Al parecer Diosdado Cabello perdió el monopolio del sector militar en Venezuela. La política venezolana siempre ha sido un hervidero de intrigas y conspiraciones, y en esta ocasión no es la excepción.
Durante años, Diosdado Cabello ha sido una de las figuras más poderosas de Venezuela, ejerciendo un fuerte control sobre el sector militar del país. Su supremacía en el ámbito militar le otorgó un ascendente sin igual en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y, a menudo, se le consideró el «número dos» detrás de Nicolás Maduro, especialmente después de la muerte de Hugo Chávez.
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Recientemente una ola de murmuraciones golpeó las playas del chisme venezolano. Una de las especulaciones más resaltantes tenía que ver con su salud. Sin embargo, no se trataba de su bienestar físico. Más bien se dijo que en La Habana fue internado en la UCI, esa en la que con un tratamiento de choque hacen ver a los “no alineados” sus métodos para enderezarlos.
Diosdado Cabello perdió el monopolio
Sin embargo, los vientos políticos en Venezuela están cambiando. Con la ascendencia de Nicolás Maduro al poder, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, ha ido ganando terreno, relegando a Cabello a un segundo plano. Padrino López ha consolidado su posición, restando influencia a Cabello dentro del estamento militar y, por ende, en el escenario político nacional.
En todos los ámbitos del país político de la nación caribeña, se sabe que ni Diosdado Cabello simpatiza con los cubanos y en La Habana no hay proyectos para homenaje alguno al nacido en Maturín, estado Monagas. Una cosa al parecer es cierta: Diosdado Cabello perdió el monopolio del control militar en Venezuela. Los expertos aseguran que lo que escucharía Cabello en La Habana sería la oferta de seguridad y protección que podría expirar si el “amigo de Chávez” no deja de ser una piedra en el zapato.
Una visita inesperada
El pasado 7 de agosto, Diosdado Cabello visitó La Habana, y los rumores no tardaron en circular. Fuentes cercanas al gobierno de la isla aseguran que los altos mandos cubanos desean que Cabello comparta el poder con Padrino López, lo que podría ser una estrategia para aliviar la presión sobre Nicolás Maduro, quien ha tenido que lidiar con las ambiciones presidenciales de Cabello.
¿Pero por qué desplazar a una figura tan prominente como Diosdado Cabello? Según Raúl Delgado, experto en política latinoamericana, «Cuba siempre ha jugado un papel crucial en la política venezolana. La idea de que Cabello comparta poder podría ser una maniobra para equilibrar las fuerzas y garantizar la continuidad del chavismo en el poder, independientemente de quién esté al frente». Ahora, sus adversarios -que tiene muchos en e país de Bolívar- se preguntan: si Diosdado Cabello perdió el monopolio del control militar en el país, por qué no se le execra.
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Algunas explicaciones
La posible caída de Cabello podría tener consecuencias más allá de la simple reconfiguración del poder en Venezuela. La incorporación de figuras más jóvenes, como el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, podría ser una señal de que el PSUV busca refrescar su imagen y adaptarse a los nuevos tiempos. La generación post-Chávez necesita líderes capaces de conectar con una base más joven y diversa.
Por otra parte, organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) han señalado que el debilitamiento de Cabello podría tener repercusiones en la estructura interna del PSUV y en el equilibrio de poder en el país. No es un asunto como sumar dos más dos. Las estructuras prusianas son peligrosas. Si Diosdado Cabello perdió el monopolio de las armas, como tigre herido, podría ahora ser más peligroso.
Una necesaria renovación
Alejandra Ríos, historiadora y experta en Venezuela, comentó: «El desplazamiento de Cabello, de confirmarse, es una clara señal de que el chavismo busca renovarse. Pero es importante recordar que Diosdado ha sido una pieza clave en el puzzle político de Venezuela durante años, y su eventual salida podría generar tensiones internas en el partido».
Maduro, quien ha enfrentado innumerables desafíos durante su mandato, desde sanciones internacionales hasta una profunda crisis económica, podría ver en esta reconfiguración del poder una oportunidad para consolidarse aún más en el poder, evitando futuras amenazas internas a su liderazgo.
Además si Diosdado Cabello perdió el monopolio militar, podría dejar el campo libre a los hermanos Rodríguez, Jorge y Delcy, quienes estarían de manera diplomática recomponiendo las relaciones de Venezuela con los Estados Unidos, al menos desde el punto de vista estratégico comercial.
Mientras tanto, Venezuela se encuentra en una encrucijada. Con la economía en declive, la presión internacional en aumento y una profunda polarización política, el destino del país está en juego. Y mientras las piezas del ajedrez político se mueven en Caracas y La Habana, el futuro de Venezuela sigue siendo incierto. Lo que sí es seguro es que las próximas semanas y meses serán cruciales para determinar el rumbo del chavismo y del país.