sea radical pero firme. Exministro del Petróleo y expresidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Ramírez ha pasado de ser un aliado cercano de Hugo Chávez a un crítico vehemente de Nicolás Maduro. Aunque solicitado por la justicia venezolana, Ramírez defiende sus acciones como una lucha por el país que sueña ver reconstruido. En su reciente columna de opinión en El Nacional, titulada «El día siguiente», expone sus ideas sobre cómo debería gobernarse Venezuela una vez que Maduro deje el poder. En su visión, las propuestas buscan restaurar el principio constitucional de que la soberanía reside en el pueblo y desmantelar las estructuras represivas del actual régimen.

Rafael Ramírez, se ha convertido en un crítico prominente del gobierno de Maduro desde el exilio. En El Nacional, un periódico que encuentra simpatía en el adagio «el enemigo de mi enemigo es mi amigo», se le ha dado espacio a Ramírez para exponer su plan. Él articula una estrategia que, según él, podría restablecer la estabilidad en un país fracturado y con instituciones debilitadas.

El plan de Rafael Ramírez

Para Rafael Ramírez, la primera medida después de un cambio de gobierno sería liberar a los presos políticos y a todas las personas detenidas arbitrariamente. Según su perspectiva, esta medida es crucial para restablecer la legitimidad de las instituciones estatales y asegurar el respeto a los derechos humanos. Además, Ramírez subraya la necesidad de cerrar centros de detención y tortura, como «La Tumba» o «La Casa de los Sueños». Sostiene que lugares como El Helicoide podrían transformarse en instituciones que velen por los derechos humanos, en lugar de centros de opresión.

Un enfoque clave en la visión de Rafael Ramírez es el restablecimiento pleno de la Constitución y las leyes de la República. La Constitución de 1999 sigue siendo el único marco de referencia válido para reconstruir la institucionalidad y el estado de derecho. Ramírez destaca que debe desmantelarse el sistema represivo creado por el gobierno de Maduro, con la intervención de cuerpos policiales e inteligencia como el DGCIM, SEBIN y FAES. Considera fundamental que los perpetradores de violaciones de derechos humanos sean llevados ante tribunales justos, en los que se respeten sus derechos, pero donde también se conozca la verdad.

Rafael Ramírez
Ramírez destaca que debe desmantelarse el sistema represivo creado por el gobierno de Maduro, con la intervención de cuerpos policiales e inteligencia como el DGCIM, SEBIN y FAES. Considera fundamental que los perpetradores de violaciones de derechos humanos sean llevados ante tribunales justos, en los que se respeten sus derechos, pero donde también se conozca la verdad. Ilustración MidJourney

La reforma del sistema judicial es otro de los puntos clave en la propuesta de Rafael Ramírez. Asegura que es necesario intervenir el Tribunal Supremo de Justicia, el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República para separar de sus cargos a los responsables directos, jueces y fiscales nombrados de manera irregular por las autoridades actuales. Se debe garantizar que los nuevos jueces y fiscales cumplan con los requisitos establecidos en la Constitución y las leyes para restablecer la separación de poderes y eliminar la judicialización de la política.

Ansia la libertad de prensa

Para Rafael Ramírez, la libertad de prensa es fundamental para la reconstrucción de Venezuela. Por lo tanto, debe eliminarse la censura y permitir la libre expresión en todos los medios. Ramírez critica la adquisición de medios por parte del gobierno de Maduro para incitar el odio y la persecución política. Además, considera que debe cesar la actividad de bots y trolls que generan campañas de difamación e injuria, derogando todas las leyes, decretos y sentencias inconstitucionales que atentan contra la libertad de expresión.

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En su plan, Ramírez propone un Plan de Emergencia Nacional que aborde la crisis humanitaria, la pobreza y el hambre en Venezuela. Afirma que deben convocarse instituciones nacionales e internacionales para estructurar programas que aborden las necesidades más urgentes, especialmente para mujeres, niños y ancianos. El sistema público de salud debe fortalecerse para responder a la crisis con mejores recursos y personal capacitado. Asimismo, el sistema educativo debe revitalizarse con un enfoque especial en todos los niveles, desde el maternal hasta la universidad.

Recuperar el petróleo

Rafael Ramírez ve en la recuperación de la industria petrolera el punto central para revitalizar la economía venezolana. Considera que el petróleo es el recurso fundamental que podría colocar los ingresos al servicio del pueblo. Propone revertir decretos, acuerdos y contratos que infrinjan la Ley Orgánica de Hidrocarburos y violen la Constitución. Se debe auditar a PDVSA para identificar prácticas corruptas y malas gestiones, especialmente entre 2017 y 2024, un período en el que, según Ramírez, la transparencia fue inexistente.

Para Ramírez, el control de las operaciones petroleras debe volver al estado y PDVSA debe recuperar su capacidad operativa para responder tanto al mercado interno como al internacional. Además, resalta la importancia de devolver a PDVSA todos los activos que le fueron arrebatados de manera ilegal y restablecer los derechos laborales de los trabajadores.

Rafael Ramírez propone que el Estado asuma la dirección de la economía con una recuperación del bolívar como moneda oficial y un ajuste significativo del salario mínimo. Aboga por eliminar la práctica de bonificar el salario y restituir las conquistas laborales que el gobierno de Maduro ha eliminado. Considera que la organización sindical debe fortalecerse para proteger a los trabajadores y acabar con la precariedad laboral.

Acerca de Arco Minero

En cuanto a la explotación minera, Ramírez pide la suspensión inmediata de las operaciones en el Arco Minero. Propone crear una comisión nacional ambiental que supervise el desarrollo de un plan para restaurar las zonas afectadas y proteger a las comunidades indígenas. En el ámbito internacional, cree necesario reafirmar la soberanía sobre el Esequibo y articular una estrategia para recuperar el territorio.

Ramírez concluye su visión para el «día siguiente» destacando la necesidad de reconstruir la espiritualidad en Venezuela y dejar de lado el odio. Cree que solo mediante la cooperación entre todas las fuerzas patrióticas y bolivarianas se podrá reconstruir una nación que pueda acoger de nuevo a millones de venezolanos que han emigrado.

Rafael Ramírez también pone énfasis en la necesidad de un diálogo nacional amplio que incluya a todas las fuerzas políticas y sociales del país. Para él, la reconstrucción de Venezuela requiere consenso y la participación activa de todos los sectores. Sugiere la creación de un gran pacto nacional que no solo defina las bases para el restablecimiento de las instituciones democráticas, sino que también oriente un camino hacia la reconciliación.

Otra Comisión de la Verdad

En este sentido, Ramírez reconoce que las heridas abiertas durante años de conflicto político deben ser abordadas con sensibilidad y prudencia. Propone la creación de una comisión de la verdad que investigue las violaciones de derechos humanos cometidas por todas las partes involucradas, buscando un enfoque restaurativo más que punitivo, para avanzar hacia un verdadero proceso de sanación y reparación.

Rafael Ramírez
La reforma del sistema judicial es otro de los puntos clave en la propuesta de Rafael Ramírez. Asegura que es necesario intervenir el Tribunal Supremo de Justicia, el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República para separar de sus cargos a los responsables directos, jueces y fiscales nombrados de manera irregular por las autoridades actuales. Ilustración MidJourney.

La economía es otro pilar en su propuesta para el “día siguiente”. Ramírez argumenta que el país debe replantear su modelo económico para no depender únicamente de los hidrocarburos, diversificando así las fuentes de ingresos del Estado. Sostiene que la agricultura, el turismo y la manufactura podrían convertirse en sectores importantes para generar empleos y reducir la dependencia del petróleo. Plantea incentivos para la inversión en estos sectores, junto con la creación de un entorno que fomente la innovación y el desarrollo tecnológico.

En cuanto a la deuda externa, Rafael Ramírez es consciente de la importancia de renegociar los compromisos adquiridos por el país. Sugiere la necesidad de reestructurar la deuda con el apoyo de organismos internacionales, basando el acuerdo en términos que permitan que el país se recupere financieramente. Cree que esta renegociación debe incluir condiciones que respeten la soberanía y, al mismo tiempo, proporcionen una base sólida para la reintegración de Venezuela en la economía global.

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Retorno a la democracia

El fortalecimiento del sistema democrático es una prioridad para Ramírez. Considera fundamental restaurar la confianza en las instituciones electorales mediante la reforma del Consejo Nacional Electoral (CNE) para garantizar procesos transparentes. Además, insiste en la importancia de la separación de poderes y el respeto a las decisiones de la Asamblea Nacional, que deben reflejar la voluntad popular. Este nuevo CNE debería organizar elecciones libres y justas en todos los niveles de gobierno, desde las municipales hasta las presidenciales.

Finalmente, en su plan para el “día siguiente”, Ramírez llama a la comunidad internacional a respaldar la transición y a ser parte de la solución, pero respetando siempre la soberanía venezolana. Cree que la cooperación internacional será crucial para superar la crisis humanitaria, y ve la necesidad de que los países latinoamericanos y las organizaciones multilaterales jueguen un papel clave en el proceso de reconstrucción nacional.

Rafael Ramírez aboga por un plan integral que abarque lo político, económico y social. Su visión se centra en restaurar el estado de derecho, promover la reconciliación nacional, reconstruir la economía y reintegrar a Venezuela en la comunidad internacional. Para él, este esfuerzo solo será posible si todos los venezolanos, sin importar su afiliación política, se unen para alcanzar el objetivo común de reconstruir su país.

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