Henry Kissinger: ¿Un narcisista que hizo bullir sangre en nombre de la hegemonía?

El titán de la política exterior estadounidense, Henry Kissinger, dejó este mundo el 29 de noviembre de 2023, tras cumplir un siglo de vida. Su nombre evoca una variedad de emociones, desde el respeto por su astucia diplomática hasta la profunda animosidad por sus decisiones controvertidas. Kissinger fue una figura que cambió la vida de millones en todos los continentes, «para bien o para mal», como destacó Lester Munson, Becario del Centro de Estudios de los Estados Unidos, Universidad de Sydney.

En América Latina, Kissinger es recordado con connotaciones nefastas, mientras que en Asia, su legado es visto como un cauterio doloroso y una amputación. Fue una mente del siglo XX que, contrario a lo que muchos creían, no estuvo adelantada a su tiempo. A pesar de cualquier súper poder que se le atribuya, Kissinger era una persona ordinaria y sin imaginación, un asesor de jefes de estado con una mentalidad anclada en el siglo XVIII, en un momento en que el mundo necesitaba mentes más avanzadas, como la de su compatriota John F. Kennedy.

Henry Kissinger
Ganó el Premio Nobel de la Paz en 1973 por su rol en Vietnam a pesar de que fue responsable por la muerte de cientos de miles en los bombardeos de Camboya. Ilustración MidJourney

Henry Kissinger corazón de hielo

Como máximo defensor de las batallas de política exterior de Estados Unidos, su influencia en la geopolítica mundial es innegable. Desde su servicio en la Segunda Guerra Mundial como soldado alistado, hasta el final de la Guerra Fría y más allá, Kissinger tuvo un impacto significativo y sostenido en los asuntos globales. En la Casa Blanca de Nixon, Henry Kissinger ocupó simultáneamente los cargos de asesor de seguridad nacional y secretario de Estado, una hazaña no repetida desde entonces.

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Su diplomacia puso fin a la guerra de Vietnam y propició un giro hacia China, eventos cruciales en la resolución de la Guerra Fría. Aunque ganó el Premio Nobel de la Paz en 1973 por su rol en Vietnam, fue condenado por la izquierda como un criminal de guerra, especialmente por la campaña de bombardeos en Camboya, que resultó en la muerte de cientos de miles.

Rolling Stone: Criminal de guerra

Su giro hacia China no solo reorganizó el tablero global sino que cambió la conversación mundial, desviándola de la derrota estadounidense en Vietnam hacia una alianza antisoviética revitalizada. Sin embargo, las críticas a Kissinger han sido y son duras. Un obituario de la revista Rolling Stone lo tituló “Criminal de guerra amado por la clase dominante estadounidense, finalmente muere”, enfatizando su asociación con la política exterior estadounidense durante los años de división de Vietnam.

Henry Kissinger
A pesar de cualquier súper poder que se le atribuya, Kissinger era una persona ordinaria y sin imaginación, un asesor de jefes de estado con una mentalidad anclada en el siglo XVIII. Ilustración MidJourney

Henry Kissinger es visto por muchos como la personificación de la realpolitik estadounidense, dispuesto a hacer cualquier cosa por el poder personal o para promover los objetivos de su país en el escenario mundial. Existían muchas indicaciones de que era un verdadero narcisista, especialmente evidente después del escándalo Watergate. Durante el breve mandato de Gerald Ford, la estatura y experiencia de Kissinger eclipsaron al presidente, quien le entregó la política exterior estadounidense para concentrarse en asuntos internos.

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Un hombre ordinario

En la década de 1970, Kissinger alcanzó una especie de estatus de culto, no por su atractivo clásico, sino por su comodidad con el poder global. Su vida romántica fue ampliamente comentada, incluso se le cita diciendo que «el poder es el afrodisíaco por excelencia». Después de la administración Ford, Kissinger siguió creciendo su legado, asesorando a corporaciones, políticos y líderes globales, testificando ante el Congreso hasta bien entrados los 90 años.

La figura de Henry Kissinger es un recordatorio de la complejidad de la historia y la política. Un hombre que, a pesar de sus controversias, jugó un papel crucial en la formación del mundo tal como lo conocemos hoy. Su muerte no solo marca el fin de una era, sino que también invita a la reflexión sobre el poder, la moral y el impacto duradero de las decisiones tomadas en las altas esferas del poder mundial.

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