Mike Pence: el Partido Republicano debe volver al poder y reafirmar el “liderazgo americano”

Mike Pence, exvicepresidente de los Estados Unidos y figura central del Partido Republicano, ha manifestado una clara visión para el futuro político de su país. En un reciente encuentro con el diario EL PAÍS en Bruselas, Pence ha hecho un llamado a Europa para que mantenga su confianza en Estados Unidos, independientemente de los resultados de las próximas elecciones en noviembre. Durante su mandato como vicepresidente, Pence fue conocido por su política conservadora y su influencia significativa en la administración de Donald Trump, con quien finalmente rompió tras los incidentes del asalto al Capitolio en enero de 2021.

La periodista Silvia Ayuso, quien ha seguido la carrera de Pence desde Washington, revela en su pieza editorial cómo el político ha decidido distanciarse de Trump, negándose a apoyar su campaña para las elecciones de 2024. Aunque asegura que nunca votaría por Joe Biden, Pence mantiene su compromiso con lo que considera los principios fundamentales del Partido Republicano. «No creo que haya sido una sorpresa que, en vista de las diferencias que tuvimos, no vaya a apoyar a Donald Trump estas elecciones. Pero nunca podría votar por Joe Biden y voy a seguir siendo una voz de lo que considero que debe ser el Partido Republicano», declaró Pence durante la entrevista.

Mike Pence: El ser repubicano

Pese a sus diferencias con Trump y su decisión de no competir por la presidencia, Mike Pence sigue influyendo en el discurso político estadounidense. En Bruselas, abogó por la aprobación de un importante paquete de ayuda financiera para Ucrania, Israel y Taiwán, que ha estado estancado en el Congreso por la oposición de algunos miembros del Partido Republicano. Su posición ha sido clara: es crucial que Estados Unidos mantenga su papel de líder mundial, especialmente en tiempos de crisis global. «Nuestros aliados europeos deberían confiar en los estadounidenses», aseguró Pence. «Creo que la mayoría de los estadounidenses sabe que tenemos un papel único como líder del mundo libre».

Mike Pence
Pence no oculta su frustración por ser recibido con recelo en Europa, un continente que, según él, aún no comprende completamente las consecuencias de no mantener fuertes inversiones en defensa. «He estado en neveras más cálidas», comentó con humor durante su charla en el GMF, recordando su primera experiencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich como vicepresidente. Ilustración MidJourney

Su visita a Europa no ha estado exenta de controversia. Durante su estancia, se ha enfrentado repetidamente a preguntas sobre el retardo en la ayuda a Ucrania y las amenazas de Trump de desentenderse de los aliados que no contribuyan económicamente a la OTAN. Estas cuestiones han generado nerviosismo en Europa sobre la fiabilidad de Estados Unidos como aliado. Sin embargo, Pence ha tratado de asegurar que los Estados Unidos seguirán siendo un socio confiable, independientemente de quién esté en el poder.

Dinero para la guerra

En una charla en el German Marshall Fund en Bruselas, Pence recordó su primer viaje como vicepresidente a la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde ya había intentado convencer a los aliados europeos de la necesidad de aumentar su inversión en defensa. «Cuando llegamos al poder, solo dos países de la OTAN cumplían el compromiso de gastar 2% de su PIB en defensa. Cuando nos fuimos, muchos aliados estaban en vías de cumplirlo o incluso superarlo», afirmó, defendiendo lo que describió como una política de «amor duro» que, según él, preparó mejor a los aliados para apoyar a Ucrania frente a la invasión rusa.

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La postura de Mike Pence sobre otros temas internacionales también fue evidente durante su visita. Manifestó su decepción por la política de Joe Biden hacia Venezuela, criticando la decisión de levantar parcialmente las sanciones impuestas a Nicolás Maduro. «Nuestro Gobierno aisló a Maduro y creemos que estábamos en el camino hacia elecciones justas y libres. Biden levantó las sanciones y capituló mientras Maduro sigue oprimiendo a la oposición, me decepciona profundamente», expresó, reafirmando su deseo de continuar defendiendo la causa de la libertad en Venezuela.

Republicanos sin poder

A lo largo de su carrera y especialmente ahora, Mike Pence ha defendido una visión de un Partido Republicano que retome el poder y reafirme el liderazgo estadounidense en el mundo. Con su política y su postura firme en cuestiones internacionales, parece estar marcando un claro contraste con la dirección actual de su partido y la estrategia de su antiguo jefe, Donald Trump. Mientras Pence aboga por un enfoque más tradicional y diplomático, Trump sigue alimentando divisiones con su retórica incendiaria y sus políticas disruptivas.

Durante su intervención en el Consejo Europeo, donde habló un día después de su participación en el German Marshall Fund, Pence insistió en que su llamado al Congreso para aprobar rápidamente el paquete de ayuda a Ucrania no solo era un gesto de apoyo a los aliados, sino también un mensaje claro al mundo sobre la posición de liderazgo de Estados Unidos. «Ya es hora», declaró, resonando con la impaciencia europea expresada en las redes sociales por líderes como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Un chistoso “mal querido”

Pence no oculta su frustración por ser recibido con recelo en Europa, un continente que, según él, aún no comprende completamente las consecuencias de no mantener fuertes inversiones en defensa. «He estado en neveras más cálidas», comentó con humor durante su charla en el GMF, recordando su primera experiencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich como vicepresidente. Este tipo de humor, combinado con su firme postura en política exterior, muestra un lado de Pence que busca redefinir su imagen más allá de la sombra de Trump.

Mike Pence
El interés de Pence por reafirmar el liderazgo americano no se limita a la política exterior; también se refleja en su visión para el Partido Republicano. En un momento en que el partido está visiblemente dividido entre leales a Trump y aquellos que buscan una dirección más centrada y menos divisiva, Pence representa una voz que, aunque marginada, aún resuena con una parte significativa de la base conservadora. Ilustración MidJourney.

La estrategia de «amor duro» que mencionó refleja su creencia en una diplomacia robusta, que no solo involucra presión y amenazas, sino también compromiso y apoyo tangible a los aliados. Esta política, según Mike Pence, ha ayudado a fortalecer la OTAN y preparar mejor a sus miembros para enfrentar desafíos como la agresión rusa. «Mientras mantengamos las promesas que nos hacemos, creo que el futuro de la OTAN, el futuro de la libertad, es brillante», dijo, expresando un optimismo cauteloso sobre la dirección de la política exterior estadounidense.

Venezuela está en la agenda

Al concluir su visita, el exvicepresidente se tomó un momento para abordar preguntas que no habían sido planteadas durante su breve encuentro con los medios. Aunque la discusión se centró principalmente en temas europeos, Pence encontró espacio para expresar su preocupación por América Latina, específicamente por Venezuela. La situación en Venezuela, según Pence, es un ejemplo clave de cómo las políticas de la administración Biden podrían estar fallando en sostener los principios de libertad y justicia que Estados Unidos tradicionalmente ha buscado promover.

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El interés de Pence por reafirmar el liderazgo americano no se limita a la política exterior; también se refleja en su visión para el Partido Republicano. En un momento en que el partido está visiblemente dividido entre leales a Trump y aquellos que buscan una dirección más centrada y menos divisiva, Pence representa una voz que, aunque marginada, aún resuena con una parte significativa de la base conservadora. Su discurso y acciones sugieren que está posicionándose como un líder capaz de unir las facciones del partido en torno a principios compartidos de gobernanza responsable y liderazgo global efectivo.

En última instancia, la insistencia de Mike Pence en que el Partido Republicano debe volver al poder y reafirmar el «liderazgo americano» no solo refleja sus aspiraciones políticas personales, sino también su profunda creencia en un Estados Unidos que actúa como una fuerza estabilizadora y positiva en el mundo. Con su continuo activismo y discurso público, Pence está claramente tratando de moldear el futuro de su partido y, por extensión, el del liderazgo global de su país.

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