Wang Jing junto a empresarios de EE.UU inventaron el cuento chino del Canal interoceánico en Nicaragua

El 14 de junio de 2013, en la Casa de los Pueblos frente a la desierta plaza de la Revolución en Managua, el empresario chino Wang Jing, acompañado de una comitiva deslumbrante, presentó el proyecto del siglo: el Canal interoceánico en Nicaragua. El evento, marcado por una fastuosa ceremonia, prometía transformar al país centroamericano con una obra monumental valorada en 50.000 millones de dólares y completada en un tiempo récord de cinco años. Sin embargo, con el tiempo, esta ambiciosa propuesta se revelaría como la más colosal de las mentiras jamás contadas en Nicaragua.

Sergio Ramírez, el renombrado escritor y Premio Cervantes, recientemente publicó en el diario EL PAÍS de España un artículo titulado «La más colosal de las mentiras». En este material, Ramírez desmenuza el engaño detrás del proyecto del Canal interoceánico en Nicaragua, presentado hace once años y cuya concesión se anuló en mayo de 2023. Su análisis revela cómo este ambicioso plan nunca pasó de ser un embuste monumental.

Canal interoceánico en Nicaragua

La noche de la presentación, el Decreto Presidencial 840, que otorgaba a Wang Jing una concesión por 100 años para construir y operar el canal, había sido ratificado por la Asamblea Nacional y publicado en el diario oficial en inglés. El «Acuerdo Marco de Concesión e Implementación del Canal de Nicaragua», también conocido como el tratado Ortega-Wang Jing, otorgaba amplios poderes a la empresa HKND de Wang Jing, registrada en Gran Caimán. Nicaragua renunciaba a toda autoridad judicial, administrativa, laboral y de seguridad en los territorios concedidos al canal, permitiendo además la expropiación de tierras sin compensación adecuada, lo que provocó grandes movilizaciones campesinas y violentas represiones.

Canal interoceánico en Nicaragua
Sergio Ramírez, el renombrado escritor y Premio Cervantes, recientemente publicó en el diario EL PAÍS de España un artículo titulado «La más colosal de las mentiras». En este material, Ramírez desmenuza el engaño detrás del proyecto del Canal interoceánico en Nicaragua, presentado hace once años y cuya concesión se anuló en mayo de 2023. Ilustración MidJourney

La ceremonia fue un desfile de estrellas del mundo de los negocios trasnacionales. Entre los asistentes se encontraban bufetes de abogados estadounidenses como McKinsey & Company y Kirkland & Ellis, firmas de cabildeo como McLarty & Associates, y ejecutivos como Bill Wild de InfiniSource, quien dirigiría los estudios de factibilidad desde Hong Kong. Para 2019, se esperaba que el primer megabuque atravesara el Canal interoceánico en Nicaragua, transformando al país en la economía más rica de Centroamérica. Sin embargo, los planes resultaron ser puras ilusiones proyectadas en un mapa de Nicaragua, irónicamente presentado al revés durante la gala.

Wang Jing literalmente desapareció

A medida que pasaba el tiempo, se hizo evidente que el Canal interoceánico en Nicaragua no era más que una fachada. Wang Jing había organizado una costosa campaña de relaciones públicas con la esperanza de levantar el capital necesario para la obra, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. Las acciones de HKND nunca atrajeron a los inversores, y en 2015, la empresa de telecomunicaciones de Wang Jing, Xinwei, sufrió una caída bursátil significativa. Eventualmente, Wang Jing fue expulsado de la Bolsa de valores de Shanghái y actualmente está desaparecido, con rumores de haber huido a Estados Unidos.

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El fraude del Canal interoceánico en Nicaragua dejó un rastro de promesas incumplidas y sueños rotos. Los campesinos que habían resistido las expropiaciones vieron cómo sus tierras eran invadidas y luego abandonadas. Las promesas de empleo y desarrollo nunca se materializaron. Las universidades, controladas por el régimen, habían anunciado cambios drásticos en los planes de estudio, incluyendo el aprendizaje del chino mandarín y nuevas carreras técnicas, pero estos anuncios quedaron en el aire.

Hasta el final

El teatro del engaño continuó cuando Wang Jing regresó a Managua en diciembre de 2014 para inaugurar oficialmente las obras. En una finca ganadera cerca del río Brito, se celebró una ceremonia simbólica en la que se utilizó equipo obsoleto del Ministerio de Transportes y Obras Públicas para simular el inicio de la construcción del canal. Sin embargo, lo único que lograron fue remozar un viejo camino rural que rápidamente fue invadido por el monte y se volvió intransitable durante la temporada de lluvias.

Canal interoceánico en Nicaragua
La ceremonia fue un desfile de estrellas del mundo de los negocios trasnacionales. Entre los asistentes se encontraban oportunistas bufetes de abogados estadounidenses como McKinsey & Company y Kirkland & Ellis, firmas de cabildeo como McLarty & Associates, y ejecutivos como Bill Wild de InfiniSource, quien dirigiría los estudios de factibilidad desde Hong Kong. Ilustración MidJourney.

El canal interoceánico en Nicaragua nunca fue más que una pantalla para atraer inversión y engañar a la población. En 2021, la Asamblea Nacional derogó la ley que sustentaba el tratado Ortega-Wang Jing, anulando la concesión y dejando el proyecto en el olvido. Nicaragua, que había sido prometida como un nuevo epicentro del comercio mundial, quedó con la bruma de la mentira más colosal inventada en su historia reciente.

En retrospectiva, el proyecto del Canal interoceánico en Nicaragua se revela como un caso de estudio de estafas a gran escala, donde la ambición desmedida y la falta de escrúpulos llevaron a la manipulación de un país entero. Los protagonistas de este drama, desde empresarios chinos hasta bufetes de abogados y cabilderos estadounidenses, jugaron sus roles en una trama de engaño y fraude. Las lecciones dejadas por este episodio subrayan la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en cualquier proyecto de infraestructura de gran envergadura.

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La negra luz de la mentira

La figura de Wang Jing, que alguna vez prometió la transformación de Nicaragua, se ha desvanecido en el aire. La promesa del Canal interoceánico en Nicaragua, que alguna vez brilló como un faro de esperanza, se ha disuelto en la realidad cruda de la mentira y el engaño. La historia del canal queda como un recordatorio de la fragilidad de los sueños cuando se construyen sobre la base de falsedades y promesas vacías. La narrativa construida alrededor del canal interoceánico en Nicaragua se derrumba, dejando al descubierto la verdad detrás del cuento chino.

La anulación de la concesión del canal interoceánico en Nicaragua marca el final de una era de ilusiones y fraudes. La nación, que fue llevada a creer en un futuro brillante basado en un proyecto fantasioso, debe ahora enfrentar las realidades y aprender de este episodio. El legado de Wang Jing y su fallido canal servirá como una advertencia para futuras generaciones sobre los peligros de las promesas vacías y las ambiciones desmedidas.

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