La red de Hezbolá en Latinoamérica está muy activa en la Triple Frontera

La Triple Frontera, una región en la confluencia de Argentina, Brasil y Paraguay, se ha convertido en el epicentro de las actividades de Hezbolá en Latinoamérica. Esta organización, que controla el sur del Líbano con el respaldo de Irán, ha expandido su influencia en todo el mundo, particularmente en América Latina, donde su presencia se ha documentado desde la década de 1990.

La zona de la Triple Frontera se destaca por ser un punto de encuentro comercial vital, caracterizado por su gran flujo de dinero, infraestructuras avanzadas y conexiones globales. Además, la región es un destino turístico popular, gracias a las cataratas de Iguazú, lo que permite una presencia anónima y discreta. Estas características, unidas a la porosidad de las fronteras, han convertido a esta área en un refugio ideal para organizaciones criminales, incluyendo a Hezbolá.

Hezbolá en Latinoamérica
La presencia de Hezbolá en Ciudad del Este es un asunto delicado para Paraguay y ha atraído la atención de la Inteligencia Militar del país. Ilustración MidJourney

Hezbolá en Latinoamérica

Emanuele Ottolenghi, del instituto de investigación FDD en Washington, subraya que, aunque no todos los miembros de las comunidades libanesas en Latinoamérica están involucrados con Hezbolá, la presencia de la red vinculada al «Partido de Dios» es evidente y se mezcla con estas comunidades. Hezbolá en Latinoamérica tiene una red extensa, desde México hasta Chile, pasando por Guatemala y Costa Rica, pero lugares como la Triple Frontera se han convertido en centros de operaciones clave.

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La Triple Frontera es una región caracterizada por actividades ilícitas como el contrabando, el tráfico de drogas y armas. Según estimaciones, más de veinte mil millones de dólares al año fluyen a través de estas actividades ilegales en la zona. La presencia de Hezbolá en Ciudad del Este es un asunto delicado para Paraguay y ha atraído la atención de la Inteligencia Militar del país, aunque sin respuestas claras a las consultas de los medios.

Crimen en la Triple Frontera

En Estados Unidos, la Triple Frontera es vista como «la mayor economía ilícita del hemisferio occidental». Hezbolá en Latinoamérica desde 2006, ha estado en la mira de Washington, particularmente después de que el Departamento del Tesoro detectara una red que suponía una arteria principal para la financiación de Hezbolá en el Líbano. Este descubrimiento incluyó la interceptación de una carta de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, agradeciendo a los libaneses de la región por su apoyo.

A pesar de que Latinoamérica no ha sido tradicionalmente considerada un foco de terrorismo internacional, la presencia de Hezbolá es innegable. Argentina fue el primer país en la región en clasificar a Hezbolá como una organización terrorista en 2019, coincidiendo con el 25 aniversario del atentado contra la AMIA en Buenos Aires, atribuido a miembros de Hezbolá con apoyo logístico desde la Triple Frontera. Paraguay siguió este reconocimiento un mes después.

Hezbolá en Latinoamérica
En Paraguay, las actividades de Hezbolá se han enfocado en el lavado de dinero y la financiación a través de tráficos ilícitos. Ilustración MidJourney

En qué andan los terroristas

Las actividades de Hezbolá en Latinoamérica no se han limitado a la financiación y el reclutamiento. Aunque no han logrado cometer nuevos atentados desde los ataques a la AMIA y la Embajada Israelí en Buenos Aires, han realizado intentos, como el de un libanés nacionalizado estadounidense en Panamá estudiando posibles blancos para ataques terroristas.

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En Paraguay, las actividades de Hezbolá se han enfocado en el lavado de dinero y la financiación a través de tráficos ilícitos. Sin embargo, la posibilidad de que la organización decida atentar en la región representa un peligro considerable. Para contrarrestar esta amenaza, se han implementado justicias especializadas en delitos económicos, anticorrupción y crimen organizado, aunque se requieren más esfuerzos.

Más inversión en inteligencia

Emanuele Ottolenghi propone medidas adicionales como un mayor control fronterizo, más inversión en inteligencia, y una mayor cooperación entre los países involucrados. Estas medidas apuntan a frenar las actividades criminales que financian el terrorismo y, en última instancia, a evitar futuros atentados. La Triple Frontera sigue siendo un punto crítico en la lucha contra Hezbolá y sus operaciones en Latinoamérica.

El impacto de Hezbolá en Latinoamérica no puede subestimarse, ya que su presencia en la Triple Frontera representa un desafío significativo tanto para la seguridad regional como para la lucha global contra el terrorismo y las actividades ilícitas.

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