En un mundo donde las fronteras entre la justicia y la venganza a menudo parecen desdibujarse, Fernando Savater, filósofo y escritor español de renombre, nos ofrece una perspectiva tanto provocadora como reflexiva sobre conceptos tan polémicos como la muerte, los verdugos y los denominados “asesinables”. Con una carrera que abarca desde la docencia en filosofía hasta una prolífica producción literaria que incluye ensayos, novelas y obras dramáticas, Savater se ha destacado por su capacidad para abordar temas de gran complejidad con una claridad y una agudeza intelectual que desafían a sus lectores a examinar sus propias posturas éticas y morales.
Este reportaje, basado en el artículo:«Jefes y asesinos», publicado por Savater en The Objetive, se adentra en las sombrías aguas de la justificación de la muerte bajo ciertas circunstancias, una práctica que, aunque condenada universalmente en teoría, encuentra matices de aceptación en la realidad política y social de nuestro tiempo. Savater, cuya afición a las carreras de caballos y su admiración por Borges son solo dos facetas de su compleja personalidad, no se ha rehusado a enfrentar estos temas con la seriedad y el rigor intelectual que los caracteriza.
Fernando Savater y la muerte
Fernando Savater argumenta que, en el ámbito de la política internacional, la distinción entre líderes legítimos y organizaciones criminales se vuelve crucial para entender las dinámicas de poder y justicia. Cita el caso de Israel y Hamás para ilustrar cómo la autodefensa de un estado puede ser percibida de manera diferente en función del contexto histórico y político. Según Savater, mientras Israel ha ganado su derecho a existir y, por tanto, a defenderse, Hamás se presenta como una entidad cuya desaparición sería, en su opinión, beneficiosa para la paz. Esta declaración no solo refleja la posición de Savater respecto a este conflicto específico, sino que también subraya una visión más amplia sobre la legitimidad de las acciones de los estados en el escenario internacional.

El filósofo profundiza en la naturaleza de los actos cometidos por los estados y sus líderes, diferenciando entre crímenes y acciones justificadas dentro del marco de la ley y la guerra. En este contexto, Savater recuerda las palabras de Cioran sobre la gobernanza y la inevitabilidad de las injusticias, subrayando que incluso las decisiones gubernamentales más controvertidas pueden no equivaler a crímenes en el sentido estricto. La reflexión sobre la pena de muerte y las ejecuciones legales establece un paralelo interesante, donde Savater nos recuerda que la legalidad de ciertas acciones no necesariamente las exonera de ser moralmente cuestionables.
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Vladímir Putin: el delivery
Entre los ejemplos más alarmantes que Savater discute se encuentran las acciones atribuidas a Vladímir Putin, a quien describe como un «especialista en mandar verdugos a domicilio». La descripción de las diversas maneras en que los opositores al régimen ruso han sido silenciados —ya sea dentro de Rusia o en el extranjero— pinta un cuadro sombrío de la realidad política en la que vivimos. La acusación de que Putin podría haber cometido personalmente actos de esta naturaleza en el pasado añade una dimensión aún más inquietante a su análisis.

Fernando Savater no se limita a denunciar; invita a una reflexión más profunda sobre la responsabilidad de los líderes mundiales en la protección de la vida y la dignidad humanas. A través de su artículo, Savater no solo critica a aquellos que recurren a métodos violentos para silenciar a sus oponentes, sino que también cuestiona la complacencia de la comunidad internacional ante tales actos. La implicación es clara: en un mundo interconectado, la inacción o el silencio pueden ser interpretados como formas de complicidad.
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Justicia y asesinato
La obra de Savater, rica en matices y complejidades, nos desafía a considerar dónde trazamos la línea entre la justicia y el asesinato, entre la defensa legítima y la agresión injustificada. En un momento histórico en el que las noticias sobre conflictos políticos y violaciones de los derechos humanos llenan diariamente nuestros feeds, las reflexiones de Savater sobre la muerte, los verdugos y los «asesinables» adquieren una relevancia particular. Nos obligan a mirar más allá de las narrativas simplistas, a cuestionar nuestras propias presuposiciones y, lo más importante, a buscar soluciones que reconozcan la complejidad de estos dilemas morales.
En última instancia, el trabajo de Fernando Savater en «Jefes y asesinos» se erige no solo como una crítica a la violencia política y a la facilidad con la que ciertos líderes recurren a la eliminación física de sus adversarios, sino también como un llamado a la reflexión sobre los principios que deben guiar nuestras sociedades. En un mundo cada vez más polarizado, donde la distancia entre «nosotros» y «ellos» se amplía constantemente, Savater nos recuerda la importancia de mantener un diálogo basado en el respeto a la vida humana y en la búsqueda de la justicia. Este reportaje, al profundizar en las ideas de Savater, no solo arroja luz sobre las oscuridades de la política internacional, sino que también ofrece una brújula moral para navegar en estos tiempos tumultuosos.