En el dinámico y a menudo impredecible escenario político de Venezuela, la figura de Nicolás Maduro se erige como un baluarte de resistencia frente a los vientos de cambio. A lo largo de los años, el líder venezolano ha enfrentado desafíos internos y externos, manteniéndose firme en el poder a pesar de las crecientes presiones. Este reportaje, inspirado en los análisis y reflexiones de Gustavo Azócar, un veterano de la política venezolana con un amplio recorrido en medios de comunicación y la arena política, busca desentrañar las razones detrás de la aparente inamovilidad de Maduro en el contexto político venezolano.
Gustavo Azócar, cuya trayectoria incluye campañas políticas, gestiones mediáticas y hasta periodos de reclusión, ha renacido de huelgas de hambre y persecución para convertirse en un comentarista político de referencia. Con un perfil que lo describe como Magíster en Estrategia y Comunicación Política por The George Washington University y candidato a Doctor en Ciencias Políticas, Azócar ha utilizado su plataforma en redes sociales para ofrecer un análisis crítico y profundo sobre la situación venezolana. En una reciente serie de publicaciones, titulada “Consummātum est: Todo se ha consumado”, plantea una visión pesimista pero realista de la política venezolana, fundamentada en diez puntos que reflejan una compleja interacción entre el chavismo y la oposición.
Sin novedad con Nicolás Maduro
El análisis de Azócar inicia con una pregunta retórica sobre la sorpresa que pudieran generar los recientes acontecimientos electorales en Venezuela. Cuestiona la novedad de la no aceptación de la candidatura de María Corina Machado por parte del Consejo Nacional Electoral, controlado por el gobierno de Nicolás Maduro, y la posterior decisión de boicotear la candidatura de Corina Yoris como su sustituta. Estos eventos no son sorpresivos para Azócar ni para muchos venezolanos que, desde mediados de 2023, anticiparon este desenlace.
La reflexión se extiende al análisis de las estrategias políticas, o la falta de ellas, que han llevado a la oposición a un callejón sin salida marcado por la abstención electoral. Azócar critica la incapacidad de diseñar un plan alternativo que evitara el previsible rechazo a las candidaturas opositoras. Esta situación, según él, es resultado de errores de cálculo, estrategias fallidas y una persistente inclinación hacia la abstención como forma de protesta. Mas recalca, que nadie en la acera de la oposición podría fingir sorpresa, poque todo cuanto ha ocurrido se sabía que ocurriría y nadie intentó nada para cambiarlo.
La trampa tiene nombre: abstención
Un aspecto crucial en el decálogo de Azócar es la estrategia de Maduro para dividir a la oposición y desviarla de la ruta electoral, fomentando así la abstención. De acuerdo a Gustavo Azócar la actual disputa entre los comandos de campaña de María Corina Machado y Manuel Rosales ilustra este punto, mostrando cómo la división interna mina las posibilidades de la oposición y juega a favor de Nicolás Maduro. Esta guerra de desgaste no solo beneficia al gobierno, sino que también deja a un país confundido y descontento, pensando una vez más en la abstención como la única solución.
Azócar concluye su análisis con una reflexión sobre la “derrotabilidad” de Maduro, sosteniendo que la abstención es el único factor que lo mantiene en el poder. Esta perspectiva invita a una profunda reflexión sobre la dinámica política venezolana, donde la aparente estupidez o soberbia de los actores políticos parece condenar al país a un ciclo interminable de crisis y estancamiento.
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Falencias y astucias
La visión pesimista de Azócar no solo destaca las falencias y errores de la oposición venezolana, sino que también subraya la astucia de Maduro para mantenerse en el poder. A través de la manipulación electoral, la división de la oposición y el fomento de la abstención, el gobierno de Maduro ha logrado sortear los desafíos a su permanencia en el poder. En este complejo juego de ajedrez político, tanto opositores como líderes del gobierno parecen estar advertidos del futuro, pero incapaces o no dispuestos a cambiar el curso de los eventos.
Este reportaje, inspirado en el detallado decálogo de Gustavo Azócar, busca profundizar en las complejidades que definen el panorama político venezolano y las razones detrás de la durabilidad del régimen de Nicolás Maduro. A través de una serie de reflexiones y análisis, Azócar nos guía por un camino que desemboca en la aparente inevitabilidad del continuismo de Maduro, un camino pavimentado por errores estratégicos, divisiones internas y una suerte de resignación política que ha caracterizado a la oposición venezolana en los últimos tiempos.
Adaptarse y sobrevivir
La crítica de Azócar no se limita a la gestión de la oposición; también apunta a la habilidad del chavismo para adaptarse y sobrevivir ante las adversidades. La estrategia del gobierno de Nicolás Maduro, según Azócar, no solo consiste en reprimir y controlar, sino también en generar suficiente división y desconfianza entre sus adversarios como para hacer inviable cualquier intento serio de desplazarlo del poder. Esta habilidad para «alimentar a los abstencionistas», como Azócar lo describe, es quizás uno de los pilares más fuertes sobre los que se sostiene la permanencia de Maduro.
Más allá de las estrategias políticas y los juegos de poder, Azócar insiste en la necesidad de una introspección profunda dentro de la oposición. La pregunta sobre por qué, a pesar de conocer de antemano las maniobras del gobierno, no se ha podido o querido articular una respuesta efectiva, es central en su análisis. Esta falta de reacción adecuada ante los desafíos impuestos por el chavismo, según él, es indicativa de una crisis más profunda que abarca tanto la identidad como la estrategia de la oposición.
El decálogo de Azócar es, en esencia, un llamado a la reflexión sobre la realidad política venezolana, una realidad en la que la astucia política de Maduro, la división interna de la oposición y la apatía electoral han creado un escenario en el que el cambio parece cada vez más distante. La descripción de un país «confundido, descontento, malhumorado y desinformado» es un reflejo de la frustración y el desánimo que permea a la sociedad venezolana frente a un futuro político incierto.
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Replantear las estrategias
Con todo, el análisis de Azócar no es meramente un ejercicio de crítica o pesimismo. Detrás de sus palabras yace una invitación implícita a replantear las estrategias, a buscar nuevas formas de conexión con la base social y a redefinir los objetivos y métodos de lucha contra un régimen que ha demostrado su capacidad de adaptación y resistencia. La conclusión de Azócar, basada en la creencia de que Nicolás Maduro es “derrotable” y que la abstención es su principal aliado, es un recordatorio de que la lucha por el cambio en Venezuela requiere de una revisión profunda de las tácticas y estrategias empleadas hasta ahora.
En última instancia, el decálogo de Azócar ofrece una mirada crítica y desapasionada a la situación política venezolana, destacando los desafíos y las paradojas que enfrenta la oposición en su intento por superar el statu quo. A través de este análisis, se invita a una reflexión sobre los errores pasados y las posibilidades futuras, con la esperanza de que, a pesar de las adversidades, se encuentren caminos hacia una Venezuela más democrática y justa. En este sentido, el reportaje no solo documenta un momento particular en la historia política del país, sino que también busca ser parte del debate sobre su futuro, destacando la importancia de la estrategia, la unidad y la participación activa como elementos clave para lograr el cambio deseado.