«Es una fantasía pensar en un quiebre dentro del Gobierno de Maduro», afirmó categóricamente Juan Barreto en una entrevista reciente con Maolis Castro, periodista de EL PAÍS. Según Juan Barreto, quien fue uno de los aliados más cercanos al fallecido Hugo Chávez, la estructura del actual régimen venezolano está diseñada para resistir cualquier intento de fragmentación interna, y la posibilidad de un quiebre es, en sus palabras, inexistente. “No se niega que ellos tengan contradicciones, incluso severas, pero no los llevan a una ruptura. Ese tampoco es el camino, sentarse a apostar a ese quiebre. Hay que aferrarse a la Constitución”.
Maolis Castro, periodista con una destacada trayectoria que incluye colaboraciones con medios como The Wall Street Journal y ABC de España, actualmente trabaja para EL PAÍS en Chile. Recientemente publicó una entrevista titulada “Juan Barreto: “Es una fantasía pensar en un quiebre dentro del Gobierno de Maduro” en el portal de EL PAÍS de España. Castro, quien ha seguido de cerca la evolución política en Venezuela, describe a Barreto como una figura compleja del chavismo ideológico e intelectual, que ha roto con el oficialismo, pero aún se considera un fiel seguidor del legado de Chávez.
La voz de Juan Barreto
Juan Barreto, quien ejerció como alcalde metropolitano de Caracas entre 2004 y 2008, ha sido un crítico abierto del Gobierno de Nicolás Maduro desde 2016. En la entrevista, explica que su ruptura con el oficialismo se produjo debido a una serie de eventos que culminaron con la ignorancia de denuncias de corrupción en la industria petrolera y la creación del Arco Minero del Orinoco, donde se cometieron irregularidades ecológicas y legales. Estas experiencias lo llevaron a distanciarse definitivamente del Gobierno ya fundar el partido REDES, que más tarde fue anulado y o llevó a desembarcar en las playas del movimiento Centrados en la Gente.

Barreto menciona que en 2017, tras la revalidación de REDES como partido, se enfrentó a una fuerte represalia por su disidencia. A pesar de estas dificultades, decidió respaldar la candidatura presidencial de Enrique Márquez en las votaciones del 28 de julio, enfrentándose directamente al régimen de Maduro. Según él, la oposición, liderada por María Corina Machado, ha difundido más del 80% de las actas electorales, indicando una victoria del opositor Edmundo González Urrutia con un 67% frente al 30% de Maduro. Esta situación ha generado un ambiente de tensión y sospechas de fraude que Barreto considera deben ser investigadas tanto por organismos nacionales como internacionales.
Maduro está replegado
La insistencia de Juan Barreto en la inexistencia de un silencio dentro del «madurismo» se fundamenta en su conocimiento íntimo del régimen. Afirma que Maduro está «replegado sobre sí mismo» y que cualquier intento de fragmentar su gobierno sería inútil. «Ellos tomaron una decisión política de alto riesgo, de mantenerse en el poder», explica. Según Barreto, Maduro está preparando su negociación en mejores condiciones, aunque esto signifique cerrar aún más su círculo interno y consolidar su fuerza.
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El contexto político en Venezuela es complejo y dinámico. Barreto señala que el presidente ha despojado al Consejo Nacional Electoral (CNE) de su capacidad de decisión y ha transferido la resolución de disputas electorales al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Esta judicialización del proceso electoral, argumenta, solo ralentiza la solución y aumenta la desconfianza en las instituciones. Barreto critica también el uso del supuesto hackeo del sistema de votación automatizado como excusa para desatar una cacería de brujas y un proceso de intimidación contra la oposición.
Inteligencia emocional
En la entrevista, Juan Barreto expresa su preocupación por la represión en los sectores populares que rechazan los resultados del CNE. «En esas manifestaciones espontáneas hay de todo. Enrique Márquez y yo queremos la paz, que no se decrete o imponga a la fuerza, sino que se construye con la publicación de los resultados», dice. Barreto subraya que es esencial no criminalizar la protesta y asegurar que los jóvenes asesinados en manifestaciones sean resarcidos.
Al preguntarle sobre la posibilidad de una negociación con Maduro, Barreto se muestra cauto. Asegura que Maduro está creando las condiciones para negociar desde una posición de fuerza, aunque admite que esto no será fácil. La comunidad internacional, especialmente los Estados Unidos, ha sido muy tosca al establecer sanciones, lo que ha acorralado a Maduro y lo ha llevado a actuar de manera defensiva.

Permanecer es menos costoso
«El costo de salida y entrega es muy alto en comparación con el de permanencia, y ellos están apostando por la permanencia», señala Barreto. Considere que cualquier negociación con Maduro debe incluir garantías y muestras de buena voluntad para generar confianza. Sin embargo, también reconoce que la situación es delicada y que la sociedad venezolana no puede caer en provocaciones ni abandonar la protesta pacífica y democrática.
En cuanto a la estrategia de encomendar una auditoría al Tribunal Supremo de Justicia, Barreto es crítico. Explica que el presidente ha despojado al Consejo Nacional Electoral (CNE) de su capacidad de decisión y la ha transferido al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Esta judicialización del proceso electoral, argumenta, solo ralentiza la solución y aumenta la desconfianza en las instituciones. Para Juan Barreto, el uso del supuesto hackeo del sistema de votación automatizado como excusa para desatar una cacería de brujas y un proceso de intimidación contra la oposición es una táctica inaceptable.
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Una solución negociada
La situación en Venezuela sigue siendo tensa y complicada. Juan Barreto, con su experiencia y conocimiento del régimen, ofrece una visión crítica pero esperanzadora. Insiste en la importancia de mantener la protesta pacífica y buscar una solución negociada que respete la voluntad del pueblo venezolano. Aunque el camino no será fácil, Barreto cree que es posible alcanzar una salida democrática y justa para todos los venezolanos.
“¿Negociar? Es posible que ese sea el escenario. Ahora, ¿qué negociaría Maduro? Hay que ver, porque él también ha llevado lo suyo. Tiene una recompensa sobre su cabeza, una orden de captura internacional, una investigación en la Corte Penal Internacional por presuntas violaciones a derechos humanos. Hay un bloqueo sobre el país, sobre su economía, que ha afectado también su capacidad de hacer política. Eso hace que se atrinchere, porque no tiene garantías”.