Monseñor Ovidio Pérez Morales camina en un campo minado para afirmar que iglesia y política es un binomio

En un panorama donde la intersección entre fe y política genera tanto escepticismo como fervor, Monseñor Ovidio Pérez Morales, Ex presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y columnista asiduo del diario El Nacional, se adentra en terrenos complejos para elucidar una relación históricamente tensa. A través de su reciente contribución titulada “Iglesia y política”, el prelado se aventura en el delicado ejercicio de desentrañar los vínculos y las divergencias entre dos esferas de poder que, en la percepción de muchos, deberían permanecer distantes. Su análisis, cargado de una cautela propia de quien conoce las profundidades de ambos mundos, se erige no solo como un acto de valentía intelectual, sino también como un llamado a la reflexión en una nación marcada por el conflicto y la búsqueda de identidad.

La autoría de este material proviene de Monseñor Ovidio Pérez Morales, quien lo publicó para el capitalino diario venezolano El Nacional, donde tiene un espacio fijo de opinión. El contexto venezolano, caracterizado por sus «cinco repúblicas», ha sido escenario de fricciones entre la jerarquía católica y los sucesivos gobiernos, acusaciones de injerencia y debates sobre la canalización de ideas proselitistas. Es en este escenario donde Pérez Morales presenta su argumento, apelando a un análisis cuidadoso de las definiciones de «Iglesia» y su relación intrínseca con la política.

Monseñor Ovidio Pérez Morales

Monseñor Ovidio Pérez Morales, con la sabiduría de un erudito y la prudencia de un diplomático eclesiástico, invita a sus lectores a considerar la Iglesia más allá de un ente monolítico. Describe cómo, históricamente, el término «Iglesia» se ha diversificado debido a cismas y herejías, y cómo el movimiento ecuménico busca la unidad entre las distintas confesiones cristianas. Esta diversidad, sostiene, es fundamental para entender el papel de la Iglesia en la sociedad y su relación con la política.

Monseñor Ovidio Pérez Morales
Monseñor Ovidio Pérez Morales, con la sabiduría de un erudito y la prudencia de un diplomático eclesiástico, invita a sus lectores a considerar la Iglesia más allá de un ente monolítico. Describe cómo, históricamente, el término «Iglesia» se ha diversificado debido a cismas y herejías, y cómo el movimiento ecuménico busca la unidad entre las distintas confesiones cristianas. Ilustración MidJourney

La influencia de la Iglesia Católica en Venezuela, como en muchos otros países occidentales, es innegable. Monseñor Ovidio Pérez Morales subraya la adhesión mayoritaria de la población a esta fe, reconociéndola como el «tronco cristiano original» y destacando la figura del Papa como su máxima autoridad. Sin embargo, advierte que la comprensión del término «Iglesia» debe ampliarse para abarcar no solo al conjunto de creyentes y la autoridad eclesiástica, sino también a la importante participación de los laicos en la vida de la Iglesia y, por extensión, en la esfera política.

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Pérez Morales argumenta que, al pensar en la Iglesia, se deben considerar expresiones como «todo creyente bautizado es Iglesia» o «los laicos son la Iglesia en su casi totalidad». Este enfoque ampliado permite una visión más inclusiva de la comunidad creyente, resaltando el papel activo y corresponsable de cada miembro en la construcción de la sociedad. La Iglesia, según el Monseñor, no se limita a su jerarquía; su influencia y responsabilidad se extienden a todos los bautizados, quienes están llamados a contribuir en el ámbito socio-político.

Automarginación e injerencia

La interacción entre la Iglesia y la política, como señala Pérez Morales, no está exenta de desafíos. La automarginación de la jerarquía eclesiástica en asuntos temporales y la indebida injerencia en actividades propias de los laicos representan dos peligros que deben evitarse. La verdadera misión de la Iglesia en el contexto político, sostiene, es fomentar un protagonismo efectivo y servicial de los laicos, especialmente en momentos de crisis nacional como los que vive Venezuela.

Al abordar este tema espinoso, Monseñor Ovidio Pérez Morales no solo ilumina la compleja relación entre iglesia y política, sino que también defiende la idea de que ambos campos no solo pueden, sino que deben coexistir armónicamente para el beneficio mutuo y el bien común. La política, entendida como la gestión de la «polis», es decir, la ciudad y la convivencia ciudadana, es vista por Pérez Morales como una arena en la que todos los católicos tienen el deber de participar activamente. Esta participación no se limita a una mera presencia; implica una contribución corresponsable y comprometida con la creación de una sociedad más justa y equitativa, reflejo de los valores cristianos de dignidad humana y bienestar colectivo.

Monseñor Ovidio Pérez Morales
La interacción entre la Iglesia y la política, como señala Pérez Morales, no está exenta de desafíos. La automarginación de la jerarquía eclesiástica en asuntos temporales y la indebida injerencia en actividades propias de los laicos representan dos peligros que deben evitarse.. Ilustración MidJourney.

Los cristianos son políticos

Monseñor Pérez Morales recalca que el cristiano, por su naturaleza y vocación, no puede ser ajeno a la política. La llamada a transformar la sociedad es intrínseca a la fe cristiana, una exigencia del compromiso con el Evangelio que invita a cada creyente a ser luz en medio de las tinieblas. En este sentido, la política se convierte en una extensión del actuar cristiano, un campo de acción donde la fe se traduce en obras en pro del prójimo.

En su análisis, Monseñor Ovidio Pérez Morales advierte sobre los riesgos de confundir el papel de la Iglesia con la actuación de su jerarquía en la esfera pública. Aunque a los obispos les corresponde una responsabilidad primordial en la orientación espiritual y moral de la comunidad, la participación de los laicos en la política es fundamental y debe ser estimulada y guiada por la Iglesia. Este enfoque dual garantiza que la voz de la Iglesia en el ámbito público no se limite a las declaraciones de sus líderes, sino que resuene también en las acciones cotidianas de sus miembros.

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Espiritualidad y la vida cívica

La visión de Monseñor Ovidio Pérez Morales sobre la relación entre iglesia y política se fundamenta en una comprensión profunda de ambos dominios. A través de su escritura, ofrece una perspectiva equilibrada que busca superar las divisiones y promover una colaboración fecunda entre la espiritualidad y la vida cívica. Su mensaje es claro: la participación de la Iglesia en la política no debe verse como una injerencia, sino como la expresión natural de su compromiso con el bienestar de la sociedad.

Este enfoque de Pérez Morales responde a las críticas de aquellos sectores que, durante décadas, han cuestionado la participación de la Iglesia en la esfera política venezolana. Al proponer una interacción basada en el respeto, la inclusión y la colaboración, el Monseñor invita a repensar los roles tradicionales y a reconocer el valor de una Iglesia activa y comprometida en la construcción de una «nueva sociedad».

Encarar los desafíos de Venezuela

El trabajo de Monseñor Ovidio Pérez Morales es, en última instancia, un llamado a la acción. Frente a los desafíos de la Venezuela contemporánea, su voz se alza no solo como un recordatorio de la responsabilidad cristiana en la política, sino también como una fuente de esperanza. En un país donde la fe sigue siendo un pilar para muchos de sus habitantes, la visión de Pérez Morales sobre el papel de la Iglesia en la esfera pública abre un camino hacia la reconciliación y el progreso social.

Al caminar por el campo minado que representa la interacción entre iglesia y política, Monseñor Ovidio Pérez Morales no solo demuestra un profundo conocimiento teológico y político, sino también una valentía y una convicción inquebrantables. Su trabajo es un testimonio de la fe en acción, un ejemplo de cómo la Iglesia puede y debe jugar un papel crucial en la promoción de una sociedad más justa y fraterna. En un mundo cada vez más polarizado, el mensaje de Pérez Morales es un recordatorio oportuno de que, en la búsqueda del bien común, iglesia y política no solo pueden coexistir, sino que, en efecto, deben hacerlo.

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