¿Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA?: «Todo», respondió el General Gustave Perna

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, una pregunta resuena con fuerza en los corredores del poder y en las mentes de los ciudadanos: ¿Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA? (Inteligencia Artificial). La respuesta a esta interrogante, según el general retirado Gustave Perna, es categórica: «Todo». Este comentario, lejos de ser una exageración, se basa en una profunda comprensión de las capacidades transformadoras de la IA y en la urgente necesidad de reinventar las estructuras gubernamentales para enfrentar los desafíos contemporáneos.

Josh Tyrangiel, un respetado columnista de The Post con una distinguida carrera cubriendo el ámbito de la inteligencia artificial, anteriormente editor de Bloomberg Businessweek y director de contenido de Bloomberg Media, nos invita a reflexionar sobre este tema en su artículo «Dejemos que la IA rehaga todo el gobierno de EE. UU. (ah, y salve el país)». Tyrangiel, quien ha sido reconocido con premios Emmy y Peabody por su trabajo innovador en medios de comunicación, nos proporciona una perspectiva única sobre la potencialidad de la IA para revolucionar no solo la administración pública, sino también para reforzar la legitimidad y eficacia del gobierno.

¿Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA?

La inspiración para abordar este tema surgió de una noche inusual frente a YouTube, donde Tyrangiel encontró un video con apenas 3.900 vistas que cambiaría su perspectiva sobre el futuro del gobierno. El protagonista de esta grabación no era otro que el General Gustave Perna, quien con una carrera militar de 40 años, compartía una visión futurista y transformadora sobre cómo la IA podría redefinir la manera en que vivimos como ciudadanos.

Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA
Perna, conocido por supervisar la producción y distribución de las primeras vacunas contra el coronavirus bajo la Operación Warp Speed, ofreció una narrativa que iba más allá del ámbito militar. Su experiencia en la logística durante una crisis de salud pública sin precedentes reveló la importancia crítica de disponer de datos actualizados y estandarizados para la toma de decisiones rápidas. Ilustración MidJourney

Perna, conocido por supervisar la producción y distribución de las primeras vacunas contra el coronavirus bajo la Operación Warp Speed, ofreció una narrativa que iba más allá del ámbito militar. Su experiencia en la logística durante una crisis de salud pública sin precedentes reveló la importancia crítica de disponer de datos actualizados y estandarizados para la toma de decisiones rápidas. La intervención de Palantir, una empresa que, a pesar de las controversias, logró proporcionar a Perna la «visión divina» del problema a través de la inteligencia artificial, subraya el potencial de esta tecnología para abordar problemas complejos a una escala nacional. Es precisamente esa circunstancia histórica por la que se responde “todo” a la pregunta: ¿Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA?

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Un dato: Hay desconfianza en las instituciones

A medida que el país se enfrenta a una crisis de confianza en sus instituciones, con una encuesta de Gallup mostrando niveles históricamente bajos de confianza en 15 instituciones clave, la propuesta de Tyrangiel adquiere una relevancia aún mayor. La implementación efectiva de la IA no solo podría mejorar la eficiencia del gobierno, sino también restaurar la fe en su capacidad para resolver problemas significativos en la vida de los ciudadanos.

Consideremos, por ejemplo, el impacto que la IA podría tener en la atención al cliente gubernamental. Los chatbots basados en modelos de lenguaje grande podrían ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos que dependen de beneficios federales como veteranos, préstamos estudiantiles, desempleo, seguridad social y Medicare. Esta es solo una muestra del vasto potencial que la IA tiene para revolucionar sectores críticos del gobierno, desde la recaudación de impuestos hasta la gestión de desastres.

Sin embargo, adoptar la IA en el gobierno no está exento de desafíos. Al preguntar ¿qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA?, existe un escepticismo legítimo respecto a los sesgos sistémicos, la falta de transparencia, y los riesgos de obsolescencia de empleos y violaciones de la privacidad. A pesar de estos desafíos, la conversación con Perna revela un optimismo cauteloso. Su respuesta inmediata de «Todo» al ser consultado sobre las mejoras que la IA podría traer al gobierno refleja una confianza en la capacidad de esta tecnología para abordar desde la distribución de órganos hasta la revolución del proceso presupuestario.

Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA
Mientras avanzamos hacia un futuro incierto, la propuesta de Tyrangiel y la visión de Perna ofrecen un faro de esperanza. La adopción de la inteligencia artificial por parte del gobierno no es solo una cuestión de mejora operativa; es una oportunidad para reimaginar nuestra relación con el gobierno, para construir un sistema más ágil, transparente y responsable. Ilustración MidJourney.

“Verse a sí mismo”

La experiencia de Perna con Palantir ilustra cómo la estandarización de datos y la creación de interfaces intuitivas pueden permitir una visión clara y en tiempo real de operaciones complejas. Esta capacidad de «verse a sí mismo» en el contexto de la gestión gubernamental podría ser la clave para desentrañar y optimizar los procesos burocráticos que actualmente entorpecen la eficacia gubernamental.

Mientras avanzamos hacia un futuro incierto, la propuesta de Tyrangiel y la visión de Perna ofrecen un faro de esperanza. La adopción de la inteligencia artificial por parte del gobierno no es solo una cuestión de mejora operativa; es una oportunidad para reimaginar nuestra relación con el gobierno, para construir un sistema más ágil, transparente y responsable. En esta era de desconfianza y descontento, la integración de la IA podría no ser solo una mejora, sino una necesidad imperante para restaurar la fe en nuestras instituciones y forjar un camino hacia un futuro más prometedor.

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Hay suficientes ejemplos

¿Qué podría mejorar el gobierno si adoptara la IA? Muchos, menos el General Perna, responderían en los Estados Unidos con un rostro de silencio y con la mirada puesta en el ombligo. Sin embargo, en la búsqueda de soluciones para implementar la IA en el gobierno, es fundamental considerar el éxito de otros países que han avanzado en este camino. Por ejemplo, Estonia se ha convertido en un referente mundial en cuanto a la digitalización de sus servicios públicos, gracias en parte a su enfoque progresista hacia la tecnología y la IA. La nación báltica ha logrado implementar sistemas de votación en línea, salud electrónica y una administración tributaria digitalizada que minimiza la burocracia y maximiza la eficiencia. Este modelo estonio demuestra cómo la IA puede facilitar interacciones más fluidas entre los ciudadanos y el gobierno, promoviendo una mayor transparencia y confianza en el proceso.

Más allá de mejorar los servicios públicos, la adopción de la IA en el gobierno también puede desempeñar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Mediante el análisis de grandes volúmenes de datos ambientales, la IA puede ayudar a predecir y mitigar los efectos del cambio climático, optimizar el uso de recursos naturales y desarrollar políticas más efectivas para la conservación del medio ambiente. En este sentido, la integración de la IA no solo mejoraría la gobernanza interna, sino que también podría posicionar al gobierno como líder en la acción climática global, un aspecto cada vez más crítico en la agenda internacional.

La IA, además, tiene el potencial de revolucionar el sector de la seguridad pública. Sistemas avanzados de reconocimiento facial y análisis predictivo pueden mejorar la eficiencia de las fuerzas del orden en la prevención del crimen y la respuesta a emergencias. Sin embargo, es crucial establecer sólidos marcos éticos y legales para asegurar que el uso de la IA en este ámbito respete los derechos y libertades individuales. La implementación responsable de la IA puede contribuir significativamente a crear comunidades más seguras y resilientes, demostrando que su alcance va mucho más allá de la mera optimización de procesos administrativos para tocar aspectos fundamentales del bienestar social.

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