Latinoamérica registra un color que mata, una ristra de incendios y mucho dengue

En Latinoamérica, el cambio climático está emergiendo como un silencioso pero formidable enemigo, exacerbando una serie de crisis ambientales y de salud que amenazan a la región. Según un reciente informe de The Lancet Countdown Latinoamérica, la mortalidad relacionada con el calor ha aumentado drásticamente, los incendios se han intensificado y el dengue continúa expandiéndose a un ritmo alarmante.

María Mónica Monsalve S., periodista de América Futura en Bogotá, Colombia, y ganadora del Premio Simón Bolívar 2020, destaca que, en las últimas dos décadas, las muertes por calor se han incrementado en un 140%. El informe destaca a Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras como los países más afectados. La situación se agrava con la presencia del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, cuya capacidad de transmisión ha crecido significativamente en la región.

Los incendios forestales, un fenómeno que no es ajeno a las tierras latinoamericanas, también han visto un cambio. Aunque la exposición a estos eventos extremos ha disminuido en algunos países, la tendencia general indica un aumento en la cantidad de días con riesgo muy alto o extremadamente alto de incendio. Venezuela se destaca negativamente, siendo el único país donde la exposición a incendios forestales no ha disminuido.

Latinoamérica y e cambio climático

Latinoamérica también enfrenta desafíos significativos en términos de salud pública y preparación ante emergencias. El informe de The Lancet revela que, a excepción de Brasil, Chile y Uruguay, que han desarrollado Planes Nacionales de Adaptación de Salud, la mayoría de los países de la región no están preparados para enfrentar los impactos del cambio climático en la salud.

Latinoamérica
Según el informe de The Lancet, es fundamental el desarrollo de infraestructura verde en áreas urbanas. Aunque los espacios verdes urbanos son reconocidos por su capacidad para mitigar los efectos del calor y mejorar la salud mental, la inversión en estos espacios es todavía insuficiente en América Latina. De los 109 centros urbanos examinados, muy pocos cuentan con niveles de espacios verdes clasificados como altos. Ilustración MidJourney

Además, la región sufre una doble carga debido a su dependencia de fuentes de energía no renovables. La generación de electricidad a partir del carbón ha aumentado, y la mayoría del transporte aún depende de combustibles fósiles, contribuyendo significativamente a la contaminación del aire y, por ende, a las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

El cambio climático no solo es una amenaza para la salud física de los latinoamericanos, sino también para su economía. Las pérdidas económicas debidas a fenómenos climáticos extremos fueron estimadas en 15.600 millones de dólares en 2022, exacerbando las desigualdades económicas y sociales en la región.

Transición a energías limpias

En este contexto, las políticas de adaptación y mitigación son más necesarias que nunca. La región requiere de una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, y de una mayor inversión en la salud pública para enfrentar y prevenir los impactos del cambio climático. La cooperación internacional, junto con políticas locales bien dirigidas, puede jugar un papel crucial en la reducción de la vulnerabilidad de Latinoamérica frente a estas amenazas emergentes.

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Por último, es imperativo que se tomen medidas urgentes para cerrar la brecha en la cobertura de seguros y en la financiación de proyectos relacionados con el cambio climático y la salud. Solo así Latinoamérica podrá afrontar de manera efectiva los desafíos que plantea un clima cada vez más hostil y proteger a sus habitantes de las consecuencias devastadoras del calentamiento global. La lucha contra el cambio climático en Latinoamérica es una carrera contra el tiempo, y no hay un momento que perder.

Infraestructura verde en áreas urbanas

Para abordar estas crecientes amenazas, los expertos y líderes de opinión en la región hacen hincapié en la necesidad de implementar estrategias efectivas que fortalezcan la resiliencia ante el cambio climático. Según el informe de The Lancet, es fundamental el desarrollo de infraestructura verde en áreas urbanas. Aunque los espacios verdes urbanos son reconocidos por su capacidad para mitigar los efectos del calor y mejorar la salud mental, la inversión en estos espacios es todavía insuficiente en América Latina. De los 109 centros urbanos examinados, muy pocos cuentan con niveles de espacios verdes clasificados como altos.

La implementación de políticas públicas que promuevan la adaptación y mitigación del cambio climático es igualmente crucial. Estas políticas deben ir acompañadas de un compromiso firme para el desarrollo sostenible, que incluya no solo la protección del medio ambiente sino también la promoción de la equidad social. Esto es especialmente pertinente en una región donde las desigualdades pueden exacerbarse por los impactos desproporcionados del cambio climático en las comunidades más vulnerables.

Latinoamérica
La educación y la concienciación pública son otros aspectos clave que necesitan fortalecerse. Informar a la población sobre los riesgos del cambio climático y cómo pueden mitigarse a nivel individual y comunitario es esencial para fomentar un cambio de comportamiento que apoye la sostenibilidad ambiental. Ilustración MidJourney.

El informe también hace un llamado a mejorar la capacidad de las instituciones de salud para responder a las emergencias climáticas. Con frecuencia, los sistemas de salud en Latinoamérica enfrentan desafíos debido a la falta de recursos y preparación, lo que los hace particularmente susceptibles en tiempos de crisis. Aumentar la capacidad de estos sistemas para manejar emergencias sanitarias relacionadas con el clima no solo salvaría vidas sino que también podría mitigar el impacto económico a largo plazo.

Crear una cultura de datos

La educación y la concienciación pública son otros aspectos clave que necesitan fortalecerse. Informar a la población sobre los riesgos del cambio climático y cómo pueden mitigarse a nivel individual y comunitario es esencial para fomentar un cambio de comportamiento que apoye la sostenibilidad ambiental. Campañas educativas que promuevan el uso de energías renovables, la reducción de la huella de carbono y la conservación del agua pueden tener un impacto significativo.

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Finalmente, la colaboración internacional juega un papel decisivo. América Latina debe buscar activamente la cooperación con otros países y organismos internacionales para acceder a tecnologías avanzadas, financiación y conocimientos que faciliten una transición hacia la sostenibilidad. Los fondos internacionales destinados a la adaptación al cambio climático, aunque limitados, deben ser aprovechados de manera más eficaz para abordar las necesidades específicas de la región.

Confrontar el cambio climático es, sin duda, uno de los mayores desafíos para América Latina en el siglo XXI. La región está en una encrucijada crítica donde las decisiones tomadas hoy determinarán su futuro resiliente o vulnerable. Es hora de actuar con determinación y creatividad para asegurar que Latinoamérica no solo sobreviva, sino que prospere en un mundo en constante cambio. A través de la implementación de políticas sólidas y la movilización de recursos, tanto locales como internacionales, Latinoamérica puede transformar los desafíos actuales en oportunidades para un desarrollo sostenible y equitativo.

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