Deep fakes: Una nueva dimensión de la Guerra de los mundos

Una Deep fake paralizó el corazón de los estadounidenses. En mayo de 2023, las redes sociales se convirtieron en un frenesí de terror y especulación. Las imágenes de una supuesta explosión en el Pentágono evocaron sombras del fatídico 11 de septiembre y causaron un pánico colectivo tan potente que el mercado sufrió una liquidación significativa.

La velocidad y la magnitud con las que se propagó esta información mostraron una vez más la vulnerabilidad de nuestras sociedades hiperconectadas. Pero, finalmente, estas imágenes fueron desacreditadas como falsificaciones, enseñándonos una lección dura: no podemos creer todo lo que vemos.

El menú del Deep fake

Los deep fakes, o falsificaciones profundas, no son meras modificaciones digitales de imágenes. Son el resultado de la aplicación de inteligencia artificial y aprendizaje automático para crear representaciones que parecen indistinguibles de la realidad. A medida que estas tecnologías continúan avanzando, la línea entre lo real y lo fabricado se vuelve cada vez más borrosa.

Deep fake
Imágenes, textos y videos pueden ser recreados a la carta. Ilustración MidJourney

Aunque los medios de comunicación y los formadores de opinión han dedicado tiempo y esfuerzo para señalar los peligros de estas imágenes, hay un aspecto menos discutido, pero igualmente preocupante del fenómeno deep fake: los textos profundamente falsos. A diferencia de las imágenes, los textos falsificados han sido una preocupación durante mucho tiempo, propagando desinformación de manera más insidiosa y sutil.

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Golpe a las democracias

Según datos de la organización no gubernamental Freedom House, el 70% de las democracias del mundo han experimentado algún tipo de interferencia informativa en los últimos cinco años, y la mayoría de estas interferencias involucra textos fabricados o manipulados. Estos no son simples rumores. Son historias cuidadosamente elaboradas, respaldadas por datos aparentemente confiables y voces de autoridad.

Para el historiador Dr. Luis García, «los textos falsificados no son un fenómeno nuevo. Durante siglos, han sido utilizados como herramientas de propaganda y manipulación política. Lo que ha cambiado es la facilidad y rapidez con la que estas falsedades pueden difundirse en la era digital». Es, en muchos aspectos, una reminiscencia de la emisión radiofónica de «La Guerra de los Mundos» de Orson Welles en 1938, donde la representación ficticia de una invasión alienígena causó pánico entre quienes la escuchaban, creyendo que era real. Esa fue una especie de proto Deep fake.

Deep fake
Las deep fakes son el prêt-à-porter de la manipulación del siglo XXI. Ilustración MidJourney

Dos mundos muy diferentes

Sin embargo, mientras que la «Guerra de los Mundos» se desacreditó rápidamente y dejó lecciones valiosas sobre la credulidad de la audiencia, los textos deep fake tienen un poder mucho más duradero. Pueden ser citados, compartidos, y convertirse en la base para teorías de conspiración que perduran durante años.

Los gobiernos de todo el mundo están tomando nota. En una declaración reciente, la Unión Europea expresó su preocupación por la proliferación de deep fakes, señalando que «estas técnicas no sólo son una amenaza para la integridad de las noticias y la confianza en las instituciones, sino también para la estabilidad de las democracias». Se están considerando medidas legislativas para penalizar la creación y distribución de falsificaciones profundas.

A hacerles frente

Pero, ¿cómo combatir un enemigo tan esquivo? Según la analista política Marta Ruiz, «es fundamental que las plataformas de redes sociales implementen sistemas robustos de verificación y etiquetado de contenido. Pero al mismo tiempo, la educación mediática debe ser prioritaria. La gente necesita aprender a cuestionar y verificar la información antes de aceptarla como cierta».

A medida que entramos en una era donde la realidad y la ficción se mezclan de maneras cada vez más convincentes, el desafío radica en equipar a la sociedad con las herramientas necesarias para discernir lo verdadero de lo falso. Todos tiene que saber distinguir una Deep fake. La guerra contra la desinformación se intensifica, y nuestro compromiso colectivo con la verdad será la piedra angular para ganarla.

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