Análisis sobre Gaza: Egipto e Israel han violado el derecho internacional de los refugiados

Egipto e Israel han violado el derecho internacional de los refugiados al cerrar las fronteras de Gaza y no permitir la salida segura de casi 2 millones de palestinos desplazados. Este conflicto se ha desarrollado en un contexto marcado por bombardeos ininterrumpidos, restricciones humanitarias y una crisis de desplazamiento que ha alcanzado niveles críticos desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresivo contra Israel, desencadenando una respuesta militar masiva por parte del Estado hebreo. A medida que los bombardeos se intensifican y las fronteras permanecen selladas, Gaza se ha convertido en un campo de refugiados atrapados, sin que los organismos internacionales puedan garantizar el cumplimiento de los derechos fundamentales de estas personas.

El análisis de esta situación ha sido llevado a cabo por Nicolás R. Micinski y Kelsey Norman, quienes publicaron un artículo titulado: “Un año de escalada del conflicto en Oriente Medio ha marcado el inicio de una nueva era de desplazamientos regionales” en la versión estadounidense del portal The Conversation. Micinski es profesor adjunto de Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales de la Universidad de Maine, mientras que Norman es becaria para Oriente Medio del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice. Ambos académicos han dedicado gran parte de su trabajo a estudiar el fenómeno migratorio en la región y las implicaciones de las políticas internacionales en contextos de desplazamiento masivo.

Ha sido violado el derecho internacional

Durante el último año, el conflicto ha creado una ola de desplazamiento que, según los expertos, transformará la región durante las próximas décadas. Sin embargo, la singularidad del caso de Gaza radica en que, Egipto e Israel han violado el derecho internacional de los refugiados, y debido a eso los palestinos no han podido cruzar las fronteras para escapar de los bombardeos. En lugar de eso, se han desplazado de un lugar a otro dentro de la propia Franja, enfrentando un ciclo repetitivo de destrucción y desarraigo que sólo ha empeorado la ya precaria situación humanitaria. La Franja de Gaza, una de las áreas más densamente pobladas del mundo, no ofrece refugios seguros: los edificios civiles, hospitales y escuelas que, en teoría, deben ser protegidos por el derecho internacional, se han convertido en objetivos en esta guerra prolongada.

Durante el último año, el conflicto ha creado una ola de desplazamiento que, según los expertos, transformará la región durante las próximas décadas. Sin embargo, la singularidad del caso de Gaza radica en que, Egipto e Israel han violado el derecho internacional de los refugiados, y debido a eso los palestinos no han podido cruzar las fronteras para escapar de los bombardeos. Ilustración MidJourney

Micinski y Norman argumentan que la negativa de Egipto a permitir el cruce de refugiados a través del paso fronterizo de Rafah y el cierre total de los puntos de salida por parte de Israel no sólo violan el derecho internacional de los refugiados, sino que agravan la crisis al dejar a más de 1,8 millones de personas sin ninguna salida. La situación ha generado una catástrofe humanitaria en la que las Naciones Unidas y otras organizaciones han advertido que la falta de acceso a alimentos, agua y atención médica está llevando a millares de personas al borde de la inanición y de enfermedades evitables.

Una zona convulsa desde 1948

La región de Oriente Medio ha estado marcada por desplazamientos masivos desde la creación de Israel en 1948, pero nunca antes se había visto un caso en el que prácticamente la totalidad de una población no pudiera cruzar ninguna frontera. Esto ha sido exacerbado por las políticas de cierre de Israel y la cooperación de Egipto en el mantenimiento de este bloqueo. La ONU ha denunciado repetidamente la imposibilidad de llevar ayuda humanitaria a la Franja, y el número de trabajadores de Naciones Unidas que han muerto en ataques desde el inicio de los bombardeos supera los 220, lo que convierte a este conflicto en uno de los más peligrosos para el personal humanitario en la historia reciente.

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Más allá de Gaza, el conflicto se ha extendido a países vecinos como Líbano y Siria, donde el aumento de las tensiones ha desplazado a millas de personas. En Líbano, la guerra entre Israel y Hezbolá ha provocado el desplazamiento de casi un millón de libaneses y sirios, quienes ahora buscan refugio en un país que ya estaba al borde del colapso económico. En este contexto, Egipto e Israel han violado el derecho internacional al no permitir la salida segura de los refugiados palestinos hacia áreas menos conflictivas, dejando a las familias atrapadas en una situación de incertidumbre total.

La ONU es ignorada

En este sentido, los estudios de Nicolás R. Micinski y Kelsey Norman muestran que los bombardeos de Israel y las políticas restrictivas de Egipto tienen como resultado no sólo la violación del derecho internacional de los refugiados, sino también la creación de un ambiente donde las medidas de protección internacional son constantemente ignoradas. Esta dinámica ha transformado a Gaza en una especie de prisión a cielo abierto, donde las personas desplazadas viven en condiciones extremas, sin la posibilidad de escapar o recibir asistencia adecuada.

Los expertos señalan que, aunque Israel justifica muchas de sus operaciones argumentando que son medidas de seguridad contra Hamás, las consecuencias para la población civil han sido devastadoras. Los bombardeos no han cesado desde octubre de 2023 y, en la práctica, cada incursión militar ha destruido lo poco que queda de la infraestructura civil, forzando a los residentes a moverse una y otra vez dentro de los límites de la Franja. A medida que Egipto e Israel mantienen sus fronteras cerradas, los palestinos no tienen más opción que desplazarse continuamente, en un ciclo de destrucción que no ofrece ninguna salida.

Los bombardeos no han cesado desde octubre de 2023 y, en la práctica, cada incursión militar ha destruido lo poco que queda de la infraestructura civil, forzando a los residentes a moverse una y otra vez dentro de los límites de la Franja. Ilustración MidJourney.

Nadie rinde cuentas

El caso de Gaza es particularmente preocupante porque demuestra cómo el derecho internacional puede ser sistemáticamente ignorado cuando no existen mecanismos de rendición de cuentas eficaces. Las organizaciones de derechos humanos han documentado cómo los desplazados internos han sido objeto de violaciones a gran escala, incluyendo ataques selectivos contra edificios residenciales y hospitales. Según Micinski y Norman, la respuesta internacional ha sido insuficiente, en gran parte debido al apoyo de Estados Unidos a Israel y la falta de presión sobre Egipto para que abra sus fronteras.

El papel de Estados Unidos en este contexto es complejo: sigue siendo el principal donante de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (OOPS) y, al mismo tiempo, el mayor proveedor de armas a Israel. Esta dualidad ha dificultado cualquier intento de mediación, ya que Washington se ha negado a condenar públicamente las acciones de Israel o a presionar a Egipto para que cambie su postura. Esto refuerza la percepción de que las potencias internacionales están más concentradas en mantener el statu quo que en defender el derecho internacional de los refugiados y detener la violación del derecho internacional.

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Una muerte lenta y cruel

A medida que el conflicto continúa, la situación en Gaza no parece tener solución inmediata. Los bombardeos han destruido gran parte de la infraestructura, y los corredores humanitarios apenas pueden mantenerse abiertos el tiempo suficiente para proporcionar ayuda mínima. Sin un alto el fuego duradero y la apertura de las fronteras, Gaza seguirá siendo una zona de desastre humanitario donde la violación del derecho internacional es la norma y no la excepción.

En definitiva, el análisis de Nicolás R. Micinski y Kelsey Norman concluye que el bloqueo conjunto de Egipto e Israel es una violación flagrante del derecho internacional de los refugiados y que, a menos que la comunidad internacional tome medidas contundentes, la crisis humanitaria en Gaza seguirá escalando. La población civil se enfrenta a una situación sin precedentes, atrapada entre las bombas y las fronteras cerradas, mientras el mundo observa sin intervenir.

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